El vehículo Curiosity, a pocas horas de aterrizar en Marte

**Es una loca maniobra: encender los retrocohetes, desplegar un paracaídas y descolgar el vehículo sujeto con cables de nylon y que caiga sano y salvo en el suelo.


El vehículo Curiosity, a pocas horas de aterrizar en Marte

La Crónica de Chihuahua
Agosto de 2012, 21:06 pm

A pocas horas de precipitarse en la atmósfera de Marte y ejecutar el más arriesgado descenso jamás intentado en otro mundo, la sonda espacial MSL, con el enorme laboratorio rodante Curiosity a bordo, recorre con normalidad los últimos cientos de miles de kilómetros de su viaje desde la Tierra. Al seguir la trayectoria correcta y sin incidente alguno en la nave espacial, los responsables del control de la misión, incluso, cancelaron esta semana una maniobra opcional para rectificar el rumbo. El Mars Science Laboratory (MSL) viaja ya automáticamente cumpliendo el programa de vuelo cargado en sus ordenadores. Otro dato positivo: se está disipando una tormenta de polvo detectada allí en el hemisferio Sur.

“Sabemos que la maniobra de descenso parece completamente loca, pero es el resultado de una elección muy cuidadosa de varias opciones”, dice Adam Steltzner, jefe del equipo que ha desarrollado este sistema, arriesgado y complejo, en el Jet Propulsion Laboratory (JPL), en California. En lo que los ingenieros han llamado siete minutos de terror, el Curiosity tiene que zambullirse en la atmósfera marciana, resistir el intenso calor que provoca la fricción, ajustar la trayectoria, desplegar un paracaídas, encender los retrocohetes y, al final, la gran novedad de la operación: descolgar el Curiosity sujeto con cables de nailon hasta depositarlo sano y salvo en el suelo.

Será mañana lunes a las 7.31 (hora peninsular), minuto más o minuto menos por la variabilidad atmosférica allí, y se podrá seguir en directo por Internet en todo el mundo. En realidad, en ese momento, cuando llegue a la Tierra la señal, el Curiosity llevará ya 13,8 minutos en el suelo de Marte, el tiempo que tardan las radioseñales en recorrer, a la velocidad de la luz, los 248 millones de kilómetros que separan ahora un planeta del otro. Si todo sale bien, los ingenieros de JPL dedicarán unos días a desplegar y verificar equipos y, dentro de una semana o poco más, el Curiosity podrá empezar a rodar por Marte.

Los ingenieros se refieren a la maniobra como “los siete minutos de terror”
“El MSL es el telescopio espacial Hubble de la exploración de Marte”, sugiere John M. Grunsfeld, director adjunto de la NASA para las misiones científicas, informa The New York Times.

Si el primer todoterreno de la NASA en el planeta rojo, el pequeño Sojourner de 1997, era, sobre todo, un ensayo de ingeniería para comprobar que era posible hacer una misión sobre ruedas en Marte, y los Spirit y Opportunity (2004) fueron los robots geólogos de campo, el Curiosity es, además, químico, y el primer gran laboratorio rodante de la exploración planetaria. El objetivo es intentar responder a una pregunta básica: ¿pudo Marte ser un mundo apto para la vida? Para averiguarlo, siguiendo la pista del carbono, el robot lleva 10 instrumentos de análisis que permitirán buscar compuestos orgánicos, sin que eso signifique, advierte la NASA, que sean vida. En los años setenta, las misiones Viking buscaron compuestos orgánicos en Marte, pero los análisis dieron negativo.

“El Curiosity es un paso más en el conocimiento de nuestro planeta vecino, pero no es una misión aislada, sino parte de un programa continuado de exploración de Marte”, explica Doug McCuistion, responsable de dicho programa de la NASA. En perspectiva, aunque sin fecha, está el objetivo de traer a la Tierra muestras de Marte para hacer análisis exhaustivos. Y, más a largo plazo, todavía cabe pensar en viajes de astronautas al planeta rojo, lo que exigiría no solo mucha tecnología, sino también muchísimo dinero.

El Curiosity, cuya misión cuesta 2 mil millones de euros, es un vehículo con seis ruedas, de 900 kilos y el tamaño de un coche pequeño. Se dirige a una zona del cráter Gale elegida por la existencia allí de arcillas que se habrían formado en presencia de agua. Las capas geológicas expuestas en las paredes del monte Sharp, en el centro del cráter, son como páginas de un libro en las que los especialistas quieren leer el pasado geoquímico de Marte. El robot está hecho para funcionar en Marte dos años.