En La Estrella: ¿mantener ganancias extraordinarias?

**Detrás de los lloros lastimeros de los empresarios, está una trampa laboral en toda la línea.


En La Estrella: ¿mantener ganancias extraordinarias?

La Crónica de Chihuahua
Noviembre de 2011, 18:35 pm

Por Mario Núñez Mena

La fábrica textil “La Estrella” S.A de C.V., ubicada en Parras de la Fuente, Coahuila, es una importante empresa productora de mezclilla. En el mes de junio del año en curso, más de 400 trabajadores afiliados al Sindicato de Obreros Progresistas de La Estrella (SOPE), emplazaron a huelga por un incremento salarial del 4.5 por ciento. Sin embargo, las negociaciones fracasaron y al no encontrar acuerdo alguno con los patrones, el pasado 7 de julio, los trabajadores colgaron las banderas rojinegras y estalló la huelga.

Han transcurrido más de tres meses y los trabajadores aún se mantienen en pie de lucha. La empresa, por su parte, se ha lanzado con todo contra los obreros: no sólo se niega a realizar cualquier incremento salarial sino que, para poner fin al conflicto, exige a éstos eliminar seis importantes cláusulas de su Contrato Colectivo de Trabajo (CCT).

La empresa justifica su negativa argumentando la reducción de sus ventas debido a la creciente competencia en el mercado internacional; el permanente incremento en los costos de producción; la competencia desleal por la importación de telas y la tolerancia al creciente comercio informal que la coloca en desventaja económica en el mercado. Además afirma que el CCT es obsoleto ya que no permite al patrón extender las jornadas de trabajo a los obreros, cambiar de manera aleatoria los turnos de trabajo, o bien, exigirles a los trabajadores que realicen actividades para las que no fueron contratados. Son estas, según la empresa, algunas de las razones que explican su imposibilidad económica para incrementar salarios y mantener la vigencia del CCT.

Además, los patrones arguyen que han realizado importantes inversiones adquiriendo modernos equipos, contratando técnicos nacionales y extranjeros para modernizar y adecuar nuevas técnicas de trabajo así como la consolidación un programa de siembra de algodón para abatir los elevados costos de esta materia prima. Dice la empresa que ha hecho todo lo que está de su parte para sacar adelante la fábrica y, por tanto, corresponde ahora a los trabajadores poner también su parte, es decir, desistirse en sus aspiraciones de incremento salarial y renunciar a diversas prerrogativas laborales establecidas en el CCT. De lo contrario -amenazan los patrones- cerrarán la empresa y responsabilizarán a los trabajadores de ser éstos los causantes de perder su fuente de trabajo. Una trampa laboral en toda la línea.

Pero acerquémonos un poco más al conflicto. La fábrica textil “La Estrella” S.A de C.V., es una empresa mexicana líder en producción y comercialización de mezclilla en México, América y Europa, propiedad del Grupo Ferro Minero (GFM), poderoso grupo empresarial encabezado por José Antonio Rivero Larrea. El GFM, además de producir y comercializar la mezclilla, realiza millonarias inversiones en distintas áreas: generación de energía; en la industria minera del país a través de la Compañía Minera Autlán; en la fabricación de Hilados y Tejidos; reciclaje de equipo electrónico; distribución de maquinaria pesada; bienes raíces; el sector turístico y en la fabricación de vinos de alta calidad. Luego entonces, los obreros de “La Estrella” no están enfrentando a un solitario empresario que sortea a diario las turbulencias del mercado mundial, sino a un experimentado y multimillonario grupo empresarial.

Hace apenas unas semanas, el pasado 5 de octubre, el GFM inauguró en Teziutlán, Puebla, una gigantesca hidroeléctrica cuya inversión supera los 100 millones de dólares y anunció que próximamente abrirá otra en el estado de Veracruz. En dicho evento, además del gobernador del estado de Puebla, asistió como representante del gobierno federal, nada menos que Javier Lozano Alarcón, titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), quien en su discurso, después de lisonjear y magnificar al GFM, insistió en la necesidad de aplicar la reforma laboral panista, es decir, una política que privilegie la inversión de capitales en favor de la clase empresarial y en detrimento de la clase trabajadora.

El evento, por sí mismo, responde a las declaraciones hechas por algunos líderes de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (central obrera que afilia a los trabajadores del SOPE) que, ante la prolongada huelga en “La Estrella”, reclaman la indiferencia e inacción de las autoridades del trabajo. Que nadie se engañe, la STPS sabe perfectamente lo que ocurre con los combativos trabajadores de “La Estrella” y, por tanto, su aparente “indiferencia” tan sólo demuestra que las autoridades han tomado una clara posición en favor del patrón, es decir, que desde siempre han estado en contubernio con el GFM. El discurso y las declaraciones de Javier Lozano en Puebla así lo confirman.

Digamos, sin conceder, que las dificultades económicas propias del mercado nacional y mundial hayan afectado las utilidades del patrón, pero lo cierto es que la crisis económica que se vive en el mundo también afecta severamente la capacidad adquisitiva del trabajador. Luego entonces, lo que pretende el patrón es mantener sus jugosas ganancias a costa de mantener castigado el salario de los trabajadores, violentando así las normas laborales que regulan “el equilibrio y la justicia social en las relaciones entre trabajadores y patrones”.

Planteadas así las cosas, podemos entonces decir que mientras los trabajadores de la mezclillera “La Estrella” están dando una justa lucha por incrementar sus menguados salarios, el GFM no sólo niega dicho incremento y descarta algunas de las prerrogativas contenidas en el CCT, sino que, en el fondo, lo que pretende es destruir la unidad y cohesión de los trabajadores en huelga. Luego entonces, la lucha de los obreros de “La Estrella” no sólo es desigual sino que está inmersa en una perversa política empresarial que, con la anuencia de las autoridades del trabajo, pretenden arrodillar a los trabajadores y destruir su organización sindical. El cierre temporal de la empresa no es un simple amague del patrón para intimidar a los trabajadores, sino la culminación material de una política empresarial bien instrumentada para deshacerse de los trabajadores del SOPE, firmar contrato con otro sindicato que sea de carácter patronal y establecer así un nuevo CCT.

Los trabajadores de “La Estrella” deben, entonces, continuar con su movimiento pero sabedores de que están siendo víctimas de una trampa laboral. Por tanto, en esta ocasión y sin claudicar, sería prudente hacer un ajuste en la política de su lucha: ceder un poco en las aspiraciones porcentuales del incremento salarial y realizar discretos ajustes en el clausulado del CCT con el objetivo de reanudar las negociaciones y evitar así el cierre de la fábrica; involucrar más a los gobiernos municipal y estatal haciendo énfasis sobre los efectos sociales del conflicto; movilizarse con mayor intensidad y realizar una amplia difusión nacional de la huelga; pero, sobre todo, buscar un sólido y fraternal apoyo con los obreros de la industria textil de la región y del país.

La lucha económica de los trabajadores de “La Estrella” ha dado un giro y ahora adquiere otro nivel, por tanto, es inevitable que deberá librarse también en el terreno político; la lucha en este momento, más que por un incremento salarial, debe ser, esencialmente, en defensa a su derecho de existir como organización gremial. El enemigo es extremadamente poderoso y está resuelto a eliminar al sindicato, es por ello que replegarse a tiempo y fortalecer su organización les permitiría quizás, en mejores condiciones, enfrentar futuras y cruentas batallas en esta permanente guerra entre el trabajo asalariado y el capital.

Los obreros del país debemos estar atentos y dispuestos a respaldar a nuestros hermanos de clase. Hoy por ellos, mañana por todos nosotros. Vale.