Fidel Castro calificó de valiente al presidente venezolano

Maduro reconoció la victoria de la oposición derechista, y llamó a los miembros de su partido a reflexionar sobre la derrota del chavismo


Fidel Castro calificó de valiente al presidente venezolano

La Crónica de Chihuahua
Diciembre de 2015, 11:30 am

El expresidente de Cuba, Fidel Castro, llamó a Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, valiente y brillante, por su discurso el pasado 6 de diciembre, en el cual Maduro salió a reconocer la victoria del partido opositor sobre el chavismo, asegurando que se trató de una victoria circunstancial, pues antes de las elecciones se endureció una guerra económica en contra del país latinoamericano.

El estadista venezolano, aseguró que la lucha no fue tan sólo contra la oposición del país, sino contra todo el sistema capitalista, al cual calificó de salvaje, “cuando digo: ha triunfado la guerra económica, es porque el terror que le metieron a la vida económica de nuestro pueblo, inhibió un porcentaje importante y viró las corrientes históricas, por ahora, circunstancialmente, por ahora”, afirmó el líder venezolano.

En dicho discurso, Maduro resaltó la capacidad de Venezuela y del gobierno que encabeza, de canalizar el conflicto con el capitalismo y la burguesía, de manera pacífica y ordenada, asegurando que el reconocimiento de los resultados siempre estuvo garantizado.

Aquí la carta completa de Fidel Castro a Nicolás Maduro:

Querido Nicolás:
Me uno a la opinión unánime de los que te han felicitado por tu brillante y valiente discurso la noche del 6 de diciembre, apenas se conoció el veredicto de las urnas.
En la historia del mundo, el más alto nivel de gloria política que podía alcanzar un revolucionario correspondió al ilustre combatiente venezolano y Libertador de América, Simón Bolívar, cuyo nombre no pertenece ya solo a ese hermano país, sino a todos los pueblos de América Latina.

Otro oficial venezolano de pura estirpe, Hugo Chávez, lo comprendió, admiró y luchó por sus ideas hasta el último minuto de su vida. Desde niño, cuando asistía a la escuela primaria, en la patria donde los herederos pobres de Bolívar tenían también que trabajar para ayudar al sustento familiar, desarrolló el espíritu en que se forjó el Libertador de América.

Los millones de niños y jóvenes que hoy asisten a la mayor y más moderna cadena de escuelas públicas en el mundo son los de Venezuela. Otro tanto puede decirse de su red de centros de asistencia médica y atención a la salud de un pueblo valiente, pero empobrecido a causa de siglos de saqueo por parte de la metrópoli española, y más tarde por las grandes transnacionales que extrajeron de sus entrañas, durante más de cien años, lo mejor del inmenso caudal de petróleo con que la naturaleza dotó a ese país.

La historia debe dejar también constancia de que los trabajadores existen y son los que hacen posible el disfrute de los alimentos más nutritivos, las medicinas, la educación, la seguridad, la vivienda y la solidaridad del mundo. Pueden también, si lo desean, preguntarle a la oligarquía: ¿saben todo eso?

Los revolucionarios cubanos —a pocas millas de Estados Unidos, que siempre soñó con apoderarse de Cuba para convertirla en un híbrido de casino con prostíbulo, como modo de vida para los hijos de José Martí— no renunciarán jamás a su plena independencia y al respeto total de su dignidad. Estoy seguro de que solo con la paz para todos los pueblos de la Tierra y el derecho a convertir en propiedad común los recursos naturales del planeta, así como las ciencias y tecnologías creadas por el ser humano para beneficio de todos sus habitantes, se podrá preservar la vida humana en la Tierra. Si la humanidad prosigue su camino por los senderos de la explotación y continúa el saqueo de sus recursos por las transnacionales y los bancos imperialistas, los representantes de los Estados que se reunieron en París, sacarán las conclusiones pertinentes.

La seguridad no existe hoy ya para nadie. Son nueve los Estados que cuentan con armas nucleares, uno de ellos, Estados Unidos, lanzó dos bombas que mataron a cientos de miles de personas en solo tres días, y causaron daños físicos y psíquicos a millones de personas indefensas.

La República Popular China y Rusia conocen mucho mejor que Estados Unidos los problemas del mundo, porque tuvieron que soportar las terribles guerras que les impuso el egoísmo ciego del fascismo. No albergo dudas que por su tradición histórica y su propia experiencia revolucionaria harán el máximo esfuerzo por evitar una guerra y contribuir al desarrollo pacífico de Venezuela, América Latina, Asia y África.
Querido Nicolás:

Me uno a la opinión unánime de los que te han felicitado por tu brillante y valiente discurso la noche del 6 de diciembre, apenas se conoció el veredicto de las urnas.
En la historia del mundo, el más alto nivel de gloria política que podía alcanzar un revolucionario correspondió al ilustre combatiente venezolano y Libertador de América, Simón Bolívar, cuyo nombre no pertenece ya solo a ese hermano país, sino a todos los pueblos de América Latina.

Otro oficial venezolano de pura estirpe, Hugo Chávez, lo comprendió, admiró y luchó por sus ideas hasta el último minuto de su vida. Desde niño, cuando asistía a la escuela primaria, en la patria donde los herederos pobres de Bolívar tenían también que trabajar para ayudar al sustento familiar, desarrolló el espíritu en que se forjó el Libertador de América.