El misterio del meteorito metálico de Casas Grandes

**El antropólogo Spencer MacCallum opina que México debería pedir una parte de este meteorito -actualmente en el Museo Smithsoniano de Washington- para exhibirlo en Paquimé.


El misterio del meteorito metálico de Casas Grandes

La Crónica de Chihuahua
Noviembre de 2015, 09:00 am

El día Domingo 09 de Agosto salió publicado en el Diario del Noroeste un articulo escrito por el antropólogo norteamericano Spencer Heath MacCallum, el cual compartimos CON ustedes, titulado:

"EL MISTERIO DEL METEORITO QUE CAYÓ EN PAQUIMÉ"

Busca en internet “Casas Grandes Meteorite” y encontrarás la fotografía de un meteorito de casi puro hierro en su composición con dos toneladas aproximadas de peso que cayó en Paquimé ocho siglos atrás. Casi nadie de esta región recuerda, pero hace unos 150 años el señor Teodoro Alvarado de Casas Grandes estaba excavando en Paquimé sin conocerse que estaría buscando cuando de pronto encontró una habitación semi subterránea semejante a las kivas de los indígenas del Suroeste Americano que contenía varias momias envueltas cuidadosamente en tela, lo más extraño era que sobre un lugar elevado en medio del cuarto reposaba el meteorito también envuelto en la misma tela.

En aquellos años aun no existía el Museo de las Culturas del Norte ni gente con el interés de preservar dichos objetos. De alguna manera el Museo Smithsonian en Washington D.C. en Estados Unidos adquirió el meteorito siendo segmentado en varios pedazos para facilitar su análisis científico y posteriormente lo exhibió al público en su sala de minerales por más de un siglo.

Nadie en Casas Grandes recuerda al señor Alvarado ni el meteorito a excepción del arqueólogo de nombre Carlos Caraveo que estuvo presente durante las excavaciones de Paquimé en el años 1958; él piensa que el meteorito tenía una enorme importancia cultural para la antigua población de Paquimé siglos atrás y como teoría tal vez fue la razón para la fundación de esa antigua civilización. Hay muchos enigmas en torno a Paquimé y este meteorito tal vez los pueda resolver. Algunos de los enigmas son los siguientes: Paquimé floreció durante los años 1250-1450 un periodo caracterizado por guerras en muchas partes de la región de lo que es hoy el Noroeste de México y el Suroeste de los Estados Unidos. Esta ciudad estaba situada en una planicie, lugar indefendible con edificios aislados, plazas abiertas y sin muros defensivos. Su gente no creía que alguien les pudiera atacar.

Algunos arqueólogos pensaron por muchos años que un ataque y masacre causo el abandono de Paquimé, pero según análisis de restos óseos en algunos esqueletos encontrados durante las excavaciones han establecido que no hubo tal masacre. La ciudad tenia demasiados cuartos para acomodar a una gran población pero el número de los entierros encontrados por los arqueólogos no corresponde a una extensa población. Sin embargo si se encontraron un sorprendente número de metates y una industria para fabricarlos. También se encontraron en la zona arqueológica extensos criaderos para guacamayas con sus respectivas estufas para mantener las temperaturas que aquellas aves requerían, una destacable industria de cerámica con decorados que muestran diseños iconográficos de los shamanes. ¿Qué pasa aquí?

La clave es un pequeño monte llamado cerro Moctezuma muy cerca al oeste de Paquimé, su cumbre es el punto más alto en todo el valle de Casas Grandes y directamente debajo de dicha cumbre existe una cueva natural. Esta combinación de un punto alto y una cueva natural es rara y muy significativa en la religión y mitología mesoamericana, pues la cueva da acceso al inframundo y la cumbre al cielo, dicha cueva pudo haber sido ideal para la enseñanza de los shamanes. Existe una hipótesis que sostiene que la ciudad ceremonial de Teotihuacán está situada en las inmediaciones de dichos elementos, por ello es que se asume que el cerro Moctezuma debió haber sido un lugar sagrado mucho tiempo antes de la fundación de Paquimé.
Ahora es cuando entra el meteorito. Imagine una enorme bola de fuego cruzando el cielo e impactando la tierra de un lugar sagrado. Podría ser interpretado por la población como un mensaje directo del cielo de la deidad Quetzalcóatl la Serpiente Emplumada, cuya manifestación en el cielo es la Vía Láctea y cuyo mensaje seria “Levántenme un espacio ceremonial para albergar a los peregrinos y ayudar a la enseñanza de los shamanes”.

El arqueólogo Carlos Caraveo ha investigado por muchos años el posible significado cultural del meteorito de Casas Grandes y tiene un interesante manuscrito sobre el tema. El asegura que la forma de “T” de muchas de las puertas de Paquimé se encuentran también en la civilización Maya de Yucatán no como puertas sino como ventanas pero el significado del símbolo es el mismo. Con los maya el símbolo significa “mensaje o mensajero”, una ventana que se abre hacia un espacio sagrado.

Siendo Paquimé una ciudad ceremonial, es posible que muchos de los cuartos fueran para acomodar a los peregrinos, ya que no había una gran población permanente.

¿Y los metates? Tal vez eran de los peregrinos, pues no pudiendo llevar sus propios metates tan pesados durante el viaje, tendrían que adquirir nuevos en Paquimé y al dejar la ciudad tendrían que dejarlos casi nuevos ahí mismo.

¿Y la crianza de las guacamayas? Sería importante por el plumaje y sus varios papeles en las ceremonias de la Serpiente Emplumada, y también para tratarlas comercialmente con otros pueblos para los mismos usos.

El meteorito ha reposado por muchos años en el Museo Smithsonian en Washington, exhibido como un mineral sin nada de su significado cultural para la población precolombina del norte de México. Ya que tenemos un muy buen museo en Casas Grandes, el Museo de las Culturas del Norte, sería éste lógicamente el lugar idóneo para exhibirlo. El meteorito tendría mucha más trascendencia aquí para los cientos de turistas que visitan el museo cada semana, que para los visitantes del museo en Washington donde se exhibe solamente como un curioso tipo de mineral. Sería deseable que el Smithsonian Museum pudiera prestar el meteorito al museo local por una temporada indefinida. Ya que se encuentra dividido en varias partes, debiera de prestar el segmento más grande para que pudiéramos publicitar que aquí tenemos el meteorito de Casas Grandes, y que desde luego hay pedazos en otras instituciones para su análisis.

Tengo plena confianza que esta sería una atracción turística enorme para la región. Podría ayudar en mucho a Casas Grandes como un elemento más para ser denominado “Pueblo Mágico”. Pues vendría gente de todas partes del mundo para conocer y participar personalmente en la historia del mensaje de Quetzalcóatl pudiendo lograrse que Paquimé llegue a ser en estos tiempos modernos así como en siglos pasados un destino de peregrinación.

Spencer MacCallum
Casas Grandes, Chihuahua
Agosto 03, 2015
sm@look.net