Futbol femenil, deporte superior, fluido y sin fingimentos

**Mujeres jugando más bonito y de forma fluida, más veloces, más fuertes, más dinámicas, más armoniosas y distribuidas y menos actrices que tantos varones que gastan minutos (que parecen horas) fingiendo dolor, inflamando sus egos producto de mercadotecnias y no cualidades.


Futbol femenil, deporte superior, fluido y sin fingimentos

La Crónica de Chihuahua
Julio de 2019, 10:44 am

Por Rosa Elva Meza Rivera/
Redacción- La Crónica de Chihuahua

Sin considerarme una experta en cuestión de futbol, me he atrevido a escribir sobre el tema debido al asombro y orgullo innegable que me ha poseído estos días al dimensionar el torneo femenil que disputa la Copa del Mundo allá en Francia, y que vuelvo a expresar me arremete de satisfacciones adjuntas a mi femineidad y mi naturaleza de mujer.

La Copa del Mundo, en su octava edición, aglomera de inicio 24 selecciones que se eliminarán entre sí en una fase de grupos hasta determinar las escuadras que siguen avante a una fase de octavos, de cuartos, de semifinales y culminará tras el juego final el día 7 de Julio en que Estados Unidos, vigentes campeonas y las favoritas (que hace solo momentos obtienen su pase al ganarle a Inglaterra) alzarán nuevamente el trofeo de campeonas o será otra nación quien se lleve la Copa del Mundo.

Pero qué es lo que quiero decir acerca de un torneo que en lo personal me ha impactado. He sido testigo de la fortaleza y de la disciplina de las jugadoras que me han atrapado partido a partido. Lo que quiero decir con la frente muy alta es que en este torneo — mi primero, por cierto — he quedado no solo asombrada sino estupefacta ante la mutación del concepto que fue el sexo débil y hoy es fortaleza.

He visto estos días jugar a mujeres que lo han dado todo, sabía a plenitud que jugaban futbol en torneos importantes, pero no la existencia de Copas Mundiales con solo mujeres lo cual me sorprende y aun más cuando observo que salen a reconocer el estadio y la cancha ataviadas con trajes formales que no merman nada su femineidad ni les resta hermosura. Es decir, que ni previo al partido ni en plena batalla campal entre las selecciones, se ve reducida su femineidad, su belleza, su fuerza, su velocidad, su sobrado talento como jugadoras. Y vaya que corren y dejan su aliento y su sudor en la cancha. Y vaya que lloran si son derrotadas. Y vaya también que se caen y de forma inmediata incorporan su cuerpo y regresan al trote y a sus posiciones.

Y aquí quiero ser sumamente tajante al entrar en las comparaciones que son tan cuantiosas como ineludibles porque, a diferencia del futbol de hombres, observo a mujeres jugar más bonito y de forma fluida y lo más importante que hay que destacar: más veloces, más fuertes, más dinámicas, más armoniosas y distribuidas y menos actrices que tantos varones que gastan minutos (que parecen horas) fingiendo dolor, simulando hacer algo, inflamando sus egos producto infalible de mercadotecnias y no cualidades.

De un futbol de hombres que llega a aburrir cuando juegan sin brío y mecánicamente, lo cual es constante en el futbol actual donde suele ser más divertido ver el césped crecer en lugar del partido. La metamorfosis entonces es obvia: ellos son para mí el sexo débil y no las mujeres que aplaudo y me atrapan sus goles. Decía un hombre en twitter que de ninguna manera vería a las mujeres jugar balompié, que el futbol era un deporte diseñado por hombres y para los hombres. Recibió tal cantidad de leñazos verbales que cerró su cuenta. Imaginen lo que le expresé a ese adefesio, machista e idiota.

Y a todos ustedes los insto a mirar el futbol femenil de esta Copa del Mundo, verdadero futbol, verdadero talento, verdadera belleza, emoción y jugadas vibrantes que hacen saltar de su silla a los aficionados.