Háganle como quieran, la JMAS se paraliza desde las 17:00 horas

Por: Alejandro Salmón Aguilera


Háganle como quieran, la JMAS se paraliza desde las 17:00 horas

La Crónica de Chihuahua
Septiembre de 2013, 11:08 am

Ahora que vemos el tamaño de las contingencias que puede generar el agua, incluso en zonas urbanas, donde se colapsan los drenajes y colectores con una fuerte caída de lluvia, se nos puede helar la sangre sólo de pensar en lo que está haciendo la JMAS de Chihuahua: se queda "engarrotado" después de las 17:00 horas, cinco de la tarde.

Resulta a alguien del aparato gubernamental se le ocurrió aplicar medidas de control propias de una empresa privada en una institución pública que debe estar lista para atender emergencias.

Al señor Maurilio Ochoa, presidente de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento se le ocurrió aplicar un sistema de control para evitar que el personal use los vehículos de la institución para asuntos personales o fuera de horario de trabajo.

Fuentes cercanas a la JMAS confirmaron que el titular del organismo encargado de proveer de agua y servicios de saneamiento a la ciudad tuvo a bien instalar un sistema GPS a todos los vehículos para inmovilizarlos a partir de las 17:00 horas.

Si se tratara de camiones repartidores de huevo, vale, pero no, son vehículos para uso de una institución que en todo momento está en situaciones de riesgo y de atender contingencias, y más en estos días, cuando los drenajes de la ciudad pueden colapsar a causa de la lluvia.

Resulta que las primeras consecuencias de ese “mecanismo de control” ya se presentaron y en el momento más inoportuno para la ciudad, para el centro histórico y, desde luego, para el propio Marilio Ochoa.

La noche del 15 de septiembre, cuando todo estaba listo para el inicio de las fiestas para conmemorar el Grito de Dolores, se reventó una tubería instalada debajo de la calle Ojinaga, es decir, a una cuadra del Palacio de Gobierno.

La situación era en verdad apremiante, pero no había forma de atacarla, pues todas las camionetas de la JMAS estaban inmovilizadas. Los minutos corrían y el ex diputado, ex aspirante a alcalde y aún presidente de la JMAS sudaba frío —nos dicen— porque nada más no encontraba la forma de parar la fuga…y ya estaba el gobernador listo para iniciar los festejos patrios.

Tuvo que intervenir personal de la JMAS, a bordo de sus propias unidades para atajar la emergencia y reparar el daño antes de que iniciara todo el festejo.

La anécdota puede quedar como un mal rato para el presidente de ese organismo, pero va más allá: se trata del manejo de bienes públicos como si se trataran de activos de una empresa privada.

No es lo mismo resguardar los vehículos de una empresa distribuidora de abarrotes que tiene horarios bien definidos para repartir sus artículos, que los de una dependencia tan expuesta a la contingencia y la eventualidad, como es la JMAS. En fin, que ahí quede la lección: una cosa es controlar, otra inmovilizar.