El “caso de las casas”: todo suena a auto desbielado

**¿Con cuánta fuerza llega Andrade al gabinete, para meterse a fondo en las operaciones que han lesionado la imagen y la credibilidad del presidente?


El “caso de las casas”: todo suena a auto desbielado

La Crónica de Chihuahua
Febrero de 2015, 17:19 pm

Por: Alejandro Salmón Aguilera

Algo no suena bien en todo este anuncio que hizo el presidente Enrique Peña Nieto, relacionado con la re-creación, por llamarlo de alguna manera, de la Secretaría de la Función Pública, con el nombramiento de su titular, quien hasta entonces era un simple encargado de despacho, y la petición de que investigue los “casos de las casas”.

Suena, dicho en el lenguaje de los mecánicos automotrices, como que “algo le cascabelea”, término que usan para referirse a algún ruido extraño que emite el auto, el cual por lo general proviene del motor.

Así está el anuncio en cuestión: hay un ruidito que viene desde el motor mismo de la medida, es decir, del presidente de la República.

Empecemos por el principio: el discurso del mandatario federal arrancó con una exculpación: el presidente de la República no interviene en las licitaciones ni forma parte de comités de compra.

Esto quiere decir que, de entrada, ya se zafó de cualquier vinculación que se pretenda hacer entre el grupo industrial Higa, de Juan Armando Hinojosa, quien también es dueño de otra empresa vinculada al actual gobierno: Bienes Raíces H&G S.A.

Con esa sola oración, el presidente se dio por exculpado de las sospechas de tráfico de influencias y conflicto de intereses en favor de una empresa como Higa, que es la misma que le vendió y/o arrendó mansiones a él y a su esposa, y también una de las más beneficiadas con contratos de obra durante la gestión de EPN como gobernador del Estado de México.

Y si el presidente no interviene en licitaciones, menos aún la primera dama, Angélica Rivera, cuyo cargo es meramente honorífico y voluntario, pues el de “Presidenta del Voluntariado del DIF” no forma parte de la estructura del gobierno federal. Así como puso las cosas el presidente, entonces ya no hay nada qué buscarle.

En idénticas condiciones dejó al secretario de Hacienda, Luis Videgaray, a quien recién le encontraron un “jardín” de 854 metros cuadrados y con un valor de 7.5 millones de pesos, también vendido por grupo Higa. Si el presidente no forma parte de los comités de compra, el secretario de Hacienda tampoco, así que ninguno tiene conflictos de interés qué aclarar.

Acaso lo que más ruido hace es el hecho mismo de nombrar a un secretario que forma parte de la estructura del Gobierno Federal, que por lo tanto es subordinado del presidente de la República, para que investigue precisamente al presidente de la República. ¿Con cuánta independencia va a averiguar las compras y rentas hechas por su jefe y la esposa de éste? ¿qué tanta libertad tendrá para indagar las operaciones del poderoso secretario de Hacienda?.

Hasta ayer, Virgilio Andrade fungía como un encargado de oficina de la Secretaría de la Función Pública, antes Contraloría General de la Nación. En ese cargo duró dos años, en calidad de despachador, sin rango de secretario de estado, siempre por debajo, orgánicamente, del resto de los secretarios, incluido VIdegaray.

¿Con cuánta fuerza llega Andrade al gabinete, así como para meterse a fondo y sacar conclusiones verosímiles en torno a las operaciones que han lesionado la imagen y la credibilidad del presidente?

Así como se ven las cosas: con una autoexculpación por delante, y con un subordinado haciendo las investigaciones, el asunto de la transparencia en torno a las casas y los conflictos de interés suena como a un motor que está a punto de desbielarse.