Injusta, la vida de los trabajadores; sólo el que lo sufre puede cambiarlo

** En el marco del Día Internacional del Trabajo, Antorcha convoca a organizarse y formar un mejor México, “vivimos en una inequidad terrible, el país con el salario mínimo más bajo de la OCDE con y el tercer hombre más rico del mundo”.


Injusta, la vida de los trabajadores; sólo el que lo sufre puede cambiarlo

La Crónica de Chihuahua
Mayo de 2017, 20:08 pm

Chihuahua, Chih.- La forma en que viven los millones de trabajadores de México es injusta, por lo que el Movimiento Antorchista en el estado de Chihuahua los convocó nuevamente a organizarse para formar un mejor México.

En el marco del Día del Trabajo y en ocasión de la conferencia dictada a plenos de la citada organización en días pasados por la dirigente del Seccional Juárez, Julieta Ávila Arenas, se reiteró el mensaje y objetivo de Antorcha, la organización de los trabajadores como la única opción para vivir digna y justamente como no sólo una necesidad real, sino urgente.

El monto del salario mínimo en México y las consecuencias que sobre la vida de los mexicanos provoca, es suficientes para explicar esa urgencia: a diciembre del 2016 el país está en el lugar número 34 de los 34 países que conforman la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) respecto al nivel del salario mínimo – por día -, mil 911.7 dólares al año, definido por la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami); la OXFAM considera que a pesar del anunciado incremento de este – de 73.04 pesos a 80.04 vigente a partir del 1 de enero del 2017 – sigue siendo un “mini salario”.

Aproximadamente dos terceras partes de la población ocupada en México – 52 millones 123 mil 674 de los 54 millones 034 mil 800 mexicanos económicamente activos; población total 122 millones 746 mil 451 personas – percibe entre 1 y 3 salarios mínimos de acuerdo con institutos de medición oficiales como el INEGI (Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática, “Indicadores de Ocupación y Empleo al Cuarto Trimestre de 2016”) sin tomar en cuenta las tasas del trabajo informal.

Un salario mínimo al mes por días trabajados equivale a mil 752.96 centavos, le alcanza para comprarse lo equivalente a una canasta alimentaria por persona calculada por el Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social) al mes de marzo del 2017 en mil 386.10 pesos en zona urbana – dentro de la línea de bienestar básico, 981.65 pesos en zona rural – y quedarse con 366.86 pesos para cubrir las necesidades de vestido, limpieza, equipamiento y mantenimiento del hogar, cuidado personal, educación, salud, recreación, transporte y vestido, que de acuerdo con el Coneval puede satisfacerse con 2 mil 819.88 pesos – línea de bienestar, canasta alimentaria más no alimentaria -.

Los cálculos son por persona. No alcanza para vivir dignamente. “Hay una Comisión de los Salarios Mínimos que no ganan los miembros de esa comisión el salario mínimo, pero deciden cuánto es, y siempre nos están diciendo que no se puede aumentar más porque eso lo dice la Ley o porque se daña la economía…”

“Y resulta que no se puede aumentar pero los señores del dinero, los dueños de las fábricas, de las empresas, de los medios de producción, ellos sí pueden aumentar sus ganancias al grado de que en las listas de los hombres más ricos del mundo cada vez entran más empresarios mexicanos”, indicó Ávila Arenas; Carlos Slim, el que encabeza la sociedad que posee las compañías Telcel y Telmex – antes empresa del Estado -, es el tercer hombre más rico del mundo de acuerdo con el listado difundido anualmente por la revista financiera Forbes; maneja el 70 por ciento de la telefonía celular y el 65 por ciento de la fija en México, a lo que se atribuye principalmente su riqueza.

“De tal manera que la riqueza que produce este país no da para aumentar el salario pero sí para aumentar las ganancias de los ricos de este país, eso es un contrasentido”; por ello, reiteró, es imprescindible que los trabajadores mexicanos, que los más pobres de este país - porque muchos no tienen empleo o sobreviven haciendo trabajos fuera incluso del comercio informal -, se concienticen sobre cómo viven, sobre su realidad, y se decidan a cambiarla primero que nada, organizándose y que así se preparen para tomar ese poder que les ha sido arrebatado durante siglos, para que puedan así vivir en justicia, “y a eso es a lo que llama Antorcha”.