Gran riqueza de gas shale en Chihuahua, es todavía especulación

**Falta todavía abrir los pozos para saber de qué tamaño son los yacimientos, si los hubiera.


Gran riqueza de gas shale en Chihuahua, es todavía especulación

La Crónica de Chihuahua
Mayo de 2014, 14:58 pm

La certeza sobre la existencia de gas shale en el estado de Chihuahua aún está por comprobarse pues, para ello, primero es necesario abrir los pozos y hacer el estudio correspondiente, por lo que se desconoce qué tan redituables pudieran ser, explicó el especialista, Luca Ferrari.

Es decir, en los más de 33 mil kilómetros cuadrados en donde pudiera existir el gas de esquisto o shale, aún se desconoce la cantidad de reservas a explotar.

Ferrari, investigador del Centro de Geociencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), advirtió además que las autoridades federales tienen un interés menor en la explotación de yacimientos de este estado en comparación con otras entidades.

Hay sólo interés marginal en Chihuahua, “los estados donde más se piensa realizar los primeros estudios y luego extracción son Tamaulipas, Coahuila y Nuevo León”, señaló.

Los expertos consultados por El Diario además agregaron que, en caso existir reservas suficientes y ser redituable su explotación hay otros retos qué sortear.

Por ejemplo, la explotación de este combustible implica la disponibilidad del agua que requiere su extracción, una red vial adecuada para la transportación de la misma, las precauciones ante posibles fallas geológicas que pudieran generarse.

Además, el cuidado de la población que habite cerca de los yacimientos debido a los químicos utilizados que, incluso, pudieran resultar cancerígenos.

De acuerdo con Ferrari en Tamaulipas, Coahuila y Nuevo León, se ha comprobado que existen potencialmente reservas que no se sabe cuantificar exactamente.

En Chihuahua “podrían existir, pero la información que yo tengo de hace algunos meses que todavía estaba en estudio la posibilidad de explotar este recurso”, dijo.

Ese tipo de formaciones de lutitas con gas, explicó el académico, se dan en la zona de llanura, están en Texas y continúan sobre la frontera, pero ya donde empieza la sierra ya no hay.

Explicó que el territorio mexicano está en gran medida en zona montañosa, incluso hacia Chihuahua está la Sierra Madre Occidental que es volcánica de origen y donde hay rocas volcánicas no hay ni petróleo ni gas, porque por las temperaturas que alcanzaron los recursos ya se han perdido.

Por ello, “solamente en la franja más plana de la parte fronteriza de México es en donde existe potencialmente este recurso”.

Los retos

En cuanto a los retos que los gobiernos enfrentarán ante la explotación del gas shale, Ferrari Pedraglio precisó que “hay datos que indican que en un pozo, típicamente son utilizados entre 13 y 14 millones de litros de agua para hacer una operación de fracking”.

Sin embargo, aclaró, en un mismo pozo se pueden hacer hasta seis operaciones de fracking.

“Es una gran cantidad de agua y sabemos que en la frontera ya hay problemas de este líquido. Sabemos que hay escasez de agua para uso agrícola y humano. Entonces, esta técnica de fracturación hidráulica con la cual se extrae el gas, compite directamente con otros usos del agua”, agregó.

El otro problema, advirtió el investigador de las UNAM, es que el agua una vez que se inyecta sale otra vez por el pozo y obviamente está contaminada con compuestos químicos y se necesita desecharla.

“En algunos casos se reinyecta en otros pozos para que se quede en el subsuelo, pero ha habido también casos en Estados Unidos donde se ha vertido en ríos o en el suelo, es decir, hay una posibilidad de contaminación de aguas superficiales y de suelos”, advirtió.

Agregó que hay también el riesgo de que pueda contaminar los acuíferos de donde se saca el agua para tomar. “Es un riesgo no tan común, pero puede ocurrir”.

Aunado a ello, recordó, ha habido también casos en los que se ha demostrado que al reinyectar esta agua, se han reactivado fallas geológicas.

Es decir, han ocurrido ciertos terremotos en proximidad de estos pozos que aunque no son terremotos grandes sí son sentidos y pueden crear ciertos daños en las poblaciones que están inmediatamente arriba.

En cuanto a la utilización de la red vial, Luca Ferrari explicó que para transportar todos estos millones de litros de agua para hacer una operación de fracking se necesitan tráileres, cada uno de los cuales transporta 20 mil litros.

Explica el especialista que si se divide toda la cantidad de agua por el número de camiones, se vuelven cientos.

“Necesitamos cientos de viajes de tráileres pesados sobre caminos que a veces no están en las mejores condiciones, lo que genera un mayor desgaste de la red vial para llegar a esas plataformas donde se hace la perforación”, dijo.

Agregó que se ha demostrado recientemente que parte de este gas se puede escapar.

“El gas que se extrae del pozo no se logra recolectar por completo por lo que puede ir a la atmósfera y el principal componente del gas shale es el metano, uno de los gases de efecto invernadero más poderoso. Es mucho peor que el CO2, es entre 15 ó 20 veces más fuerte el efecto de invernadero del metano con respecto al CO2”, explicó.

Por estas razones, dijo, en Estados Unidos hay muchas comunidades que se han opuesto al fracking.

“Hay al menos 400 condados y ciudades en donde ha sido prohibido. En Europa, ha sido prohibido en Francia, en Polonia. Es una técnica que tiene un costo muy alto tanto del punto de vista ambiental como social y que realmente sus beneficios son muy pocos”, indicó.

Para Miriam Gurnstein del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), “el problema en México es garantizar la supervisión de los proyectos por parte de los tres niveles de gobierno para que efectivamente se opere en condiciones ambientales óptimas”.

Por ejemplo, se preguntó, “¿qué va a pasar con los terrenos comunales, rurales y privados que estén en esta zona? La ley sí tiene una especie de ceguera porque por una parte dice que se tendrá que entregar un análisis de impacto social a la Secretaría de Energía para autorizar los proyectos y por otra dice que es una actividad de utilidad pública, entonces, si no hay un acuerdo entre los particulares se procede a la expropiación de los terrenos”.

Eso, dijo, podría causar muchísimo descontento social, porque efectivamente el gas shale es mucho más aceptado en zonas despobladas en donde las comunidades no se manifiestan en contra porque no las hay.

“Es un escenario complejo, factible, pero que requeriría de muchísima reflexión y de muchísimo trabajo por parte de los gobiernos estatales, federales y municipales”, explicó.

Por ello, señaló, los estados y municipios “deben hacer pleno uso de sus facultades concurrentes en materia de protección al ambiente, no dejarle todo a la federación y también hacer un uso responsable de protección a las comunidades locales”.

¿Un negocio redituable?

Ferrari y Gurstein, no coinciden sobre los beneficios sociales que traería la extracción del gas shale.

Para el investigador de la UNAM, “no es un buen negocio, pues es un recurso muy caro que tiene un impacto y costo ambiental y social muy alto”.

Sin embargo, la especialista del CIDE asegura que sí podría haber un beneficio económico para la sociedad mexicana siempre y cuando en las leyes secundarias de la Reforma Energética, se establezcan las pautas para que la industria tenga prácticas controladas minimizando los efectos ambientales, además de un cambio de infraestructura en la generación de energía eléctrica.

Ferrari Pedraglio insistió en que hasta no hacer muchos pozos no sabremos cuánta cantidad de gas y petróleo contienen los yacimiento

“En Estados Unidos, por ejemplo, han hecho casi 70 mil pozos en los últimos 8 años y entonces se conoce bastante bien cómo está distribuido ese hidrocarburo”, explicó.

Sin embargo, puntualizó, “en México hay unos cuantos pozos, por cuando se hacen afirmaciones diciendo que en México hay grandes reservas es muy especulativa la afirmación, no se basa en datos duros, en datos certeros. Es sólo una hipótesis”.

Aunado a ello, dijo, en los Estados Unidos la mayoría de las empresas está perdiendo dinero porque ha bajado el precio de gas shale.

El académico explicó que los bancos prestaron a un interés muy bajo a las empresas que empezaron a perforar, al producir mucho gas, bajó temporalmente el precio, pero llegó un punto que estuvo por debajo del costo de producción.

“Fue por eso que una gran parte de esas empresas que le entraron al negocio, quebraron, fueron vendidas, se fusionaron, los que realmente ganaron, fueron los bancos”, dijo.

Insistió: “yo no creo que sea posible que disminuya el precio del gas mucho. Si se lograra perforar los miles de pozos que dicen, es posible que haya temporalmente una baja de precio, pero será una cuestión de un año o dos a lo más”.

Sin embargo, para Miriam Grunstein la extracción del gas shale en México y un boom en el sector, traería “la creación de un México muy competitivo en materia de la tarifa eléctrica”.

Si llegamos a una explotación óptima de los recursos naturales, consideró, podríamos llegar a un punto, que no va a ser pronto, de tener una abundancia de gas y por lo tanto una expansión de la planta de generación eléctrica con gas y que ayude a bajar la tarifa.

Esto, dijo, depende de que la Comisión Federal Electricidad (CFE) cambie sus generados de combustóleo y carbón por infraestructura termoeléctrica, entonces tendríamos que tener una transformación de nuestra planta productiva para gasificar a México.

Datos y definiciones

¿Qué es el Gas Shale?

Los yacimientos de aceite y gas en lutitas se definen como un sistema petrolero de rocas arcillosas orgánicamente ricas y de muy baja permeabilidad, que actúan a la vez como generadoras, almacenadoras, trampa y sello.

Para que el sistema funcione como yacimiento se requiere crear permeabilidad a través de la perforación de pozos horizontales que requieren fracturamiento hidráulico múltiple, para inducir el flujo de fluidos hacia el pozo.

¿Qué es el fracking?

La técnica de extracción de energéticos con agua. Se hace un pozo que luego se desvía para que se vuelva horizontal y tenga mayor contacto con la formación impermeable, que se conoce como lutita. En dicha formación quedan atrapadas gotas de gas y a veces de petróleo, precisamente por la impermeabilidad. Una vez que se realiza este pozo se inyecta a alta presión con agua, arena y varios químicos que son de hasta 250 tipos - en su mayoría tóxicos y hasta cancerígenos-, que sirven para fracturar la lutita y permitir que esas gotas de gas fluyan hacia el pozo y se puedan extraer.