Es débil la generación de empleos en el país, todavía

**La economía del país no puede regresar ni siquiera al nivel en que estaba antes del año 2008.


Es débil la generación de empleos en el país, todavía

La Crónica de Chihuahua
Febrero de 2011, 18:09 pm

Por: Ivonne Vargas

México, D.F.- (CNNExpansión.com).— La generación de puestos laborales en el país seguirá siendo débil, tras la recesión global generada desde hace dos.

Baste con recordar que la cifra de trabajadores permanentes y eventuales urbanos registrados en el Instituto Mexicano de Seguro Social (IMSS), permaneció durante 23 meses por debajo de su valor máximo anterior a la crisis, ocurrido en octubre de 2008.

El Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP), de la Cámara de Diputados, señala que aunque en el transcurso de 2010 se acumula un crecimiento de 850,889 trabajadores cotizantes, la cifra total de empleados cotizantes al IMSS, hasta octubre de este año, sólo rebasa en 256,335 personas respecto a lo observado en 2008. Además, sólo 37,012 son puestos permanentes, mientras que los restantes 219,323 corresponden a eventuales.

El informe "El mercado laboral tras dos años de la recesión", de esa dependencia, afirma que hay desplazamiento paulatino de la contratación permanente frente a lo temporal. A su vez, la tasa de desocupación nacional (al tercer trimestre de 2010) fue de 5.6 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA), cifra superior a los tres trimestres precedentes, cuando se registró un desempleo de 5.3 por ciento, lo cual equivale a 2.65 millones de personas sin trabajo.

"La situación laboral en México está siendo muy complicada porque no sólo está la falta de puestos, también la informalidad va en incremento, los salarios se cotizan más bajos, las horas en oficina van en aumento, y la gente necesita buscar otras ‘entradas’ para compensar su ingreso. Incluso, de repente, si estás muy preparado, te enfrentas a que no te contraten por estar sobre calificado para cierto puesto", señala la psicóloga industrial por la UNAM, Sara Vallejo

La reducción de puestos no es el único peligro, la CEFP advierte que la Tasa de Ocupación Parcial y Desocupación, indicador que incluye -también- a personas que se desempeñaron en jornadas reducidas (menos de 15 horas a la semana), se mantuvo en 12 por ciento, lo cual equivale a 5.64 millones de personas en situación precaria.

Esto también se refleja en la población sub ocupada (aquella que tiene la necesidad y disponibilidad de laborar más tiempo), fue de 3.79 millones de personas en el tercer trimestre de 2010, alcanzando una tasa de 8.5 por ciento de la población ocupada.

Para Carmen Zarate, publicista, esa fue la alternativa para apuntarla su salario, dedicar más horas a sacar proyectos independientes. "Llego mucho más temprano a la oficina y, en la comida, o al salir, de inmediato me concentro en realizar materiales para proveedores menores. Lo más difícil de este esquema es que no puedes y a veces no quieres dedicar tu tiempo libre a apostar más por tu trabajo primario, lo que deseas es involucrarte en más tareas para ver si ahí surge otra opción fuera, o puedes mejorar tus pagos", platica.

Para Vallejo ese es uno de los peligros inminentes para las compañías. Si al ver que tu empleado está bajando su rendimiento no analizas las causas, o procuras tener en la oficina ciertos incentivos, la productividad se desborda, como jefe te ves tentando a cambiar a la persona, pero eso - a final de cuentas- son pérdidas para la empresa, dice.

Otro indicador preocupante es qué pasa con la Población No Económicamente Activa que se encuentra disponible para trabajar, pero ha desistido en su búsqueda. Resulta que este grupo se contabiliza en 20,390 personas, y junto con aquéllos que no salen a encontrar un empleo por considerar que carecen de oportunidades son en total 5.45 millones de marginados del mercado laboral.

Si a ello se añade a los empleados parcialmente ocupados y desocupados, se tiene un universo de más de 11 millones de mexicanos que requieren un trabajo, menciona el informe de la CEFP.

Más allá del shock que este contexto genera en lo emocional (pues un profesionista desocupado pierde su autoestima y tiende a creer que la situación difícilmente mejora), la desocupación es un "bomba" para el país, esas personas son una pérdida para el sistema fiscal y económico de México, subraya Vallejo.