Inicia juicio contra instructores de karate que violaban niños

En España


Inicia juicio contra instructores de karate que violaban niños

La Crónica de Chihuahua
Mayo de 2012, 09:10 am

La Audiencia de Las Palmas acoge desde hoy el juicio del caso Kárate, considerado uno de los mayores procesos penales por abusos sexuales a menores instruidos hasta la fecha en España. Durante el juicio, que en su primer día se dedicará exclusivamente a debatir las cuestiones previas planteadas por las partes, el Ministerio Fiscal intentará probar los cargos que ha formulado contra cuatro monitores de kárate a los que acusa de haber abusado sexualmente durante años de decenas de alumnos de una academia de artes marciales de Gran Canaria. El juez que instruyó el caso describió el comportamiento de los procesados como propio de una secta, encabezada por Fernando Torres Baena, un exluchador de kárate con una brillante trayectoria deportiva al que el fiscal considera un "depredador sexual" y para el que solicita penas que suman más de 600 años de prisión.

Los cuatro acusados han negado los hechos ante el juez. El abogado de Torres Baena ha reclamado que todas las sesiones del juicio sean abiertas a la prensa y al público, porque asegura que su defendido "no tiene nada que esconder", y los otros tres letrados de la defensa no se han opuesto. En cambio, las acusación subraya la importancia de que la vista se celebre a puerta cerrada para preservar la identidad e intimidad de las víctimas y de sus familiares.

Según la acusación pública, valiéndose de su condición de "maestro", Torres Baena desarrolló un "conglomerado" de técnicas psicológicas de manipulación para obtener la sumisión a "todos los niveles" de los alumnos de su academia, con los que organizó durante 15 años "auténticas orgías sexuales" sin distinguir edad, sexo o número de participantes. De las 61 víctimas identificadas durante la instrucción, en la causa figuran 38 sobre las que el fiscal considera probados —y no prescritos— los hechos que denuncian y que se expondrán hasta el 13 de diciembre próximo en este juicio.

En la escuela de kárate de Torres Baena, expresidente de la Federación de Kárate de Gran Canaria y exdirector de I+D de la Federación Española, no se corrompía a todos los alumnos. Solo a los elegidos. El director los seleccionaba en función de su belleza y aptitudes físicas. Los preferidos pasaban a formar parte de su "familia", que él controlaba de forma autoritaria dirigiendo cada uno de los actos de sus miembros, informa Mónica Ceberio Belaza. A lo largo de más de 30 años de trayectoria profesional creó varias. Eran familias perecederas. Cuando los alumnos crecían, salvo que pasaran a formar parte de la cadena de mando, eran reemplazados por chicos más jóvenes. La maquinaria de manipulación volvía entonces a empezar.

El karateca invitaba a sus niños a su casa de la playa de Vargas, en Agüimes. Iban allí en vacaciones y los fines de semana con la excusa de hacer entrenamientos intensivos. Pero no solo se entrenaba. Los chicos limpiaban la casa por dentro, arreglaban el jardín, iban a la playa juntos.., como si efectivamente fueran una gran familia que trabajaba unida en todas las labores del hogar. Era parte del entrenamiento, como el sexo, que pedía a los alumnos porque la familia "tenía que conocerse en todos sus aspectos" y porque de esta forma se potenciaba "todo lo que conlleva la vida deportiva y el kárate". Lo que había de fondo, según él les explicaba, era "amor". Y disciplina. Él lo controlaba todo: hacía cuadrantes ordenando quién debía acostarse con quién cada noche. La regla general, según un menor, era esta: "Aquí todos con todos y yo con todos". El que se abstenía, era reprendido. Si se negaban a hacer algo, aparecía el chantaje emocional: les convencía de que eran ingratos con quien les estaba dando todo y que le "destrozaban" con su actitud rebelde.

No se ejercía violencia física sobre los menores, según desvela un sumario judicial en el que aparecen declaraciones de 55 presuntas víctimas. Los niños iban asimilando poco a poco el estilo de vida que a Torres Baena le gustaba.

La Fiscalía imputa también cargos de abusos sexuales a tres de los colaboradores de Torres Baena: su novia María José González Peña, Ivonne González Herrera y Juan Luis Benítez Cárdenes. Entre los cuatro, se exponen a penas de un total de 621 años.

Todo se destapó el 26 de enero de 2010. Una adolescente se atrevió a hablar con un profesor suyo del colegio y con la policía para evitar que el hermano pequeño de una compañera de clase, de nueve años, sufriera los mismos abusos que ella. A partir de aquí se desencadenaron las denuncias.

Tras la sesión inicial de hoy, la Audiencia de Las Palmas retomará el juicio el 15 de mayo -salvo que se estime alguna cuestión de nulidad- con el inicio del interrogatorio de los acusados, para quienes las defensas solicitan la libre absolución. El principal acusado, que ha defendido desde el principio que se trata de una trama urdida para apropiarse de su gimnasio, está en prisión junto a las dos acusadas. El cuarto acusado está en libertad y, a diferencia de los otros tres, contra él no pesa la atribución de delitos de corrupción de menores, pero sí de abusos