Eliades Ochoa: emisario ante el mundo de la música cubana.

• Preparado para su presentación en Plaza Mayor este miércoles 21 de septiembre, a las 20:00 horas, dentro del 7º Festival Internacional Chihuahua


Eliades Ochoa: emisario ante el mundo de la música cubana.

La Crónica de Chihuahua
Septiembre de 2011, 18:00 pm

El cantante cubano Elíades Ochoa se dice dispuesto ya para recibir reconocimientos por su destacada trayectoria artística en la que ha recorrido el continente americano, Asia y el Caribe, portando como estandarte su música tradicional cubana.

Habiéndose presentado en ciudad Juárez el domingo 18 en un concierto frente al Centro Cultural Paso del Norte, el cantante se manifestó muy satisfecho con la respuesta del público juarense que se mostró muy receptivo a su propuesta de música cubana. Por esta presentación, Elíades se sintió “contensísimo, con jonrón con base llena y en noveno ining”. “Vengo a traer la música que siempre he hecho. El calor humano que me hace sentir el público a través de sus aplausos son el premio más grande”, afirmó. “lo que se paga con respeto y amor”.

Caracterizado con su sombrero tipo texana oscura, sus lentes oscuros, el rey de la Huaracha, la Guajira y el Bolero, afirmó cantar música desde 1940, además de haber pertenecido al famoso “Buena Vista Social Club” cubano.

Eliades Ochoa se presentó como un músico extremadamente sencillo, “una gente de pueblo, ajeno a protocolos”, como se describió asi mismo, “vengo enredado en bejuco. Me gusta el trato con la gente”. “Antes tocaba la guitarra para poder vivir. Ahora quiero vivir para poder tocar la guitarra. Mientras pueda mover la mano para tocar la guitarra y cantar yo soy feliz”.

Originario de Santiago de Cuba, Eliades Ochoa sigue añorando su tierra natal. “La felicidad del mundo y el aire sin contaminación lo respiro cerca de la Habana, Cuba. Ahí es donde me siento como un rey”.
Entre los asuntos pendientes que le quedan por resolver en su vida, es que se le designe oficialmente el título de “maestro”, apelativo con que mucha gente lo nombra al considerar su dignidad como música e intérprete. “Si supiera los años que voy a vivir, me gustaría que me dieran el titulo de maestro, pero no lo soy. Si mucho soy un alumno aventajado. Personas como Pepe Sánchez, ése si era un padre de la Trova”, afirmó en entrevista.

Otro regalo que espera de la vida es que, antes de morir, se le erigiera un monumento en la Plaza Dolores de Santiago de Cuba, que es el punto donde él empezó a trabajar desde muy pequeño limpiando calzado. “Cuando una persona se destaca un poquito en algo, y luego se corre la noticia de alguna enfermedad, la gente corre a visitarlo. A mí que me den los reconocimentos ahora que estamos fuertes todavía”, comentó Elíades Ochoa con la sencillez que lo caracteriza. “El libro que desean publicar sobre mi vida contiene parte de mi infancia hasta la vida actual. Recoge muchas experiencia de mi vida, como los años en que trabaje en la radio. Además de lustrar calzado, de niño recorria los bares en los barrios bajos donde cantaba y tocaba la guitarra. Entonces colectaba uno o dos pesos, que era mucho dinero. Considerando que con cincuenta centimos se podían cenar seis personas”.