En defensa de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo

**Comunicado político del Comité Estatal del Movimiento Antorchista de Michoacán.


En defensa de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo

La Crónica de Chihuahua
Noviembre de 2017, 09:00 am

EN DEFENSA DE LA UNIVERSIDAD MICHOACANA
DE SAN NICOLÁS DE HIDALGO

A los Universitarios Nicolaitas:

A la Opinión Pública:

La Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo está siendo atacada. Es más, la universidad pública en general está siendo atacada puesto que la Nicolaita no es la única institución a la que se pretende estrangular regateándole el presupuesto indispensable para su funcionamiento, son ya siete universidades estatales a las que la falta de liquidez para enfrentar sus compromisos más indispensables y urgentes tiene sumidas en una grave crisis. Por lo que toca a la Universidad Michoacana, a la fecha, hace ya diez días que sus maestros y empleados sólo han podido cobrar la mitad de su sueldo correspondiente a la segunda quincena del mes pasado que debió haberse pagado desde el 30 de octubre. ¿Y los que van al día? ¿Y los que no tienen dinero depositado en algún paraíso fiscal para enfrentar contingencias, que deben ser todos? Este solo hecho debiera concitar la indignación social en todo el estado de Michoacán.

Para nadie debiera ser un secreto que, desde hace ya algunos años, en nuestro país se ha impuesto el tristemente célebre neoliberalismo, una doctrina económica que pretende hacerse pasar como la única o, por lo menos, como la mejor para la humanidad entera. Tiene como principio básico asegurar que los mercados son regulados por una mano invisible que, como un gran dios, toma las mejores decisiones para todos los ciudadanos y, consecuentemente con ello, el Estado debe reducir al mínimo su intervención y dejar que sea esa misteriosa mano la que resuelva el problema de qué producir, cómo producir y para quién producir. Según la moda neoliberal, el Estado no sólo no debe interferir con sus decisiones, tampoco debe hacerlo con su gasto, es decir, el neoliberalismo exige que el gasto del Estado se reduzca a su mínima expresión, que el Estado no se haga responsable, por ejemplo, ni de la vivienda ni de la salud ni de la educación de los ciudadanos, sino que sólo garantice “la igualdad de oportunidades” para todos. El neoliberalismo es enemigo del gasto social.

Esta nefasta doctrina económica está siendo repudiada en muchas partes del mundo. Ha provocado la concentración de la gigantesca riqueza que se produce en unas cuantas manos: al día de hoy, el uno por ciento de los seres humanos, posee la misma riqueza que la mitad de la población mundial. Los mercados libres no existen. ¿No es cierto que apenas el presidente de la Coparmex exigió que se cambiaran de lugar los candados gubernamentales a los precios de venta de la mercancía más importante de México, a la fuerza de trabajo, es decir, a los salarios mínimos? El neoliberalismo, la doctrina de la no intervención del Estado tiene un vergonzoso pecado original: ha logrado imponerse como consecuencia de la intervención del Estado.

Acorde con el modelo económico en boga, el Estado mexicano ha decretado que se tienen que retirar -o disminuir, según la resistencia que presenten los afectados- los gastos de carácter social. Es así como se explica la disminución paulatina y constante del gasto en la educación del pueblo, como se entiende que el Estado mexicano ya no considera su obligación garantizar la educación gratuita para todos y a todos los niveles, ahora vivimos en la era de “la igualdad de oportunidades”, la “igualdad de oportunidades” que tienen los hijos de un trabajador o de un vendedor en la calle que no ganan ni el equivalente al salario mínimo, con los hijos de poderosos políticos o empresarios que, a una corta edad, ya viajaron por el mundo.

En consecuencia, el modelo económico que se les ha impuesto a fortiori a todos los mexicanos por una mano bien visible, ha decidido disminuir drásticamente el gasto en la educación pública superior. No son inventos ni suposiciones. Según un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en la preparación de un estudiante de nivel superior se erogan anualmente (consignamos el equivalente a pesos mexicanos) más de 285 mil pesos en Estados Unidos y Suiza; más de 190 mil pesos en Australia, Dinamarca, Finlandia, Irlanda, Suecia, Holanda y otros y, se gastan, menos de 76 mil pesos en Argentina, Colombia, Indonesia, Turquía y México. ¿Somos un país pobre? Según datos publicados por la CIA en su portal World factbook, para el año 2016 y tomando en cuenta el PIB medido por la llamada Paridad de la capacidad de compra (Purchasing power parity, PPP), nuestro país ocupa el lugar número 12 del mundo produciendo riqueza ¡sólo existen 11 países más ricos que México en el mundo! Y, salvo Estados Unidos, todos los países citados que gastan más por estudiante que nuestro país, todos, tienen un PIB (medido en PPP) menor que el de México.

En ese mismo estudio de la OCDE se consignan los países del mundo que, entre los años de 2010 y 2016 -y sin importar que su población joven haya estado creciendo- redujeron el gasto en educación superior: en esa lista negra aparece México con una reducción del 5 por ciento. Pero la Universidad Michoacana no sólo está arrinconada en el plano internacional, también está siendo ahorcada económicamente si se le compara con otras universidades del país que reciben un trato diferente. El gasto público por alumno en la Universidad Autónoma de Yucatán, asciende a 81 mil 368 pesos, en la UNAM, a 74 mil 716 pesos, en la Universidad de Quintana Roo, a 66 mil 631 pesos, en la Universidad Veracruzana, a 61 mil 478 pesos y, en la Universidad Michoacana, el gasto por alumno sólo llega a 38 mil 476 pesos.

Ahora bien, ¿cuáles son los rubros que el gobierno considera injustificados, inútiles o simples derroches, que no le paga y, por tanto, que constituyen el enorme déficit de la UMSNH? Son, principalmente, aquellos que ayudan a la educación de los hijos del pueblo trabajador: 1) La federación no le abona a la UMSNH -porque no le quiere reconocer- el Convenio de Gratuidad firmado por el Gobierno del estado en el año 2010, por medio del cual éste último le reintegraría a la Universidad los ingresos que dejaría de percibir por concepto de inscripciones, ya que la Universidad decidió no aumentar las cuotas de inscripción a sus alumnos; bien entendida, la retención de este dinero no es más que una represalia a la Universidad Michoacana por negarse a aumentar las cuotas de inscripción a sus estudiantes; 2) La federación no le abona un centavo a la Universidad por los gastos en el sostenimiento de sus siete preparatorias y una escuela de nivel técnico; otra represalia, esta vez, porque la Universidad Michoacana persiste en su idea de “acercar” o “bajar” la educación universitaria a capas modestas de la población sin obligarlos a llegar a sus aulas con la preparatoria terminada; 3) La federación no aporta nada para el sostenimiento de los 40 albergues estudiantiles que apoyan a casi 5 mil estudiantes pobres para que concluyan su educación superior (el 10% de la matrícula universitaria) y, 4) La federación tampoco reconoce y no abona 819 millones de pesos para el régimen de jubilación de profesores y trabajadores administrativos, régimen pactado con las autoridades correspondientes con todas las de la ley. Por si esto no fuera suficiente daño, el H. Congreso del estado de Michoacán de Ocampo decidió para este año un recorte presupuestal a las finanzas universitarias del orden de 319 millones de pesos. Toda una embestida contra la educación universitaria pública.

El pueblo es el que produce la riqueza y tiene derecho a que se reparta de forma equitativa, y el gasto en educación es una forma de repartir la riqueza; reducirlo o cancelarlo es renunciar a la justicia social. Pero no solamente. La generación de ciencia y tecnología indispensables para el progreso independiente de los pueblos, implica necesariamente la educación superior de las mayorías, el desarrollo del conocimiento no puede ser confiado exclusivamente a las aportaciones de las élites privilegiadas, por tanto, restringir la educación de las grandes mayorías, es condenar al país a la dependencia del extranjero. Nuestros jóvenes no deben aprender solamente a utilizar y a divulgar la tecnología comprada a otros países a precio de oro, pueden y deben ser creadores de ciencia y tecnología propias.

No desconocemos que en la Universidad existen problemas e insuficiencias, los universitarios más lúcidos los conocen y los reconocen, pero no será por medio de chantajes ni inventando culpables y menos considerando como perniciosos los gastos que son básicos para la educación popular, como habrán de resolverse. La crisis económica de la UMSNH no es un problema gremial, no atañe sólo a los sindicatos universitarios, ni sólo a los empleados y profesores no sindicalizados, es un problema que perjudica directamente a todos los estudiantes de la Universidad, a los moradores de las Casas del Estudiante, a todos los padres de familia de los estudiantes actuales y futuros, es un problema que castiga a todo el pueblo trabajador de Michoacán. A una fuerza grande hay que enfrentarla con otra fuerza grande. A la prestigiada, a la centenaria Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, se le agrede por lo que tiene de popular. Son todos los sectores de la Universidad los que deben resistir la embestida, es el pueblo unido y organizado quien debe defender a la Universidad. Esa es la verdad.

Morelia, Mich., a 8 de noviembre de 2017

Muy respetuosamente

El COMITÉ ESTATAL DEL MOVIMIENTO ANTORCHISTA
EN MICHOACÁN