Gobierno: ya "nada más van 3 mil 800 homicidios"

Por Alejandro Salmón Aguilera


Gobierno: ya

La Crónica de Chihuahua
Octubre de 2011, 13:11 pm

La incidencia de homicidios “va a la baja”, insiste el gobernador César Duarte Jáquez. A cada que alguien le hace la pregunta, él tiene la misma respuesta y, de inmediato, cambia el tema de conversación. Incluso cuando el niño cantante Hiroshi Arikado le mencionó su deseo de que ya no hubiera violencia en Chihuahua, el gobernador respondió de inmediato con el mismo argumento de que ya va que ese delito ya va en descenso.

Las cifras que arroja la Fiscalía General del Estado confirma que, en efecto, hay una baja respecto al mismo período del año anterior: casi un 45 por ciento menos víctimas de homicidio que en los primeros tres cuartos del 2010.

Buen mérito, ni quién lo dude. Sólo que esa baja no implica que el delito de homicidio, el de mayor impacto social—más aún que el secuestro, como se empeña en decir el gobernador—aún cuanta a sus víctimas por miles.

Veamos: según las cifras de la FGE, ente enero y septiembre de este año hubo 3 mil 872 personas asesinadas, la mayoría de ellas, presumiblemente, por actores del crimen organizado. Es decir, que el promedio de homicidios por día sigue siendo de dos dígitos: 11 por día.
Es cierto: 11 diarios es menos malo que 24, como en el 2010, pero eso no significa que la batalla contra la inseguridad se haya ganado, ni mucho menos.

También hay un descenso en el robo de automóviles, tanto el que se hace con violencia como el que se comete cuando el vehículo está vacío—digámosle, el robo “benigno”—pero eso no quita que van 17 mil 43 víctimas de ese molesto y a veces traumático delito.

Hay una mejora en las condiciones, es cierto, pero no quiere decir que hayamos salido de terapia intensiva en materia de inseguridad. Somos una entidad donde las víctimas de los delitos con mayor recurrencia se ya son más de 50 mil. No hay razón para festejar.

Pero si no hay razón para festejar, mucho menos la hay para enojarse con quien toca el tema. Menos aún, para insinuar que, quien presenta el dato, lo hace motivado por “quién sabe qué intereses”.

El interés que sigue el periodista, o al menos la mayoría de ellos, es uno sólo: el periodismo. Y la materia prima del periodismo es la crítica, y la crítica se hace formulando preguntas, que no necesariamente deben ser al gusto del entrevistado.

Eso debería saberlo un político con tanta experiencia y que ya estuvo expuesto al asedio de la poco cómoda prensa nacional.

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