El fin de la historia... de la 4T

**El ejercicio de gobierno que ahora empieza, con todo lo atropellado, inconsecuente y dañino que está siendo para el país, es el pináculo de la historia de México; no se puede ir más allá y hay que eternizar los gobiernos morenistas, superiores a todo y a todos. (...) y el que aspire a algo distinto debe ser sofocado y atacado por todos los medios.


El fin de la historia... de la 4T

La Crónica de Chihuahua
Febrero de 2019, 21:00 pm

Por Pável Calderón Sosa

Desde que empezaron las burlas en contra del Movimiento Antorchista, llamándolo “antorcha mundial” por parte del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, mucha gente celebró el hecho. Pero la socarronería es peccata minuta en comparación con las acusaciones que siempre acompañan a la burla: los dirigentes antorchistas “mochaban” parte de los apoyos monetarios destinados a la gente y, así, el pago de “Prospera” o “65 y más” no llegaba a su destinatario o llegaba “con moche”. Inició entonces una serie de respetuosas aclaraciones desde la Secretaría General –y desde otras plumas muy competentes- de la organización atacada para tratar de hacer que el flamante presidente modificara su infundado, agresivo e infamante discurso, puesto que denigraba la actividad antorchista y la hacía blanco de brutales ataques, incluso asesinatos en contra de importantes dirigentes, como el caso de la responsable de Huamantla, Tlaxcala, Nancy López García.

Sin embargo, cuanta gente ha pedido al presidente atender al llamado de Antorcha, de presentar la(s) denuncia(s) correspondiente(s) si tiene pruebas de sus dichos o frenar sus ataques si no es así, pues éstos atentan contra las garantías constitucionales de los militantes de la organización, ha sido ignorada; en un acto de soberbia inaudita ha despreciado hasta la última coma de cuanto escrito se le ha dirigido, y desde la primera hasta la última palabra de cuanto discurso se ha pronunciado para reivindicar la labor organizativa de Antorcha. Todavía hace pocos días, en Huauchinango, Puebla y Acambay, Estado de México, volvió a pronunciar exactamente el mismo ataque en sendos eventos masivos. En sus ruedas de prensa también ha arremetido y ha desatado ataques graves como los de la revista Proceso que, sin mostrar absolutamente ninguna prueba y solamente usando su “prestigio de años”, acusa de huachicoleros, de obtener múltiples concesiones “consentidos por Peña” y recibir “ríos de dinero” del ex secretario de Sedesol y actual diputado federal Luis Miranda Nava, a connotados dirigentes antorchistas.

El presidente y los mastines que prolongan sus ataques están mintiendo sistemáticamente respecto a la labor de Antorcha, desoyen el clamor de miles de mexicanos afectados por sus dichos y, la consecuencia más grave: provocan terribles agresiones y asesinatos de gente inocente, mismos que se le dan a conocer y, no obstante, siguen azuzando a los enemigos del pueblo organizado cada que disponen de foro para hacerlo. Esta conducta no deja lugar a dudas de las intenciones liquidacionistas que desde Palacio Nacional emanan.

El presidente y su partido se han propuesto seguir atacando a Antorcha, manchándola y provocando con todo el poder de medios que tienen a su disposición, nuevas y más graves embestidas contra sus miembros. ¿Por qué un presidente “defensor del pueblo” ataca a una organización pueblo? ¿Por qué si no está de acuerdo con la lucha y forma de ver el mundo de los antorchistas no los combate en buena lid, con argumentos y con hechos que demuestren que él y su partido son superiores, en vez de atacarlos cobardemente desde el gigantesco poder que ahora detenta? ¿Será porque en el terreno de los argumentos, de los proyectos de país de Morena y Antorcha hay superioridad en el planteamiento de la segunda? Por ejemplo, en cómo acabar con la pobreza con empleo para todos, salarios dignos e impuestos progresivos, en vez de la política de llenar el catálogo de programas sociales con transferencias de migajas en efectivo ¿Será porque en los hechos Antorcha lleva 45 años dando resultados al pueblo mientras que AMLO lleva décadas vociferando contra todo y contra todos sin dar resultados realmente en beneficio de los pobres? Por eso no quiere competir sin faltas a la “moral” –que tanto le fascina a la 4T- con Antorcha, porque así, pierden.

Morena ha ofrecido un “cambio de régimen”, romper con el modelo neoliberal, pero lo que objetivamente está ejecutando es solamente un irrisorio cambio de maquillaje, al mismo neoliberalismo. Solo hemos presenciado durante lustros un discurso incendiario que en los hechos está cambiando poco o nada. Y ahora MORENA no quiere que su engendro sea sustituido por nadie ni por nada. Asistimos a la aplicación de una versión criolla del “Fin de la Historia”.

EL fin de la historia es, según Francis Fukuyama, teórico norteamericano con formación en las universidades de Cornell y Harvard, Think tanks norteamericanos, la resultante de las luchas entre el fascismo y el comunismo contra la democracia liberal occidental. Según él, la realidad económico-social no es más que la aplicación de las teorías, de las concepciones y de las ideas previamente concebidas por la mente humana, creadas únicamente en el pensamiento humano. Así, la derrota del fascismo –falsamente atribuida a occidente, por cierto- en 1945 y del comunismo con la caída del muro de Berlín y la posterior desaparición de la URSS, representaron la derrota de las ideologías comunista y fascista, únicas competidoras reales- según Fukuyama- de la democracia occidental. Así, se erige como única ideología posible de aplicarse en el mundo la “Democracia liberal occidental, que es la base sobre la cual se debe erigir un estado homogéneo moderno a nivel mundial. Hemos alcanzado así, el fin de la historia de la ideología, que es de acuerdo con su concepción idealista, el fin de la historia del mundo.

Y es esta idea la que ha hecho que, a sangre y fuego, los gobiernos norteamericanos, a los que ha aconsejado muy de cerca Fukuyama, impongan su “democracia” a cuanto país consideran que es necesario imponérsela. Impiden por la fuerza, apoyados en demoledoras embestidas de medios masivos de comunicación, que alguien ensaye otra forma de organización social, pues la cúspide del pensamiento mundial la representa el liberalismo y debe respetarse y venerarse. Esto es lo que explica la dura lucha que se lleva a cabo ahora en Venezuela y no las mentiras que pregonan los medios, los Estados Unidos, la OEA y la Unión Europea: se pelea por el derecho a existir con un modelo diferente de organización social o el de someterse a la camisa de fuerza del imperialismo norteamericano.

Así, MORENA considera que el 1 de julio pasado triunfó su “ideología”, derrotó definitivamente a las demás corrientes políticas, incluido el antorchismo, y el ejercicio de gobierno que ahora empieza, con todo lo atropellado, inconsecuente y dañino que está siendo para el país, es el pináculo de la historia de México; no se puede ir más allá y hay que eternizar los gobiernos morenistas, superiores a todo y a todos. Esto implica que todo aquel que aspire a algo distinto debe ser sofocado y atacado por todos los medios, aun si estos son “inmorales”. Y a esta camisa de fuerza quieren los morenistas que nos sometamos. Pero se equivocan; ni el mundo, ni Antorcha, ni el pueblo se someten al idealismo subjetivo de Fukuyama; se someten estrictamente a leyes materiales, y por más que el partido en el poder quiere que comulguemos con su vulgar aplicación de neoliberalismo con antifaz “de izquierda”, encallará. Aunque se quiera que el trabajador se conforme con la repartición de limosna pública, su realidad –más fuerte que cualquier deseo- aparece con todo su horrible rostro de miseria, hambre y desolación. Les guste o no a los sepultureros de la historia, criollos o imperialistas, tendrán su mentís en el gran movimiento popular en gestación que hará avanzar la rueda de la historia, dejando atrás su “estelar” democracia liberal, en busca de distintos y generosos modos de organización social, que preserven la vida del mundo y paguen la enorme deuda, acumulada durante siglos, con los verdaderos creadores de toda la riqueza social: los trabajadores.