En Texcoco, otra negativa inexplicable

Por Brasil Acosta Peña


En Texcoco, otra negativa inexplicable

La Crónica de Chihuahua
Mayo de 2017, 09:09 am

(El autor es Doctor en economía por el Colegio de México (COLMEX) con estancia en investigación en la Universidad de Princeton, fue catedrático en el Centro de Investigación y Docencia económica y articulista en la revista económica Trimestre Económico.)

Cero y van tres. El Ayuntamiento de Texcoco que encabeza el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), en una tercera comunidad, intenta frenar la obra del drenaje que ni va a hacer el propio gobierno municipal ni quiere dejar hacer por no tratarse de él.

Efectivamente, el municipio frenó con la fuerza pública la realización de la obra de drenaje en el Huizachal; y a la fecha, después de más de 25 años, los vecinos de esa zona irregular (el 50 por ciento de los terrenos de Texcoco carecen de escritura pública), siguen sin el drenaje que ya se había conseguido gracias a la gestión del Movimiento Antorchista.

En segundo lugar, tenemos el caso de la colonia Guadalupe Victoria, colonia también irregular (tampoco es colonia formada por Antorcha); las propias autoridades municipales aseguran que el requisito para regularizar el uso del suelo, impuesto por desarrollo urbano estatal consiste en que el ayuntamiento realice las obras de drenaje y agua potable.

La extraña manía de poner trabas a quienes realizamos gestiones para beneficiar a la gente ha frenado la obra; peor aún, aunque el ayuntamiento texcocano se beneficiaba con la introducción del drenaje, fruto de la gestión antorchista, se opuso a su realización, enviando la policía a detener los trabajos.

Bloquear la construcción de una obra civil de importancia tan grande como el drenaje, solo porque los recursos fueron gestionados por el Movimiento Antorchista no es en realidad un golpe contra antorcha, sino contra el progreso y el bienestar de los texcocanos.

Lo que no alcanza a ver el Ayuntamiento de Texcoco y lo exhibe en su absoluta falta de visión de fututo, en la que el Plan de Desarrollo Municipal es letra muerta, es que, lejos de conseguir que la población repudie a Antorcha, esta cerrazón genera el rechazo a Morena, opción política que hoy gobierna el municipio de Texcoco, pues su intransigencia institucional, su ausencia de argumentos y las mentiras que repite hasta el cansancio han logrado lo contrario de lo que se proponían: cada vez más texcocanos voltean a ver a Antorcha como una opción para el verdadero desarrollo de Texcoco.

La tercera negativa tuvo lugar en San Miguel Coatlinchán, en una comunidad llamada San Andrés Xaspa. No se trata de una colonia formada por Antorcha, pero sí de una colonia irregular.

Se dice que al amparo de los delegados de aquel entonces, se dieron los permisos (es decir, no se opusieron ni hicieron bulla como sí hacen si Antorcha quiere solicitar predios legales para la gente), a la realización de esa colonia; sin embargo, a diferencia de las colonias formadas por el Movimiento Antorchista, en las que la organización con la gente se hacen responsables de gestionar todos sus servicios hasta completarlos, los fraccionadores de Coatlinchán dejan a la gente en el abandono y echada a su suerte.

Fraccionan, venden, las autoridades locales y municipales sacan una buena tajada y nadie se hace cargo de nada, todo queda bajo la responsabilidad de los habitantes.

Si los habitantes solicitan apoyo a la autoridad municipal, ésta argumenta que no puede brindarles los servicios por tratarse de colonias irregulares y así se lavan las manos, se evitan la pena de gastar más dinero y se desentienden de la necesidad de los colonos. Los delegados no hacen nada por resolver los problemas, solo buscar enriquecerse a costa del presupuesto público.

Así, los afectados acuden, ejerciendo su derecho constitucional a la libre asociación con fines lícitos, su derecho a manifestar sus ideas y a formular peticiones ante las autoridades de los tres órdenes de gobierno; el Movimiento Antorchista los organiza y comienza la defensa de sus derechos humanos plasmados en la Constitución de la República.

Los vecinos organizados en Antorcha, de manera pacífica, pero enérgica, solicitan a la autoridad que atienda sus peticiones y, como resultado, logran que sus problemas sean atendidos favorablemente, con lo cual se convencen más del método de trabajo, propuesto por Antorcha para transformar sus comunidades.

Éste es el método que los habitantes de San Andrés Xaspa siguieron; gracias a su constancia lograron que se etiquetaran recursos para la obra del drenaje de San Andrés Xaspa, mismos que pasaron las pruebas de verificación de la Secretaría de Hacienda, requisitos tan difíciles de cumplir que en muchas ocasiones son verdaderas barreras que impiden la construcción de infraestructura básica para el desarrollo social.

Los interesados pasaron todos los controles de la Secretaría de Agua y Obra Pública del Gobierno del Estado de México, a pesar de la indiferencia de los funcionarios municipales, a quienes correspondía allanar dificultades pues, por tratarse de obras de interés público, la autoridad municipal tiene la obligación constitucional de colaborar con la autoridad estatal para la realización de estas obras.

Todos los requisitos se cumplieron en tiempo y forma con la autoridad federal (Hacienda) y estatal (Secretaría de Agua y Obra Pública, lo mismo que la Comisión del Agua del Estado de México, CAEM). El pretexto de la autoridad municipal para impedir el trabajo a las máquinas es que “no tiene conocimiento de los alcances de la obra”.

En el fondo, a los delegados de Coatlinchán, denunciados por los hechos violentos de octubre del año pasado, les molesta que la gente se organice con Antorcha; por eso incitan a la violencia; y en su afán por detener el progreso de las comunidades encuentran eco en el Ayuntamiento morenista.

Esta vez su agresión está consignada en videos, en los que se aprecia a los funcionarios municipales haciéndoles segunda, todos ellos son individuos estrechamente ligados a Morena.

El problema es que los delegados de Coatlinchán están como los malos beisbolistas: “ni pichan, ni cachan, ni dejan batear”. Le pregunto a la autoridad municipal y a los delegados, y le sugiero atentamente, amable lector, que se haga usted también la pregunta: ¿van a hacer los delegados el drenaje de Xaspa? ¿Por qué intenta el Ayuntamiento frenar la obra si ya están las máquinas trabajando para esta importante obra de beneficio social?

Las agresiones en el Huizachal y en la Guadalupe Victoria son una prueba más de la actitud intolerante de los morenistas, nada más. En su loca persecución del poder, Morena exhibe su intolerancia frente a quienes se organizan con una expresión distintinta; y no soportan que Antorcha le abra los ojos a los texcocanos para que rompan con el sometimiento que las mafias caciquiles que hoy se agrupan bajo la bandera morenista los han tenido desde hace mucho.

Hacemos un nuevo llamado a los texcocanos para que se sumen a Antorcha, para que defiendan lo que por derecho les corresponde; y exigimos a las autoridades correspondientes que garanticen los derechos constitucionales de los ciudadanos de Texcoco. Ya basta de negativas inexplicables, queremos progreso, no obras interrumpidas por la intolerancia y la irracionalidad morenista.