Forman grupo para buscar cuerpos de indocumentados

**Los Ángeles del Desierto


Forman grupo para buscar cuerpos de indocumentados

La Crónica de Chihuahua
Marzo de 2014, 10:15 am

Un oficial me preguntó por qué estamos haciendo esto … porque ustedes no lo hacen”.- Rafael Hernández

The Houston Chronicle

Falfurrias, Texas.- Una mañana gélida de la semana pasada, Rafael Hernández siguió un rastro en la arena a través de la enorme cantidad de arbustos del Condado Brooks en busca de inmigrantes.

Hernández de 59 años de edad, quien fundó un grupo de voluntarios para rescatar inmigrantes llamado Los Ángeles del Desierto, pasó por donde se encontraban tiradas botellas para agua con capacidad de un galón y ropa llena de tierra, olvidada por un indecible número de personas que han pasado por este implacable lugar para eludir el puesto de revisión de inmigración de la Patrulla Fronteriza, localizado cerca de Falfurrias.

Sólo le tomó unas cuantas horas antes de descubrir el cuerpo de un hombre joven, con el torso descubierto y los ojos destrozados por las aves carroñeras. Hernández se arrodilló a un lado del hombre para orar. Si se tropezó tan rápido con un cuerpo, cuántos más habrá allí que no han sido descubiertos, se preguntó.

“Cientos”, se respondió, “Cientos”.

Desde el decidido punto de vista de Hernández, se necesita hacer más para encontrar a los inmigrantes que han desaparecido mientras tratan de entrar ilegalmente al país.

En sus anteriores visitas al Condado Brooks, los rancheros le han negado el acceso para escudriñar sus propiedades.

La semana pasada, aunque no tenía permiso, saltó sobre un cerco para seguir un rastro y encontró el cadáver.

Cerca de donde lo encontró, en un rancho al que ocasionalmente acuden personas importantes para cazar, colocó una cruz elaborada con dos palos atados con una bolsa de plástico y telefoneó a las autoridades.

Agentes de la Patrulla Fronteriza le advirtieron que se mantuviera alejado de la propiedad privada, pero respondió que no podía prometerlo.

“¿De qué otra manera podemos encontrarlos si no entramos a estos lugares?”, preguntó.

“Un oficial me preguntó por qué estamos haciendo esto … porque ustedes no lo hacen”.

De acuerdo a los números más recientes de Aduanas y Protección Fronteriza, están aumentando las aprehensiones de inmigrantes, y esa tendencia está siendo acrecentada por los centroamericanos que ingresan al país a través del sur de Texas.

Desde el 2011, los arrestos de inmigrantes no mexicanos que ha llevado a cabo la Patrulla Fronteriza en el sector del Valle del Río Grande se han incrementado en más del 360 por ciento.

La mayoría de los inmigrantes son centroamericanos que huyen de sus países plagados por la violencia de las pandillas.La travesía hacia el Norte está lleno de riesgos y el sur de Texas no es menos peligroso.

Aunque los inmigrantes indocumentados han estado ingresando por el Río Grande, a pesar de la presencia de numerosos agentes de la Patrulla Fronteriza, un cerco de 18 pies de alto con una longitud de varias millas y aviones no tripulados vigilan el espacio aéreo.

Pocos lugares han atestiguado las mortales consecuencias de una manera tan severa como el Condado Brooks, que cuenta con escasamente 7 mil 200 habitantes, varios ranchos y pocas cosas más.

Para evitar ser detectados, los contrabandistas hacen que los inmigrantes crucen por los predios de los ranchos que rodean el puesto de revisión de inmigración, al sur de Falfurrias.

Casi todos los días, Presnall Cage de 69 años de edad, los observa desde su rancho, que está cerca del puesto de revisión.

“Acabo de ver a un joven de Guatemala cuando regresaba de comer”, comentó Cage. “Le señalé en dónde se encontraba Falfurrias”.

Durante la década pasada, Cage ha encontrado los restos de más de 100 inmigrantes en su rancho, incluyendo 16 durante un verano brutalmente caliente del 2012. Instaló grifos de agua fresca en todo el rancho además de tanques azules que podían ser identificados fácilmente.

Muchos ranchos tienen faros de rescate de la Patrulla Fronteriza, y una organización de la localidad, el Centro de Derechos Humanos del Sur de Texas, ha colocado varios barriles con agua en los ranchos, pero esta medida no siempre es suficiente.

Cuando una persona sucumbe ante los elementos naturales, sus acompañantes usualmente dejan una marca, tal como un par de zapatos alineados a la mitad del camino, para que pueda ser encontrado el cuerpo.

“Sabía que algo había allí”, dijo Cage un día, señalando los zapatos. “Allí estaba un cuerpo que yacía en el suelo mientras que los buitres sobrevolaban el lugar”.

Una vez que se encuentran al Norte del puesto de revisión, los inmigrantes son subidos a vehículos que se dirigen a Houston.

Persecuciones a alta velocidad y ocasiones en que los vehículos son abandonados y los pasajeros tienen que esparcirse, es algo que sucede diariamente en el Condado Brooks.

“Estamos promediando dos rescates al día, en algunas ocasiones tres o cuatro”, comentó Benny Martínez, subjefe de la Oficina del Sheriff del Condado Brooks.

“El año pasado posiblemente se duplicó ese número”.

Las persecuciones que hacen las autoridades de vehículos peligrosamente sobrecargados cada vez son más letales.

En el mes de noviembre, una Chevrolet Blazer modelo 2004 atiborrada con 14 pasajeros se estrelló contra un árbol mientras trataba de huir de la Policía de Falfurrias, matándose cinco personas.

Un hombre de 38 años de edad y originario de El Salvador, que sobrevivió al accidente fue encontrado amontonado dentro del vehículo, de acuerdo a su hermana, quien habló de manera anónima para proteger la identidad de él, relató que pagó 7 mil dólares para que lo llevaran a California.

“Estuvo en el hospital durante dos semanas, cuatro días en coma”, dijo. “Se fracturó la cabeza, una mano, un pie y sus costillas le perforaron el pulmón derecho, que se llenó de sangre”.

El Condado Brooks ha tenido problemas con la ola de inmigrantes y los que han muerto. En el 2012, el número de cadáveres llegó a 129, aunque el año pasado disminuyó a menos de 90. A falta de un médico forense, los cuerpos, que en algunas ocasiones sólo son esqueletos, han sido enterrados sin identificarlos.

Actualmente, el Condado envía los restos no identificados a Laredo, en donde se toman pruebas de ADN y se ingresan a una base de datos nacional.

El año pasado, Hernández colocó una tienda de campaña en las afueras de otro rancho del Condado Brooks y se rehusó a abandonarla hasta que el encargado del rancho, Ronnie Osburn, llamó a las autoridades.

Osburn de 63 años de edad, comentó que si llega a sorprender a Hernández dentro de su rancho, va a hacer que lo arresten.

“Es una causa muy noble, pero lo está haciendo de una manera errónea”, aseguró. “¿Qué pensarían si alguien entra a su casa y les dice “Vengo a buscar algo”.

A pesar de tales advertencias, el macabro descubrimiento de Hernández sólo afianzó su convicción de que los restos de otras personas siguen allí, una afirmación que pocos rancheros contradicen. Pero no le han permitido el acceso para que explore sus propiedades.

“Posiblemente podríamos encontrar personas vivas si nos permitieran buscarlos”, dijo Hernández.

“Hay una gran diferencia entre un día y el siguiente, porque en un día puede morir una persona”.

Cuando las autoridades y la víctima no identificada se perdieron de vista en el polvoriento camino de esa zona rural, Hernández empezó a sollozar.