Endurece sociedad penas a menores infractores

**Legisladores hacen caso a percepción social de que hay más menores hoy, adentro de las bandas de la delincuencia organizada, y de que son más feroces y desalmados.


Endurece sociedad penas a menores infractores

La Crónica de Chihuahua
Agosto de 2011, 21:05 pm

Por Froilán Meza Rivera

Chihuahua, Chih.- Las “condenas” máximas que se aplican a adolescentes infractores en Chihuahua, aumentaron de 5 años en el sistema anterior, a 15 en la actualidad. ¿Por qué? Porque los diputados hicieron cambios al tomar en cuenta el descontento de la sociedad: es que en la actualidad, muchos menores de edad son asesinos, ladrones que usan la violencia, y el público quiere medidas más drásticas.

“Se triplicaron las penas, que acá se llaman ‘medidas sancionadoras’, debido al reclamo social”, explicó Rosy Isela Gutiérrez Beltrán, coordinadora de la Unidad de Adolescentes Infractores de la Defensoría de Oficio.

“Se trata de un sistema de responsabilidad penal, igual que el de los adultos, pero con otra terminología”, dice la funcionaria, defensora de oficio. Y apunta a las diferencias entre ambos sistemas: acá, el edificio carcelario no es de alta seguridad, para empezar, y adentro todos estudian, ya sea secundaria o bachillerato. El trato de la defensa y de la fiscalía, es en gran medida con los padres, y en última instancia, al igual que en el caso de los adultos -pero acá hay más esperanzas-, la meta es la reinserción social del infractor.

Pero ¿cómo se explica el aumento al triple de las “penas” de “cárcel”?

Antes, explica Rosy Isela Gutiérrez, los beneficios eran mayores y el sistema en general, eran muy laxos, por ejemplo, las suspensiones del proceso a prueba (en el artículo 53 de la Ley de Justicia Especial para Adolescentes Infractores) son ahora inamovibles: “Respecto de adolescentes sujetos a medida sancionadora privativa de libertad, los plazos son improrrogables, salvo las excepciones previstas en esta Ley. Si el adolescente se encuentra en libertad, serán prorrogables conforme lo establece el Código de Procedimientos Penales. En todos los plazos relativos a la privación de la libertad del adolescente, se contarán también los días inhábiles”.

También, los acuerdos reparatorios tienen candados.

Y antes, por ejemplo, transcurridos seis meses, la condena tenía la forma de una sentencia absolutoria. Ahora, las salidas alternativas o beneficios sólo se otorgan una sola vez y con la solicitud del Ministerio Público mediante. De esa manera, antes de las reformas había mucha reincidencia. Con el endurecimiento de las penas, los infractores adolescentes envejecen adentro (claro, pasan a un CERESO con la mayoría de edad) y salen hasta de 35 años de edad.

Los diputados, que son los que hacen las leyes, hicieron caso a la percepción social de que hay más menores hoy, adentro de las bandas de la delincuencia organizada, y de que son ahora más feroces y desalmados. Con todo lo anterior, “a la sociedad le damos la sensación de que sí estamos cumpliendo, es decir, que le estamos dando confianza”, interpretó Gutiérrez. Pero, se queja, ahora es más difícil la labor de los defensores de oficio, porque es más duro llegar a acuerdos reparatorios, por ejemplo. “Y ahora, el Centro de Reinserción nos está quedando chico, se está saturando, y vamos a llegar al absurdo de que estaremos llenos de adultos… de hecho, es posible que estemos ahora ya con una sobrepoblación”.

 ¿Cuál es el origen de estos infractores? ¿De qué tipo de familias provienen?

 La mayoría se formaron, tal vez un 70 por ciento, en familias desintegradas, o bien en familias compuestas, y cuando mucho tienen primaria como toda educación formal. Son familas éstas con grandes carencias económicas y son hogares en los que los padres están ausentes, trabajando. Sin embargo, el restante 30 por ciento, es decir, tres de cada 10 menores que delinquen, vienen de familias perfectamente estructuradas, de clase media incluso, por lo que entonces para ellos no vale la explicación de que rompen la ley y cometen delitos por motivos económicos.

Y, explicó, prácticamente todos traen problemas de adicción con, en orden de importancia, mariguana, cocaína e inhalantes, sin contar con que en todos los casos hay consumo regular de bebidas alcohólicas como complemento al cuadre de adicciones. A veces, en menor medida, son adictos a la heroína y derivados, que es una adicción muy demandante que trae al individuo delinquiendo constantemente, en robos y asaltos.

Adentro, todos los menores tienen tratamiento contra las drogas.

Por otro lado, la Unidad de Defensoría de Oficio de Adolescentes Infractores, tiene una grave carencia de recursos, comparados estos abogados con el Ministerio Público, su contraparte en los juicios. Esta institución, la fiscalía, tiene todo el aparato gubernamental a su disposición, tanto en número de agentes, en fiscalías especializadas, laboratorios, asesores, vehículos y recursos. “Pero nosotros aquí somos seis defensores y seis jueces y estamos muy limitados de recursos, sólo contamos con los padres y estamos también limitados a utilizar los laboratorios y los peritos de nuestra contraparte, porque no tenemos para contratar servicios profesionales independientes.

En una lista hipotética de solicitudes a Santaclós, los defensores en esta unidad pedirían: recursos para peritajes, expertos en criminalística para auxiliar en investigaciones, más defensores.

“Mi meta, nuestra meta, es cambiar la vida de un joven para bien, y en este sentido es altamente gratificante cuando, en la calle, algún joven me intercepta y me presenta a su esposa y a su niño y me agradece por haberlo ayudado a superar su vida anterior”.