Ex presidente Fox es patrón de jornaleros explotados en Comondú

**Pero no sólo en estas dos agroempresas trabajan indígenas tarahumaras, en el Valle de Santo Domingo hay al menos otra empresa de este mismo calibre.


Ex presidente Fox es patrón de jornaleros explotados en Comondú

La Crónica de Chihuahua
Marzo de 2015, 11:03 am

LA PAZ, BCS.(OEM).- Aunque la presencia de indígenas tarahumaras en el Valle de Santo Domingo traídos para la cosecha de la papa data de hace unos 15 años, ésta se incrementó durante los últimos 5 con el arribo de grandes agroempresas que llegaron rentando tierras, entre éstas El Cerrito propiedad de la familia Fox, que maneja 6 ranchos de 40 hectáreas cada uno, con una producción de hasta 40 toneladas por hectárea.

Una fuente consultada por El Sudcaliforniano cuya identidad pidió ser resguardada, informó que es agroempresa es administrada por José "El Josecillo" Fox, hijo de un hermano del ex presidente Vicente Fox Quesada, a quien otras fuentes señalan como socio de esta compañía domiciliada en Guanajuato.

Cada uno de los 6 ranchos saca hasta 20 trailers de papa al día, y para la cosecha ocupan a cientos de jornaleros agrícolas que son contratados a través de enganchadores que se entienden directamente con los obreros agrícolas, desde el costo del traslado hasta el precio de la paga por arpilla encostalada, incluyendo el sitio donde permanecen durante su estancia en esta zona agrícola, en donde la cosecha de este tubérculo se lleva a cabo en dos periodos; durante febrero y marzo, y en los meses de septiembre y octubre; dos cosechas al año en las que trabajan unos mil 500 jornaleros todos traídos de otros estados, debido -según la fuente- a que los paperos aducen que la mano de obra local "no rinde igual", ya que solo trabajan de lunes a sábado, hasta las 4 de la tarde, con sus pausas para desayunar y comer, mientras que los tarahumaras lo hacen de sol a sol incluyendo los domingos, y si es posible toman sus alimentos en el zurco para no perder tiempo, porque ganan a destajo.

En este rancho de la familia Fox y en el El Cerezo, fue donde a raíz de una publicación periodística, salieron a la luz pública las condiciones de explotación en las que laboraban incluyendo a niños trabajando, falta de seguridad social, sueldos de miseria, y condiciones de vida infrahumanas.

Pero no sólo en estas dos agroempresas trabajan indígenas tarahumaras, en el Valle de Santo Domingo hay al menos otra empresa de este mismo calibre, y unos 15 más que siembran superficies menores de 40 hectáreas -todas ellas rentadas- para un total de aproximadamente 2 mil hectáreas, en donde los jornaleros viven en condiciones muy precarias, aunque en ningún caso al extremo de lo que recién se dio a conocer sobre los jornaleros de El Cerezo.

Fuentes consultadas por El Sudcaliforniano, señalan que a pesar de que el delegado de la Secretaría del Trabajo Ernesto Alvarez Gamez informó en rueda de prensa que los ranchos estaban sin operar, en realidad siguen trabajando en uno, y en el otro ya habían concluido casi al cien por ciento la cosecha, además de que no va a prosperar ninguna de las dos denuncias interpuestas ante la PGR, y tampoco van a pagar un solo peso de multa, como tampoco lo ha hecho el empresario del rancho El Piloto del Valle de Vizcaíno, en donde también gracias a las denuncias de los medios de comunicación, se descubrieran situaciones similares de explotación, muy parecidas a la de los tarahumaras.

Explicó además que si bien esta semana salió un grupo de tarahumaras de regreso a su tierra natal, son centenares más los que no desean salir a sus lugares de origen, porque aun y con las condiciones de los campamentos y el hacinamiento de los galerones donde viven en los ranchos paperos, están mejor que en Chihuahua, porque al menos aquí tienen trabajo.

Además, luego de la presión que ejerciera el gobierno una vez que este asunto se ventilara en los medios de comunicación, algunas empresas están rentando casas o cuartos en Ciudad Insurgentes para que sean ocupadas por estas familias de migrantes, por lo que ahora tienen mejores condiciones de vida, aunque hay otros ranchos donde los jornaleros viven en condiciones muy precarias, en galeras o galerones.