Feminicidios en el Estado de México, realidad oculta en mandato de Peña Nieto

**Menos de uno de cada diez casos de asesinato acaba con una sentencia, por lo que el mensaje de la impunidad se vuelve terrible


Feminicidios en el Estado de México, realidad oculta en mandato de Peña Nieto

La Crónica de Chihuahua
Mayo de 2014, 09:00 am

Ciudad de México.- En el sexenio en que Enrique Peña Nieto ejerció como gobernador del Estado de México (2005-2011) fueron asesinadas 1.997 mujeres, una cifra preocupante que las autoridades han intentado maquillar con la imagen de un presidente adorado por las féminas.

Así lo denuncia el periodista Humberto Padgett en su libro "Las muertas del estado. Feminicidios durante la administración mexiquense de Enrique Peña Nieto", en el que asegura que en esa región del centro de México es donde más mujeres sufren la violencia y menos se denuncia.

Peña Nieto "reconoció que había ganado en 2005 la gubernatura (gobernación) del Estado de México gracias a las mujeres" y en 2012 dijo lo mismo cuando triunfó en las elecciones presidenciales, apuntó Padgett.

Sin embargo, "lo que encontramos entre uno y otro momento es el obstinado ocultamiento de los datos sobre la verdadera condición de seguridad de ellas durante su administración", señaló.

Cuando estuvo al frente del estado, muchas ONG alertaron al ahora presidente sobre la gravedad de lo que estaba sucediendo, no solo por la cantidad de víctimas, sino por la brutalidad ejercida para asesinarlas.

La principal causa fue el estrangulamiento y los responsables de los crímenes eran miembros de su familia o su comunidad, aseguró Padgett.

Al analizar datos estadísticos entre 1990 y 2011, el periodista advirtió que en ese periodo el Estado de México, gobernado durante más de 80 años por el Partido Revolucionario Institucional (PRI, ahora también en el poder federal), ocupó el primer sitio en tasa de mortalidad por agresiones a mujeres, en términos absolutos y relativos.

Los feminicidios en ocasiones superan porcentualmente los del estado de Chihuahua, donde se encuentra Ciudad Juárez (fronteriza con EE.UU.), cuyas muertas sí son noticia y se han llevado a cabo numerosas campañas de protesta.

En el caso del Estado de México "se ha invisibilizado" dado que no ha habido alternancia política, a diferencia de Chihuahua, ni la ciudadanía se ha organizado para reclamar "un derecho tan fundamental" como la seguridad de las mujeres, indicó el periodista.

Peña Nieto no hizo nada por solucionar ese "enorme problema" y así lo transmitió a su sucesor, Eruviel Ávila, apuntó el dos veces ganador del Premio Nacional de Periodismo en México y de galardones como el Rey de España y el Ortega y Gasset.
Padgett comenzó a escribir esa historia con el caso de María Antonia Márquez, cuya hija fue asesinada frente a sus niños y que "se enfrentaba contra todo e iba denunciando al asesino".

A partir de ahí, llegó el acercamiento a otros muchos casos y la radiografía del por qué de tanta violencia.

Una de sus conclusiones es que "existe una predisposición machista" del aparato de justicia.

Policías, agentes del Ministerio Público (Fiscalía) y peritos responsabilizan a las mujeres de la violencia que sufren ya sea "porque andaba a altas horas de la noche en la calle", "llevaba la falda muy corta" o engañó al marido.

Como ejemplo, menos de uno de cada diez casos de asesinato acaba con una sentencia, por lo que "el mensaje de la impunidad se vuelve terrible" y, además, en todos los casos estudiados las autoridades habían solicitado dinero a las familias para hacer su trabajo.

El libro "tiene como cerebro la construcción estadística", para la cual Padgett contó con la ayuda de matemáticos, y "como corazón las historias relatadas casi siempre por las madres de las mujeres asesinadas".

Además, incluye opiniones de activistas y abogados que trabajan en la promoción del derecho de las mujeres a una vida sin violencia y, "como piel", tiene las fotografías de Eduardo Loza, donde no aparecen mujeres muertas, sino vivas, sus espacios y sus objetos.

"Queríamos mostrar con sus historias que esas mujeres no se añaden a una estadística, sino que restan a una persona sumamente valiosa no solo como individuo, sino en su contexto familiar" y en la sociedad, comentó.

Por ejemplo, en los últimos años el estado ha perdido a una médica que atendía sin cobrar a personas sin recursos o a una chica que impartía clases de natación a niños de un orfanato, también sin ganar un salario.

Esto es lo que "el país entero pierde cuando se permite" que se sigan asesinando mujeres impunemente, sentenció Padgett.
EFE