El horror nuestro de cada día (248)

LA LLORONA DEL AGUA


El horror nuestro de cada día (248)

La Crónica de Chihuahua
Noviembre de 2015, 23:56 pm

Por Froilán Meza Rivera

Ahora me viene a la mente el horror aquel, porque las lluvias abundantes de este 2012 me trasladan a aquellos años lluviosos de antaño. Siempre, en los tiempos de agua, desde que éramos chiquillos nuevos, oímos a la Llorona. Apenas empieza a venir el agua en la acequia, viene la mujer esta. Porque cuando ella vivía nunca quiso criar a sus hijos, porque le iban a estorbar para su trabajo con los señores, entonces, ella los echaba al agua.

Así lo hizo con varios, dicen que fueron seis.

Y, mucho tiempo después, ella deseó estar con sus hijos, y quererlos, y cuidarlos, como cualquier madre, pero ya no pudo tenerlos. Y entonces se amargó, toda frustrada, y se volvió una serpiente del agua y tiene ahora la mitad de arriba de mujer y para abajo es una culebra.

Ella aprovecha cuando el agua corre por la acequia y por el río para ir buscando a sus hijos y los va llorando todo el camino.

Algunas personas creen que se aparece, pero no. Cuando el agua no corre, ella se recoge en la presa, para luego salir. Y por eso, cuando es tiempo de aguas, uno la puede oír llorando bien clarito. Una vez que yo fui a recoger unos caballos, rumbo a la presa, apenas estaba amaneciendo y me arrimé bastante, casi hasta la orilla de la compuerta y de repente oí su llorido. Y cuando volteé la vi en la orilla del agua, hacia la compuerta. Yo creo que iba a salir, porque cuando regresaba para acá con los caballos empezó a llover.

Sale mucho, la Llorona, pero casi no se le ve. La gente murmura mucho, dicen que es una mujer vestida de blanco, y que ella vuela, pero ésa no es la Llorona de nosotros acá en Rosales. Hay, sabemos, una leyenda de una Llorona diferente en Meoqui, una que dicen que ahogó a sus hijos y que se ahogó ella misma, pero no es la Llorona de acá, porque aquélla es un fantasma que se roba a los niños y que se los lleva atraídos a la orilla del río. Y la otra Llorona de Rosales es también un fantasma, porque hay varios así, que asiste a los bailes y enamora a los hombres y hace que la lleven en la madrugada al panteón, dizque su casa, y ahí se les pierde, y ellos pierden su alma, enamorados como quedan de esa Llorona.

Pero nuestra Llorona es un animal mitológico, mitad bestia y mitad humano, y ella no está muerta, sino que ha vivido durante cientos de años, y se introduce en las corrientes y en las hoyas profundas de los canales y las acequias, y ahí se está, pero cuando todo se seca, va y se mete en la presa.

Esta Llorona nuestra echa unos berridos, sobre todo en abril, no sabemos por qué pero creemos que fue un abril cuando ella quiso en vano ser madre de veras. Son unos llantos profundos que nos hace que se nos desgarre el corazón de tristeza y de lástima, esos de abril, aunque en todo tiempo llora, pero ésos son especiales.

A veces también, le tenemos miedo y la evitamos, y procuramos no andar por las corrientes en donde se mantiene, para que no nos dé pánico.