El llamado a aumentar el salario ya es un grito de auxilio

**Vista la situación de ese modo, el llamado a aumentar el salario que hiciera el gobernador hace dos meses debería sonar a grito de alarma a estas alturas del año.


El llamado a aumentar el salario ya es un grito de auxilio

La Crónica de Chihuahua
Agosto de 2015, 17:27 pm

Por: Alejandro Salmón Aguilera

Han pasado casi dos meses desde que el gobernador César Duarte Jáquez habló de la necesidad de incrementar el salario y, a la fecha, no ha ocurrido mayor movimiento en las percepciones que reciben los trabajadores formales que laboran en las empresas o en la burocracia del estado de Chihuahua. Y si no ha pasado nada con los formales, con los informales menos, seguramente.

En aquel 17 de junio de este año, cuando el mandatario tomó la palabra durante la asamblea anual de la Canaco-Juárez, puso el dedo en la llaga que ha se había formado en torno al salario de los trabajadores y llamó no sólo a aumentarlo, sino a ser más selectivo a la hora de promover la instalación de empresas de inversión extranjera.

Dirigentes empresariales le tomaron la palabra al gobernador pero siempre pusieron una serie de condicionantes por delante: que el aumento deteriore la competitividad del estado y que el gobierno también baje sus costos con una sustancial reducción del gasto corriente. El discurso de siempre. Se puede copiar y repetirlo cada que alguien pida un aumento al salario.

Lo cierto es que, desde el 17 de junio aquel, la moneda mexicana se ha devaluado en un 4.5 por ciento. En esa fecha, la paridad del peso frente al dólar era de 15.41 por uno, según cifras del Diario Oficial de la Federación. Al lunes 10 de agosto, la paridad era de 16.16, es decir, 70 centavos más, un 4.5 por ciento de devaluación.

Si la comparación entre la fecha del discurso del gobernador y la actual resulta desalentadora, más lo es cuando se hace una confrontación entre el 1 de enero de este año y el lunes 10 de agosto. En aquel “Año nuevo”, la paridad era de 14.78 pesos, lo cual indica que la diferencia es ya de un peso con 38 centavos, que equivale a una pérdida del 9.3 por ciento en lo que va del año.

La paridad peso-dólar es determinante para la economía del estado, sobre todo para la población de los municipios fronterizos, donde la interacción con sus ciudades pares de los Estados Unidos es intensa, inevitable. El que la moneda estadounidense haya ganado casi un 10 por ciento en ocho meses debe haber sido devastador para los consumidores juarenses y ojinaguenses, sólo por mencionar las ciudades fronterizas más pobladas.

Sin embargo, hasta junio, el salario había aumentado apenas un 2.6 por ciento, según cifras de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social. Quiere decir que el aumento ponderado anual de Chihuahua, que por cierto, es más del doble del promedio nacional, no alcanza para cubrir el deterioro causado por la devaluación de la moneda mexicana.

Vista la situación de ese modo, el llamado a aumentar el salario que hiciera el gobernador hace dos meses debería sonar a grito de alarma a estas alturas del año. Sin embargo, hasta donde se tiene dato, ninguna de las empresas que son grandes generadoras de empleo ha otorgado aumentos del orden del 9.3 por ciento en el que se devaluó la moneda mexicana.

Las cifras ahí están y son muy necias, no se van a ir hasta que haya un factor que las haga cambiar: en este momento, el trabajador de Chihuahua gana en promedio 8,348.9 al mes, que son 516 dólares. En enero, ganaba 8,017.8 pesos, que eran 542 dólares en ese momento, siempre de acuerdo con las tercas cifras oficiales de la STPS y las publicadas en el DOF.

Ahí están los números: el salario promedio cayó 26 dólares en 8 meses, y ni quien lo haya compensado. Luego se asombran que las mediciones de pobreza indiquen que ha aumentado la pobreza extrema.