En México, 3.6 millones de niños no estudian porque trabajan

"La pesada piedra de la educación". Reportaje por Libia Carvajal


En México, 3.6 millones de niños no estudian porque trabajan

La Crónica de Chihuahua
Noviembre de 2012, 16:29 pm

Pablo, de ocho años, tuvo que cambiar sus juegos infantiles y su educación escolar por las oscuras galerías de la mina donde laboraba su papá, narra el escritor chileno Baldomero Lillo en el cuento “La compuerta número 12”. Sin embargo, Omar no salió de la imaginación de un buen escritor; es un niño que vende chicles en las calles del Distrito Federal (D.F.). Los ofrece a automovilistas y transeúntes “desde la mañanita hasta que se oscurece”, dice, pues poco sabe de horas. Su cara refleja miseria y hambre. No sabe su edad, pero parece de 9 o 10 años; tampoco sabe de dónde es; sólo refiere que llegó al DF hace tiempo para trabajar con su mamá y que ganaran dinero. No conoce otra vida más que la del trabajo; nunca ha ido a un aula escolar.

Éste es el retrato de 3.6 millones de mexicanos de entre cinco y 17 años (12.3 por ciento del total de los niños en ese rango de edad) que forman parte de la población que no estudia porque debe trabajar por falta de recursos económicos, según la estadística del estudio “Módulo de Trabajo Infantil” de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). Por su parte, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reporta que hay tres millones 14 mil infantes que no estudian pero que sí trabajan.

Y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) reporta que son cinco millones los niños que comparten esas condiciones.

Pocos terminan En el informe “Completar la escuela” de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Cultura y la Ciencia (Unesco), se explica que uno de cada tres adolescentes, de entre 12 y 14 años, que trabajan y estudian corre el riesgo de abandonar la escuela por las exigencias del trabajo. Además, estimaciones de la organización privada Mexicanos Primero señalan que de una generación de 100 alumnos sólo 64 terminan la primaria; 46, la secundaria; 24, el bachillerato; 10, la licenciatura, y dos o tres concluyen un posgrado. Esto, a pesar de que está legislado que la educación, desde preescolar hasta bachillerato, es obligatoria.Aunado a ello, el estudio “Panorama Educativo 2012”, elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), revela que el país ocupa el último lugar en expectativas de graduarse del nivel medio superior (47 por ciento) y el penúltimo sitio para la esperanza de graduarse del nivel superior (20 por ciento).

La pobreza en que viven 52 millones de mexicanos, según cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), es la principal causa de que la mayoría de los jóvenes abandone la escuela. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) señala en su estudio “La edad escolar” que la población que se encuentra en situación de pobreza solamente completa, en promedio, tres grados de primaria, mientras que la población con un alto ingreso económico completa, mínimo, 12 grados.

Ninis educados

El hecho de que varios jóvenes no puedan terminar sus estudios ni conseguir trabajo ha creado a la “generación nini”, que ni estudia ni trabaja. De acuerdo con la OCDE, México ocupa el tercer puesto en el número de ninis: 24.4 por ciento con respecto a los 32 países que conforman la OCDE; es decir, con siete millones 248 mil 400 ninis (22 mil 400 más que en el informe del año pasado).

A decir de Pedro Lenin García León, analista de la división de Indicadores de la Educación de la OCDE, los ninis mexicanos cuentan con una característica especial: “Las tasas más altas de desempleo las tienen los más educados; es la única nación con esas características”. El estudio “Panorama educativo 2012” revela que quienes cuentan con educación universitaria tienen el mayor índice de desempleo (cinco por ciento), comparado con los mexicanos que apenas completaron la secundaria (cuatro por ciento). Es decir, en México conviene más contratar a alguien que sólo sabe leer y escribir, para pagarle menos, que a alguien con carrera universitaria que reclamará un mejor salario. Esta idea es respaldada por Ángel Rogelio Díaz Barriga, doctor en Pedagogía, quien explicó que “se piensa que estudiar una licenciatura permite obtener un salario de 14 a 18 mil pesos mensuales, pero en ningún lado contratan a los egresados por ese sueldo. El Estado mexicano tiene un déficit de creación de empleos de un millón al año, y muchos de estos egresados no encuentran trabajo”.

En palabras del doctor Díaz Barriga, esta nueva generación de ninis tiene una explicación económica: “Todo este número de desempleados es consecuencia de un conjunto de políticas que vienen del proyecto neoliberal que se aplicó en el país y que todavía tenemos. En México lo que más importa a los políticos son las variables macroeconómicas; si éstas se llevan entre las patas a siete millones de ninis, es problema de los ninis, no de las variables. Este país dejó de tener un proyecto para los jóvenes, dejó de ofrecerles una alternativa”.

Más dinero y no avanzamos

En el mismo estudio realizado por la OCDE se pone de relieve que a pesar de que en México se aumentó el presupuesto destinado a educación (del cinco al 6.2 por ciento), éste no se corresponde con las cifras y la calidad educativa, ya que el aumento presupuestal se destina, generalmente, para el salario de los maestros.

Del presupuesto aprobado en 2012 para la Secretaría de Educación Pública (SEP), que asciende a 539 mil 861 millones de pesos (y que contó con un aumento de 25 mil 635 millones con respecto a 2011), la Secretaría destinó 96.66 por ciento a gasto corriente (sueldos, salarios, prestaciones y pensiones a maestros), y dejó un ínfimo 3.34 por ciento al mejoramiento de la educación. Así lo informó la Dirección General de Servicios de Documentación, Información y Análisis de la Cámara de Diputados.

Esta información coincide con la que da la OCDE, la cual señala que el salario de los educadores de primaria y secundaria aumentó ocho y 10 puntos porcentuales respectivamente de 2000 a 2010. A pesar de que la media de la OCDE en el presupuesto a salarios es de 13 por ciento, México destina para el gasto corriente el 20.3 por ciento, muy por arriba de la media.

Sobre este asunto, Díaz Barriga, también investigador del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación, explicó: “Ha sido un error tanto de la SEP como del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación[SNTE] que la relación que establezcan sea puramente salarial, porque en este país nadie habla de condiciones laborales de los profesores que permitan un mejor resultado de los alumnos […] En la SEP se necesitan personas que sepan de educación y que cuando el sindicato llegue con una demanda salarial, la SEP responda con una condición laboral”.