Enfrenta Chihuahua la peor sequía en los últimos 150 años

**El nivel promedio de almacenamiento es del 30% y prevén que habrá seis veces menos lluvias este año.


Enfrenta Chihuahua la peor sequía en los últimos 150 años

La Crónica de Chihuahua
Abril de 2013, 07:38 am

Chihuahua.- La sequía creará en Chihuahua el peor escenario en los últimos 150 años según organizaciones internacionales, tanto para el sector urbano como para el agropecuario, pues mientras el nivel promedio de almacenamiento en las presas es de un 30 por ciento, habrá seis veces menos lluvias este año.

Al aceptar que lo atípico de las condiciones en que se encuentra el abasto de agua potable, enciende los focos de alarma, ya sea para consumo humano como para la producción agrícola y ganadera, la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la Secretaría de Desarrollo Rural del Estado (SDRE) y la Junta Municipal de Agua y Saneamiento de Juárez (JMAS), concuerdan en que los estragos sólo serán reversibles a muy largo plazo y en la medida en que permee la cultura de ahorro en los ciudadanos.

Casi 6 mil familias se quedarán sin empleo

El panorama más desolador lo enfrentará el campo chihuahuense, a consecuencia de la helada que en febrero de 2011 alcanzó los -27 grados en las zonas serranas y los -20 en las ciudades, situación que se combinó con un recorte federal de apoyo al campo, por el orden de un 50 por ciento menos, y que dejó al Estado con las manos atadas para resolver la contingencia.

Aunado a ello, en el 2012, aunque se recuperó el monto promedio de las ministraciones rurales, presentó un clima seco, que bloqueó la recuperación de los pastizales y cabezas de ganado, al tiempo que acarreó la contingencia que del 2013, no alcanzará a solventarse, pues no sólo repite las condiciones de sequía, sino que ésta será la peor en décadas, incluso en siglo y medio.

Roberto Dietrich Nevárez, director de Fomento Agropecuario, comentó que mientras organizaciones especializadas en la materia en Estados Unidos, calificaron la sequía que asolará a Chihuahua como la peor en los últimos 150 años, la Conagua estimó que el panorama no se había presentado desde hace cinco décadas.

“Todo se precipitó con la helada que dañó pozos, tuberías y sistemas de riego, y luego se continuó con una sequía muy prolongada. Viene de una tendencia de un 2011 sumamente seco, 2012 otra vez seco y ahora en 2013 muy seco, más el factor de que ya no hay agua en las presas, pues las principales están en menos de un 30 por ciento”, remarcó.

Consideró que se trata de “un nivel riesgoso”, que implica la reducción de superficie a establecer en los distritos de riego y tener que bombear pozos a mayor profundidad, a la par que un número muy importante de ellos se abaten.

Detalló que en el 2011, la principal afectación fue en el agostadero, pero gracias a que el 2010 dejó agua en presas, se logró desarrollar los ciclos de riego y conseguir la pastura para el ganado en la región temporalera y de agostadero.

Sin embargo, se volvió a repetir la poca lluvia y humedad, y en 2012 tuvieron que esperar la poca lluvia que cayó, pues el inicio de la siembra en la zona temporalera, parte de la existencia de humedad en la tierra por el agua que dejan las nevadas, pero cuando es muy seco se tiene que esperar la temporada de lluvias para sembrar y en este año ni siquiera quedaron reservas o humedad cautiva, observó.

La manera en que el fenómeno climatológico impactó al campo chihuahuense, fue muy localizado, ya que el cultivo de maíz y frijol apenas se logró con un mínimo de producción, pero la avena se perdió.

Además de que ante el frío, el cuerpo de las piezas de ganado tuvo que consumir mayor energía y no contaban con pastura para alimentarlo, de tal forma que se perdieron unidades, lo cual implica una combinación de factores peligrosa para la producción chihuahuense, al dañar a las tres principales áreas: agricultura temporalera, agostadero y distritos de riego, subrayó.

Tal deterioro se traducirá en la pérdida de empleo, y por ende de sustento, para miles de familias chihuahuenses y del sur del país, quienes no tendrán oportunidad de participar en la pizca de los cultivos, levantar su cosecha o siquiera de alimentarse.

Al respecto, Dietrich Nevárez explicó que hasta hace un par de años, la siembra y recolecta de chiles, cebolla y hortalizas de riego, generan una gran cantidad de mano de obra, principalmente en la zona centro-sur del estado, como en Delicias y Meoqui, pues tan sólo una hectárea de chile, emplea de manera casi permanente a 20 familias y lo que ganan les alcanza para subsistir todo un año.

De igual manera, cuando se realiza la labranza en la capacidad total de los distritos de riego, se invita a jornaleros de Oaxaca, Tabasco y Campeche, para el cultivo, pizca y trasplante de chile, y hoy, no tendrán más esta oportunidad, ya que dejarán de producirse 30 mil hectáreas por la falta de agua, de las que 10 mil son de chile y las otras se distribuyen entre éste, cebolla y hortalizas.

Con ello, tendrán que cerrarse las puertas a cinco mil familias del país que dependen de esto para subsistir y a otras 100 en la entidad: “Quien sembraba 10 hectáreas, ahora sólo podrá hacerlo con 4, 5, en el mejor de los casos, de manera que 50 van a dejar de sembrarse y 100 familias van a dejar de percibir ingresos en esa tierra”, admitió el director estatal.

La región manzanera no estará lejos de enfrentar la adversidad, porque al dejar de regar sus terrenos perjudicará a la principal generación de empleo de mano de obra de los municipios serranos, acotó.

“Estamos en una situación muy difícil, lamentablemente los pronósticos no son muy alentadores; hemos leído reportes que nos indican una disminución de la producción de lluvias de menos del 40 por ciento en un año normal. Pudimos reaccionar a la contingencia del 2011, a la helada, a la sequía y todavía al clima seco de 2012, pero la condición de los productores ya no aguanta, estamos en el último tramo, donde ya casi se agotan las reservas”, externó el funcionario.

Seis veces menos lluvias

Omar Payán Quinto, jefe del Centro de Previsión Meteorológica de la Dirección Local de la Conagua, describió la proyección de las lluvias en lo que resta de abril y mayo, que representan los meses más determinantes para concentrar los depósitos de agua que abastecerán tanto al sector rural como al urbano.

En ese sentido, vaticinó que durante abril y mayo, el estado resentirá un déficit de precipitaciones pluviales por debajo de lo normal, cifradas en un promedio 1.6 milímetros, cuando históricamente se habían obtenido 7.4, es decir, 5.8 milímetros menos.

Así mismo, aunque en junio las lluvias estarán dentro de los porcentajes normales, indicó que la afectación ya se habrá reflejado en ambos sectores, por lo que llamó a los ciudadanos a tomar conciencia del buen uso que deben darle al agua.

“Desde esta área es aventurado hablar de las proyecciones más allá de los tres meses, pero las personas deben pensar en cuidar el recurso no sólo para tener la suficiente para cada uno, sino para pensar en la que puedan tener los demás”, enfatizó.

Presas, a menos del 30%

El reporte de la Conagua en las primeras semanas de este mes, dio a conocer que de las diez principales presas de la entidad, sólo una rebasa apenas la mitad de su almacenamiento, pues el resto oscila desde el 42 por ciento como el más alto después del señalado, y que es la Luis L. León (conocida como El Granero), ubicada cerca del municipio de Aldama, hasta el de un 18 por ciento en El Tintero, que está en la zona noroeste, cerca de Namiquipa.

Para dimensionar de manera gráfica la situación en el campo, Roberto Dietrich, expuso que aunque los porcentajes de lluvias normales se presenten meses después, la producción agrícola en Chihuahua no alcanzará a salvarse.

“Es como un corredor que inicia el maratón con mucha fuerza y cualquier dificultad la solventa con ánimo y fuerzas, pero si en los últimos kilómetros, cuando ya está debilitado, le agregan otros cinco, ¿cómo va a llegar? Porque sólo está preparado para los 42 y su condición sería precaria. Así está el sector agropecuario”, ejemplificó.

Recalcó que a pesar de que la helada en 2011, reventó tuberías y las ciudades fueron un caos, 15 días después las fugas estaban reparadas y la molestia se terminó, pero en el campo, el frío mató la raíz de las plantas y a ello se aunó la ausencia de lluvia, lo que impidió que la vegetación pudiera recuperarse.

El impacto ha sido tanto, que el Estado aún no concluye la evaluación de daños del sector productivo en la zona rural, ni cuenta con cifras definitivas o confiables, sobre la cuantía en pérdidas de agricultores y ganaderos, aceptó.

“Nunca habíamos enfrentado un panorama así. Estamos inmersos en una situación extraordinaria en la que debemos estar muy atentos, los tres órdenes de gobierno y los productores mismos. (Ya que) Todos van a resultar afectados, agrícolas con la disminución de los volúmenes en presas y acuíferos y ganaderos, sólo que todavía no sabemos cuánto”, expresó.

No obstante, informó que existen alrededor de 200 mil productores en la entidad, de los que un grupo reducido se dedica exclusivamente a la ganadería, mientras que la gran mayoría combina ésta con la agricultura.

Bajo ese tenor, mostró que la imposibilidad para lograr la cosecha de maíz por los factores climatológicos descritos, es un claro ejemplo de la gravedad de la situación porque se originó en las zonas indígenas de autoconsumo.

Podría el estado perder 7 primero sitios en producción

En cifras, la cuantificación de pérdidas pudiera medirse al comparar la importancia que tiene Chihuahua en la producción nacional y de importación extranjera, con los árboles y plantas que tendrán que dejar de regarse debido a la sequía.

De acuerdo a las estadísticas de la Secretaría de Desarrollo Rural, el estado es el principal productor de becerro en pie, con 450 mil cabezas de importación a Estados Unidos al año, además del primer lugar en producción de nuez en el país, con entre 50 mil y 75 mil toneladas anuales.

Ocupa también, la primera posición en producción de maíz amarillo, de algodón, alfalfa, avena y de manzana, a nivel nacional, de esta última incluso aporta una cantidad importante al conseguir una especie más dulce, debido al clima frío en el que se madura.

“En el caso del maíz amarillo, pese a ser el principal productor, también dependemos mucho de la importación, y si se disminuye la nuestra, se compensará con la de EU, y las condiciones de mercado, en relación producto-precio, marcan que si dejamos de producirlo, éste se encarece”, advirtió.

Empero, recalcó que el efecto más importante de la sequía, será la influencia que tendrá en la economía local, toda vez que al dejar de producir, los empleadores no podrán pagar a sus trabajadores, ni invertir en mejoras, y la actividad económica de sus lugares de residencia se estancarán.

Sobre los montos económicos que pudieran reducir los estragos de la sequía, estimó que no hay suficientes recursos para paliarlos, pues hasta el momento han sido invertidos más de mil millones de pesos para efectos específicos, en dos años, más los que normalmente se entregan en los programas ordinarios.

No obstante, recién enviaron propuestas para proyectos productivos, que pudieran recibir apoyos de la Sagarpa, relacionados con mallas antigranizos para proteger cultivos de manzana, pasteurizadoras para los productores de queso, máquinas descascaradoras de nuez y sistemas de distribución de agua para los agostaderos.