Heli: un filme violento

La cinta mexicana Heli, del realizador Amat Escalante, obtuvo el máximo galardón en el Festival del Nuevo Cine de La Habana. A propósito, le ofrecemos un comentario sobre la película...


Heli: un filme violento

La Crónica de Chihuahua
Diciembre de 2013, 15:03 pm

México siempre ha sido un país que navega entre dos aguas, o mejor aún, que vive entre dos territorios muy diferentes entre sí: América Latina y Estados Unidos. Por eso, cuando hablamos de esa nación solemos recordar la frontera, “la bestia”, las innumerables historias de violencia y muertes provocadas por el mítico “sueño americano”.

Sin embargo, Heli, del director Amat Escalante, nada nada tiene que ver con la emigración, tema recurrente en la sociedad mexicana; nada tiene que ver con la frontera, ni con la vida citadina y, realmente, tampoco tiene mucho que ver con las guerras entre las pandillas del crimen organizado. Heli vive la violencia: cruel, desgarradora, obsesiva, sin sentido, avasalladora, compartida, común.

Tan solo por no ser recurrente, esta producción de México, Francia, Alemania y Holanda merece un voto de confianza. Mas, al no bastar esto, el largometraje narra una cadena de ellos que conllevan a que Heli, inocente protagonista de la historia, sufra las consecuencias de actos ajenos.

Así, Amat Escalante nos muestra un México casi desconocido: desértico, marginal, deshabitado, surrealista; a la vez que nos presenta singulares personajes y escenas. Heli, Beto y Estela viven una vida “normal”, el primero trabaja, el segundo se entrena para la vida miliar y ella, niña de 12 años al fin, está enamorada.

Al final de la historia, la vida de los dos hermanos: Heli y Estela se ha transformado completamente; se han convertidos en seres raros. De su cotidianidad, me imagino, ni siquiera les queda el recuerdo: han pasado demasiadas cosas. El cambio radical en su existencia y en ellos mismos es consecuencia de la violencia; el terror y la tortura fueron aplicados sobre los más débiles, los más inocentes.

Con este aliciente, el guionista introduce otros temas que, si bien pueden considerarse adyacentes a la trama central, constituyen elementos esenciales para analizar la violencia en la sociedad, entre ellos se encuentran la corrupción de la policía, el desentendimiento del Estado con respecto a los más pobres, la prohibición del aborto, la discriminación de la mujer, la burocracia y la falta de comunicación.

Sin embargo, el eje central de este largometraje sigue siendo la violencia, los subtemas enriquecen la trama, la complementan y complejizan. Es por eso que, tildar esta película de demasiado violenta es, por decirlo suavemente, reiterativo. Es cierto que las imágenes son fuertes, sangrientas pero no son mero recurso taquillero, ni adiciones innecesarias sino argumentos de una hipótesis, partes indispensables de la historia.

A pesar de centrarse en la violencia, Heli lograr arribar a un final pacífico, un final que nunca podrá ser feliz. Después de haber asesinado a uno de los vejadores de su hermana el protagonista consigue un poco de paz, mientras que Estela tendrá que aprender a ser madre. Las secuelas que han dejado en ellos la tortura y la violación, respectivamente, son imborrables pero habrá que seguir viviendo.

Finalmente, cuando la protagonista abraza a su hermanito, Amat Escalante nos deja en un estado de indefinición e incertidumbre. ¿Qué pasará con sus vidas? Realmente, la respuesta parece significar muy poco para este director. La verdadera pregunta cuya contestación sabemos, pero deseamos ignorar es ¿qué será de los niños?, de aquellos que golpearon a su hermano, del pequeño que está en sus brazos, de aquel que ya está creciendo en su útero, de ellos mismos.

Basta entonces que nosotros, los espectadores, nos quedemos con esa pregunta en la cabeza para poder decir, sin miedos que Heli es, sin dudas, una película del Nuevo Cine Latinoamericano.

Por: Anabel Serrallonga Hidalgo de CubaAhora