El horror nuestro de cada día (CLV)

LLORONA INVISIBLE EN LA U.P.


El horror nuestro de cada día (CLV)

La Crónica de Chihuahua
Noviembre de 2012, 22:34 pm

Por Froilán Meza Rivera

Dicen que en la tromba de 1990, una mujer pasó por aquí arrastrada por el arroyo El Chamizal, y que gritaba y gritaba "auxilio, auxilio, sálvenme, sálvenme, por favor", hasta que sus gritos dejaron de escucharse al haber quedado ella atrapada entre unas varillas, ahogada.

Dicen que es la misma mujer que en las noches recorre el mismo arroyo, gritando desesperada por su vida.

A las hijas de Javier Ramírez, en la calle de Barrancas del Cobre, entre 44 y 46, las despierta el sonido de esa inconfundible voz de mujer, a la que llaman aquí "La Llorona" de la UP, por el nombre de la colonia: Unidad Proletaria.

Les desconcertó la primera vez, la voz. Hace un año, eran las dos adolescentes unas recién llegadas a la casa que compró su papá, y como se quedaban solas hasta la media noche cuando regresaban padre y madre de cerrar el puesto de hamburguesas que tienen en la colonia Rosario, en casa sólo ellas escuchaban a "La Llorona".

Es que "La Llorona" de la UP sale a pregonar su desgracia sólo entre las 10 y media y las 12 de la noche, a lo largo del tramo del arroyo que empieza atrás del Oxxo donde termina la Melchor Guaspe.

Los lamentos de esta moderna llorona recorren el camino de terracería que sigue de la prolongación de la calle 46 hacia el sur y que se proyecta hasta los corrales ganaderos instalados en la orilla del arroyo. El llanto se hace eco en las bardas de los corrales, pero se pierde y suaviza en los recovecos del arroyo y entre la vegetación espinosa.

Algunos individuos que vagan a lo largo de esta ruta, desaparecen de noche entre las sombras, por las curvas de este camino que bordea el arroyo que baja del rumbo de la colonia Francisco R. Almada y que cruza, hacia el oeste, el periférico del mismo nombre. Entre ellos, "El Toño", Antonio González. Este hombre, quien pasea sus desgracias entre la Melchor Guaspe y el periférico R. Almada, siempre escucha el grito largo y lloroso del espíritu en pena, pero dice que nunca le ha tocado verla.
"Es curioso, pero es como si esa mujer volara por el arroyo, porque si estás aquí, sientes que se mueve, y te pasa de repente y sientes que se te paran los pelos de punta, haz de cuenta como cuando te dan toques de electricidad, pero oyes cómo el grito te rebasa y acaba por perderse".

El astroso sujeto, quien usa en la cabeza un trapo mugriento a manera de turbante y trae un suéter amarrado a la cintura, ya no quiere venir aquí por las noches, pero dice que no tiene remedio, "que al cabo y si nos hemos de morir de algo, pues de un susto está bien".

Dicen que es la misma mujer cuyo cadáver destrozado por las ramas y los hierros retorcidos y la madera astillada, encontraron frente a la colonia San Agustín, en una trampa que habían formado algunos objetos en la orilla del arroyo.

Dicen que ella venía caminando muy tranquila por el arroyo, cuando la sorprendió el rugido del torrente de agua sucia. La catástrofe raptó el cuerpo de la mujer y la se la llevó arrastrada por la fuerza de la corriente, sin control, sin manera alguna de oponer resistencia.

Es que ese día se cayó el cielo, y Chihuahua sufrió una de las mayores catástrofes naturales de su historia, la peor tormenta que golpeara a esta ciudad en 90 años.

Fue la llamada "tromba" que azotó a los chihuahuenses el 22 de septiembre de 1990.

La "tromba" tuvo como resultados fatales (en las cifras que manejó la autoridad) el derrumbe de 375 casas habitación, 98 defunciones y miles de damnificados.

Dicen que "La Llorona" de la UP es la misma mujer que se ahogó ese día.
Dicen que su alma quedó atrapada en el arroyo, y que no descansa en paz.
Dicen muchas cosas, pero lo cierto es que los lamentos no dejan descansar ni dan tranquilidad a la gente del rumbo, entre las 10 y media y las 12 de la noche, cada noche en el arroyo El Chamizal.