El horror nuestro de cada día (XXIX)

EL EDIFICIO DE LA MUERTE


El horror nuestro de cada día (XXIX)

La Crónica de Chihuahua
Enero de 2011, 21:35 pm

Por Froilán Meza Rivera

El Paso, Texas.— En las instalaciones militares de Fort Bliss, se levanta espectral el llamado Edificio 4, vacío, desolado desde que el personal médico se negó en rotundo a seguir trabajando en su interior. Yo estuve ahí por primera vez en 1998 y ya estaba abandonado, pero con algunas mañas pude conseguir las llaves para entrar, y así lo hice en compañía de mi amigo James, armados de algunas cámaras, de un oscilógrafo para medir las variaciones electromagnéticas, y de valor, mucho valor.

Pero ¿qué hay ahí? ¿Por qué entró en desuso esta instalación?

A quien le preguntes en Fort Bliss, sea simple soldado u oficial de cualquier graduación, te responde lo mismo, y lo dicen sin dudar: “Es un edificio encantado”, “los fantasmas corrieron a la gente”.

Para empezar, precisamente antes de entrar, tomé una foto y obtuve una luz que venía del interior. El sol estaba ya detrás de la montaña, y siempre supe bien que no se trataba de un reflejo. Cuando pedí la opinión de fotógrafos profesionales, coincidieron en que no tenían explicación para esa luz. Analizada en software especializado, la “luz” resultó ser un objeto tridimensional flotando en el aire.

Como dije antes, el Edificio 4 está vacío porque los antiguos empleados se rehusaron a seguir trabajando ahí por las apariciones que los perseguían tenazmente. Había imágenes de gente muerta, sonidos, luces que se apagaban y prendían, excusados que se bajaban solos, todo cuanto en esta vida hace temblar a los vivos.

El Edificio 4 fue construido 1914 como una instalación de aislamiento para soldados muy enfermos o agonizantes. Contrario a la versión más difundida, de que ésta era una morgue, sólo sirvió como tal durante un breve período, una vez que el vecino Edificio 9 se llenó y no cupo un cadáver más.

Dicen que hay un doctor que todavía se pasea por los pasillos, sin darse cuenta de que está muerto. Una mujer, que fue la única persona que duró tiempo después del cierre, trabajaba haciendo decorados navideños. Una tarde, después de la puesta del sol, llegó cerca de ella un soldado vestido con uniforme de la antigua caballería con botas hasta la rodilla y con una bata blanca como de laboratorio y con una máscara quirúrgica puesta. Ella dejó caer su labor y salió corriendo para no regresar. Mucho más recientemente, han visto el mismo tipo de aparición afuera del edificio, pero con un sombrero Stetson en lugar de la máscara.

Hay una anécdota referente a la intervención de personal de la Policía Militar, que fue llamado para investigar la serie de anormalidades que siempre se han reportado en el Edificio 4: después de que se les dijo que había voces y sonido de pisadas. En la presencia misma de estos agentes, una de las paredes del sótano se rompió sin motivo aparente, en una fractura que se produjo de adentro hacia fuera. Cuando un oficial trató de introducir a un perro rastreador al interior del sótano, a éste no lo pudieron hacer que se moviera.

Cuando este mismo oficial salió del sótano, dijo gritando que “por ningún motivo” volvería allá, y aunque no dio ningún detalle, se supo que había descrito en su informe que alguien susurró detrás de él.

Este Edificio 4 del Fuerte Bliss, en El Paso, Texas, es toda una cámara de los horrores, y ya tendré tiempo de regresar después con algo de lo que yo me encontré. Hasta entonces.