El horror nuestro de cada día (No. 201)

MISTERIO DE LAS BESTIAS MUTILADAS


El horror nuestro de cada día (No. 201)

La Crónica de Chihuahua
Septiembre de 2014, 23:53 pm

Por Froilán Meza Rivera

El misterio alcanzó su cumbre y mayor algidez, en el momento en que unos agricultores descubrieron, en un campo de cultivo seco, los cadáveres de más de veinte perros mutilados, dispuestos en un círculo de unos 30 metros de diámetro. Días antes habían aparecido perros igualmente destrozados en los callejones entre las labores, y la gente del pueblo, al enterarse, se asombró de estos sucesos.

En Saucillo, pequeña ciudad, estos hechos de sangre cautivaron la atención y crearon un estado de psicosis colectiva. “Yo, por si acaso, tengo a mis perros encerrados, al menos hasta que el descuartizador se haya ido, porque tiene que ser alguien de fuera... ningún saucillense sería capaz de tamaña crueldad”, dijo una ama de casa al aire en un programa de la radio regional, transmitido desde la vecina Delicias.

Los descuartizamientos movieron fibras sensibles y de autoprotección, y los saucillenses comenzaron a ver con sospecha a todos los fuereños, vinieran de donde viniesen. Así, los primeros que tuvieron que salir prácticamente en corrida al enterarse de que un grupo de locales acudirían en masa a expulsarlos, fueron una tribu de gitanos que había hecho por esos días campamento en Estación Conchos. Después, en “El Piojito”, que es una de las colonias marginales y que tiene un nombre formal pero que es mayormente conocida con ese mote despectivo, todos los “chilangos” fueron expulsados por hordas vociferantes que los culpaban no sólo del descuartizamiento de los perros, sino de las malas cosechas e incluso del reciente cierre de una industria maquiladora de ropa.

Aquí, las fuerzas imperantes en política y cultura, que no son por cierto los individuos más cultos ni los más políticos, han inculcado desde hace muchos años a la población, un odio inexplicable hacia todos los “sureños”. Y todos al sur de Escalón, Chihuahua, son “chilangos” aunque no tengan su origen en el valle del Anáhuac.

Cuando uno de los perros mutilados apareció en pleno centro del pueblo, a un costado del gimnasio municipal, la reacción de los enfurecidos pobladores se retrajo y se convirtió en un terrible miedo colectivo, porque pudieron presenciar con todo detalle el crimen, y ya no era la plática de los rancheros. Vieron que al perro le habían extraído la lengua, un ojo y los órganos reproductivos, además de que lo habían cortado en canal y habían dejado las vísceras de fuera.

Ese hallazgo, sumado al descubrimiento en al menos tres semanas anteriores de otros muchos perros. Pronto, las autoridades municipales buscaron ayuda en la capital del estado, de donde vinieron expertos veterinarios y médicos forenses en una misión especial. Concluyeron éstos que los canes habían muerto de manera súbita, sin agonía, y que fueron sometidos a mutilaciones y cortes hechos con “algún elemento cortante de mucha precisión”.

No hubo en caso alguno, rastro de que los cuerpos se hubieran desangrado. Según el informe final del grupo de expertos, “los cortes se hicieron con un bisturí electrónico o algo parecido, un elemento que al mismo tiempo que cortaba, iba cauterizando instantáneamente las heridas”.

Era un bisturí de alta tecnología, dijeron, algo nunca visto en Saucillo, y que en la misma capital del estado no lo tiene ningún hospital público ni privado.

La histeria colectiva es mala consejera, y es más contagiosa que la sarna, por lo que los saucillenses ya veían descuartizadores en cualquier sombra sospechosa que, por sospechosa, era motivo de terror.

Así vivieron en esta pequeña ciudad por varias semanas, viendo un descuartizador en cada agente viajero, en cada repartidor de papas fritas con tal de que viniera de fuera, hasta que el misterio de los perros descuartizados pudo ser enviado a los archivos muertos de la memoria.

Sin embargo, el hecho de que la gente ya no quiera acordarse, no trajo como consecuencia la resolución del misterio del horror de los perros descuartizados de Saucillo.