Guerra económica (II)

** ¿No está un poco mal el mundo en el que nos tocó vivir? ¿No necesita cambiar radicalmente?


Guerra económica (II)

La Crónica de Chihuahua
Enero de 2015, 12:00 pm

Por Omar Carreón Abud

Al imperialismo y su voracidad, el método de la guerra convencional se le ha hecho insuficiente para salir de su crisis, ahora debe tratar de impedir o, aunque sea, retrasar el desarrollo, la fortaleza económica de sus competidores mediante otra guerra, la de los precios del petróleo. Pretende, pues, abaratarlo hasta niveles de quiebra para los países exportadores; y para ello, Estados Unidos ha estado aumentando desde hace aproximadamente un año la extracción del petróleo de esquisto. Con este método de obtención del energético, Estados Unidos ha aumentado la producción diaria de líquidos de petróleo, incluidos el crudo de esquistos bituminosos, productos de condensación, biocombustibles y otros, en un millón de barriles, pasando de 11 a 12 millones diarios de barriles y, si recordamos que la demanda global de petróleo se ha contraído por los problemas económicos en Asia y en la zona del euro, la saturación es más que evidente.

A principios de este año, la Agencia Internacional de la Energía predecía que la demanda mundial crecería en 1.3 millones de barriles diarios, ahora, ya entrado el año y constatadas las dificultades económicas de los países consumidores, la estimación de la demanda para 2014 es de sólo 0.68 millones de barriles diarios. Queda claro, pues que, como consecuencia de esta sobreoferta, se ha desplomado el precio mundial del petróleo: ahí está la guerra económica de los Estados Unidos, una baja drástica de los precios mundiales del petróleo para quebrar a otros países y quedarse solo en el mercado.

Cualquiera pensaría que los países exportadores de petróleo, agrupados en la OPEP, tratarían de bajar su producción para disminuir la oferta y tratar de elevar nuevamente los precios, pero en la reunión que realizaron en Viena el pasado 27 de noviembre, acordaron unánimemente mantener sus niveles de producción. ¿Por qué? Por legítima defensa ante la agresión económica del imperialismo; producir 300 mil barriles diarios menos les significaría perder casi mil millones de dólares mensuales de ingresos y los expertos opinan que ni siquiera esta reducción en la producción sería suficiente para influir en el mercado y que en realidad sería necesario disminuir la producción hasta en un millón de barriles diarios; tal reducción les significaría perder 2,500 millones de dólares por mes, es decir, 30.000 millones de dólares anuales. Además, si la OPEP intenta mantener los precios actuales o elevarlos, tendrá un resultado contrario, ya que daría más seguridad a las compañías estadounidenses que se dedican a proyectos de esquistos e intensificarán aún más la extracción nivelando los efectos de la reducción de las cuotas por parte de la OPEP. Han decidido, por tanto, jugársela, manteniendo sus niveles de producción.

Maniobra arriesgada y costosa cuyo resultado no puede preverse fácilmente, pero cabe anotar que a las empresas imperialistas ya les está dañando. Los precios bajos en el crudo están afectando empresas que venden petróleo crudo, como British Petroleum cuyas acciones cayeron un 17% desde mediados de junio; como SeaDrill, uno de los mayores propietarios de plataformas de perforación del mundo, cuyas acciones cayeron a principios de diciembre hasta un 18%; y como Chevron, cuyas acciones cayeron 11%; también están resultando afectados los bancos que les han prestado a las petroleras, se rumora que Barclays y Wells Fargo enfrentan pérdidas derivadas de un préstamo relacionado con la energía, pues ambos bancos encabezaron un préstamo a principios de este año por 850 millones de dólares que tenía como propósito ayudar a financiar la fusión de Sabine Oil & Gas y Forest Oil, compañías petroleras con sede en EU. Hay una guerra económica de los grandes productores de petróleo, a ver quién aguanta más. Juego de vencidas entre los países petroleros como consecuencia de una agresiva política económica de Estados Unidos diseñada para salir de la crisis, pero no produciendo más barato, sino inundando el mercado para quebrar a sus competidores.

¿Y México? Aunque el barril de petróleo esté baratísimo en el mundo y la gasolina baje de precio en Estados Unidos, no espere usted una baja en los precios de la gasolina Premium, Magna y el diesel en nuestro país porque aquí el precio no depende de ninguna oferta y demanda sino de decisiones gubernamentales. Pero, eso sí, si PEMEX decide disminuir su producción, ello redundará en un menor ingreso para las finanzas nacionales y, consecuentemente, un menor gasto público o, si se pretende mantener el nivel de gasto ya programado, deberá contraerse más deuda. El panorama para México no luce tranquilizador. Además, si a la baja de precios del crudo en 2015, se suma una menor producción de petróleo por parte de Pemex, el resultado pondría en riesgo mayor las finanzas públicas y el crecimiento económico del país ya que una reducción de sólo 0.5 millones de barriles por día en la producción de Pemex tiene un efecto negativo en los ingresos del país por 17,100 millones de pesos.
Pero -se dice- la SHCP compró un seguro que costó 773 millones de dólares para garantizar los ingresos petroleros sin importar los movimientos en los precios. De acuerdo, pero debe saberse que el mentado seguro sólo cubre el precio de venta de 228 millones de barriles y la producción de crudo en nuestro país es del orden de los 876 millones de barriles de petróleo crudo. Es más, ese seguro, como todos los seguros del mundo -como el de su coche, en caso de que lo tenga- tiene una fecha de vencimiento y después hay que pagar nuevamente la prima, la cual, cubrirá los riesgos de nuevas caídas en los precios, pero no desde los 76 dólares por barril que ahora están garantizados, sino desde un nivel de precios mucho menores.

Las secretarías de Hacienda y de Energía han ajustado ya el precio esperado por barril de 82 a 79 dólares, así están presupuestados los ingresos petroleros para el año entrante, pero, debe saberse que cada dólar que cae el precio del barril de petróleo, recorta aproximadamente 300 millones de dólares a la recaudación de la Secretaría de Hacienda. Hasta el momento, el recorte neto a la estimación presupuestal es de mil millones de dólares. En cuanto al encarecimiento del dólar por la devaluación, es evidentemente más perjudicial que benéfico pues las importaciones superan a las exportaciones en mil 619 millones de dólares; ello acarreará aumentos internos de precios, habrá mayor inflación. En resumidas cuentas, aun con seguro, México verá disminuidos sus ingresos por venta de petróleo, el gobierno tendrá que gastar menos el año que entra y, seguramente, también se endeudará más. Así comenzamos el año. ¿No está un poco mal el mundo en el que nos tocó vivir? ¿No necesita cambiar radicalmente?