"Fracking" ocasiona temblores y daños al medio ambiente: Alianza Mexicana

**Las fracturaciones han ocasionado sismos de entre 3.1 y hasta 4.3 grados en la escala de Richter, en las localidades cercanas a los pozos que ya están operando


La Crónica de Chihuahua
Marzo de 2014, 15:21 pm

Chihuahua.- A unos cuantos meses de aprobarse la reforma energética propuesta por el presidente la República Mexicana, Enrique Peña Nieto, asociaciones como Alianza Mexicana contra el uso de la técnica “fracking” para extraer el gas de esquisto (shale en inglés) solicitan se investigue la relación entre esta práctica y los sismos presentados en los últimos dos años en los estados de Chihuahua, Nuevo León y Coahuila en el norte de México.

El fracking consiste en la perforación de un pozo en forma vertical para luego de obtener cierta profundidad, avanzar con una nueva perforación en forma horizontal con una extensión de hasta 1.5 kilómetros. Después se procede a la fracturació0n de la roca de esquisto para lo cual se inyecta una “mezcla de agua, arena y sustancias químicas a elevada presión, para permitir el flujo y salida del gas” según se explica en la página de internet de la Alianza Mexicana consultada por el periódico Vanguardia del Distrito Federal.

Dichas fracturaciones han ocasionado sismos de entre 3.1 y hasta 4.3 grados en la escala de Richter, en las localidades cercanas a los pozos que ya están operando en los estados de Nuevo León, Veracruz y Coahuila, pero además se sospecha que los pozos que utilizan esta técnica en el estado de Texas de Estados Unidos de América están afectando a otros estados ubicados en la frontera entre este país y México, entre ellos, Chihuahua.

Además, de acuerdo con el periódico digital Milenio de Monterrey, este método de Fracturación Hidráulica podría ocasionar graves daños al medio ambiente, ya que “esta misma agua con químicos que se está inyectando, queda inservible, hay químicos que no se pueden eliminar del agua para volverla a hacer potable” explicó Edith Martínez, de Green Peace. De tal manera que si ese agua permea a los acuíferos podría contaminarse el agua potable con la que cuenta el ser humano, dañando además el subsuelo y por consiguiente los cultivos.