Hallan depósito ritual en el Templo Mayor

** Encontraron 45 cráneos y 200 mandíbulas, los restos de una mujer, así como el árbol prehispánico más antiguo descubierto hasta ahora.


Hallan depósito ritual en el Templo Mayor

La Crónica de Chihuahua
Octubre de 2012, 23:48 pm

México, D.F.- Un depósito ritual con 45 cráneos y 200 mandíbulas, los restos de una mujer, así como el árbol prehispánico más antiguo descubierto hasta ahora y una piedra para sacrificios, son los nuevos hallazgos que los arqueólogos del INAH realizaron durante dos excavaciones frente al edificio del Templo Mayor.

El descubrimiento fue realizado los días pasados y, en opinión del arqueólogo Raúl Barrera, se trata del más importante hallazgo de carácter mortuorio en la zona arqueológica del Templo Mayor, y la recuperación más importante de un árbol prehispánico hasta ahora. Así lo señaló durante el primer recorrido por las excavaciones, en el sitio donde se están colocando las estructuras que sostendrán el nuevo acceso al vestíbulo de la zona arqueológica.

Los detalles de estas excavaciones fueron expuestos por el arqueólogo Raúl Barrera y Carlos Javier González, director del museo y de la zona arqueológica del Templo Mayor, quienes aseguraron que la excavación no será ampliada y sólo se trabajará en este espacio de 50 metros de longitud por 24 de ancho y casi cinco de profundidad.

–¿Cuáles serán las piezas que podrá apreciar el público en los próximos meses?, se le preguntó a Barrera.

–Una vez concluido el nuevo acceso al vestíbulo se expondrán al público los diferentes fragmentos de esculturas y piezas cerámicas recuperados en los dos últimos años, así como el Cuauhxicalco, una estructura con sus cabezas de serpiente hallado en 2011.

“También los restos de un piso de la etapa IV que corresponde a los años de 1486 a 1502 y la estructura circular descubierta en los días pasados donde se encuentra el árbol sagrado”. Sin embargo, aclaró que los restos no podrán ser expuestos hasta que se concluyan los análisis e investigaciones correspondientes.

LA OFRENDA

Durante el recorrido, Raúl Barrera destacó que los 45 cráneos y las 200 mandíbulas que fueron hallados en el depósito ritual están fragmentados debido al peso de la tierra. Y destacó la presencia del esqueleto de una mujer y cinco cráneos completos, colocados bajo una piedra de sacrificio.

Sobre el esqueleto de la mujer, el arqueólogo detalló que se encontraba enterrado boca abajo, con la mano derecha a la altura del vientre y la mano izquierda en la espalda, aunque aún no se cuenta con información suficiente para determinar su rango ni su identidad.

Y en cuanto a los cinco cráneos, resaltó que presentan un orificio a la altura de la zona parietal, donde posiblemente les fue colocada una estaca, “pues creemos que antes formaban parte de un tzompantli, una estructura cuadrangular que quizá se ubicaba frente al Templo Mayor”.

Además, señaló que en los próximos meses se continuará con los estudios de los restos, dado que por ahora sólo se ha iniciado la etapa de registro y recolección de información para su posterior análisis por diferentes especialistas, para recuperar información de la sociedad mexica y así determinar a qué tipo de ceremonia corresponden.

“Consideramos que este conjunto de cráneos y demás restos forman parte de una ofrenda de clausura que selló una época constructiva para dar inicio a otra más”, detalló.

EL ÁRBOL. Sobre el árbol sagrado, Raúl Barrera puntualizó que forma parte del recinto sagrado de Tenochtitlan y corresponde a la época en que gobernó el tlatoani Moctezuma Ilhuicamina, entre 1440 y 1469.

Según los especialistas, expresó, se trata de un encino que fue trasladado desde la parte alta de las montañas que rodean la ciudad de México. “Pero para ello se hacía una ceremonia en la que los sacerdotes se dirigían a seleccionar el pequeño árbol y su posterior trasladarlo al Templo Mayor.

“Este árbol era sagrado y muy importante para las sociedades mesoamericanas porque según la cosmovisión mexica, se pensaba que el árbol sostenía el cielo, por su tronco transitaban diferentes flujos cósmicos y sus raíces eran los conductos hacia el inframundo”, describió.

–¿Cómo era el ritual para el traslado de este árbol sagrado?

–Era un ritual bastante complejo que duraba varios días. Entonces se hacían ceremonias, cantaban los sacerdotes y posteriormente el árbol era trasladado y colocado en este lugar conocido como Cuauhxicalco.

–¿Podría asegurarse que se trata del único árbol sagrado en la zona arqueológica?

–No. Seguramente existen más vestigios, pero aún los desconocemos. Así que serán las excavaciones del futuro las que nos determinen la presencia de más vestigios.

El hallazgo es de suma importancia, señaló, debido a que anteriormente se habían localizado fragmentos de estos árboles, pero ahora se ha localizado esta pequeña estructura circular que funcionó para modificar la forma del árbol sagrado.

Dicha estructura fue hecha de piedra de tezontle y está decorada con estuco, mide 2.20 metros de diámetro y 55 centímetros de altura y según los expertos se encuentra descrita en los textos de Fray Bernardino de Sahagún y Fray Diego Durán. Así que en el futuro aportará nuevos datos y pistas sobre las costumbres y rituales mexicas, concluyó.