“El arte debe llevarse a cualquier rincón”: Elisa Carrillo

ENTREVISTA/ La Crónica de Chihuahua


“El arte debe llevarse a cualquier rincón”: Elisa Carrillo

La Crónica de Chihuahua
Agosto de 2015, 10:00 am

/facebook @twitterMinerva Flores Torres

Menuda, piel color canela, prominente y sensual lunar en la mejilla izquierda, melena larga y negra, frágil y segura en su andar, es la prima ballerina assoluta (primera bailarina) mexicana del Staatsballett Berlin (Ballet Estatal de Berlín), una de las cinco mejores de su compañía y la más influyente y famosa de nuestro país en Europa.

En el apogeo de su carrera en el otro continente, este verano arribó a su patria de la mano de 11 primeros bailarines (cuatro mujeres y siete hombres) de las mejores compañías de danza clásica del mundo para presentar la cuarta Gala Elisa y Amigos 2015, funciones todas con estradas gratuitas y llenos totales.

Sus colegas, también estrellas de los ballets Bolshoi, Mariinsky, Royal, Zürich, Staatsballett Berlin, Het National, Miami City y Scala de Milano, de Rusia, Alemania, Inglaterra, Estados Unidos e Italia, respectivamente, la acompañaron en esta odisea que promete repetirse año con año en nuestro país.

En la víspera de sus presentaciones en Tecomatlán, Puebla, y en Chimalhuacán, Estado de México, Elisa Carrillo Cabrera, (ECC), habló con "buzos de la noticia" sobre su vida y de la inmensa alegría que le provoca regresar a su país de origen como profesional y siendo una de los 50 mejores bailarines del mundo.

buzos (b): Eres originaria de Texcoco, Estado de México, pero la mayor parte de tu tiempo lo has vivido fuera de ahí, principalmente en los escenarios, ¿qué recuerdas de tu infancia y qué recuerdos te acompañan donde quiera que estás?
EC: Sólo los primeros cinco años de vida estuve en Texcoco; recuerdo mis primeros juegos, el Día de Muertos, pedir la calaverita y todas esas cosas. Fue una etapa muy bonita. Son recuerdos que, como a cualquier persona, nunca se te olvidan, siempre los llevas dentro.

b: Saliste de México a los 16 años de edad. ¿Cómo te sentiste en un país de primer mundo?
EC: Cuando yo dejé mi país iba con muchísimas ganas de irme y con muchas ilusiones, con el deseo de alcanzar un sueño, iba con la mente abierta. En ese momento no me di cuenta realmente de todo lo que iba a pasar. Como cualquier joven, uno tiene las ganas de aprender, viajar, conocer... Iba llena de alegría.

b: ¿Qué tuviste que hacer para adaptarte a Londres?
EC: Lo primero que tuve que hacer fue aprender el idioma, conocer sus tradiciones, su ritmo de vida, la alimentación. Estar sola, tener que tomar decisiones por mí misma, volverme independiente desde los 16 años de edad, ser dueña de todo, no sólo de mi día a día, de manejar mi dinero… y de darme cuenta de que todas las cosas cuestan. Todas esas cosas que tienes que aprender fueron las más difíciles; pero realmente cuando me fui estaba muy contenta. Hasta cuando llegué allá me di cuenta que estaba sola; obviamente tenía pasar. Lo que me ayudó a no darme por vencida era la meta que llevaba de lograr ese sueño, fue lo que siempre me dio fuerzas y hasta la fecha lo sigue haciendo.

b: ¿Qué sentiste cuando te dejó tu mamá en una ciudad que te era completamente desconocida?
EC: Fue horrible, triste; ahí fue el momento cuando me di cuenta de que ya no había marcha atrás, que, si lo que quería realmente era lograr el sueño de bailar, tenía que estar sola. Fue un momento muy difícil que nunca olvido; pero después de eso tuve que salir adelante. En la vida se ofrecen momentos difíciles y tienes que salir adelante. Volví a ver a mi familia un año después.

b: Hablas inglés, alemán, ruso, francés… en una carrera tan difícil cómo lograste dominar estos idiomas con tanta fluidez.
EC: El francés lo entiendo pero no lo hablo mucho, el que también hablo es el italiano. Yo me fui adaptando. En el lugar donde vives tienes que aprender el idioma; es la única manera en que vas a conocer las tradiciones y te vas a poder sentir bien. Hay mucha gente que va a otro país y nunca aprende el idioma; no puede disfrutarlo, no se siente bien. Cuando estás rodeada de personas que hablan otro idioma se te va pegando; además, era una de mis misiones. Hay bailarines que no se esfuerzan por aprender otro idioma, pero para mí era muy importante. Mi esposo (Mikhail Kaniskin) es ruso y el ruso lo aprendí con él; el alemán lo aprendí porque vivo en Alemania; el inglés cuando viví en Inglaterra; el italiano lo aprendí por mis amigos que tengo y además porque me encanta; entonces, poco a poco, es como se han dado las cosas.

b: ¿Nunca asististe a clases de idiomas?
EC: No, jamás. No tengo tiempo de hacer eso. Todo ha sido así con el tiempo y con los años.

b: Hablas de que tu esposo pertenece a la escuela rusa ¿A cuál pertenece Elisa?
EC: Ahorita, digamos, soy una mezcla. Mi base fue la escuela cubana, que es la que se imparte en la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea del Instituto Nacional de Bellas Artes, pero ya después me fui a Londres y ahí tuve la técnica inglesa por dos años, luego llegué a las compañías (Ballet de Stuttgart y el Estatal de Berlín) y hay muchas cosas que son de la escuela rusa, de la escuela vagánova (por Agrippina Vagánova, la primera bailarina del Ballet Imperial, hoy Ballet Kirov, reconocida por su excelencia en la enseñanza de la danza clásica). Ya llevo 16 años de mi vida con la escuela rusa, la vagánova y un poco de la francesa; soy un poco de todo, pero bueno, la escuela que tuve cuando estuve aquí fue la cubana.

b: ¿Cómo llegaste a ser primera bailarina?
EC: Con mucho esfuerzo, disciplina y años de trabajo. Tienes que trabajar, demostrar que puedes; si se te dan las oportunidades, aprovecharlas. Es como en cualquier trabajo, tienes que esperar, dedicarle tiempo y tener mucha paciencia. Ser primera bailarina es el sueño que todo mundo tiene, pero más que soñar con serlo, es como cuando uno entra a trabajar a una oficina o a cualquier lado: no te quieres quedar estacado en un lugar, siempre quieres ir adelante…, y sueñas con bailar los roles principales de esa compañía; pero eso significaba que tenía que subir de categoría. Fue el trabajo de año tras año, no darme por vencida, mejorar, nunca sentirme satisfecha con lo que hacía. Ésta es una carrera muy desgastante, de muchos momentos de dolor, de tristeza; hay mucha competencia, pero hay que estar enfocado en lo que quieres y no rendirse, porque es la única manera; y no sólo en el ballet, sino en la vida. Siempre tienes que luchar y seguir adelante, aunque te pase algo, tú siempre adelante, siempre. No me he rendido porque amo mi profesión. Si amas algo, por más que sea difícil, no lo dejas porque lo amas.

b: Hablas de alegrías, de dolores... ¿qué has sacrificado?, porque evidentemente lo has hecho.
EC: Mi familia, mi país y mis tradiciones son lo que he “perdido”; bueno, físicamente no los tengo a mi lado.

b: Y el más alegre...
EC: Hay muchos alegres, pero me es difícil discriminar. Por ejemplo cuando me nombraron primera bailarina y cuando regresé a mi país a presentarme ya siendo profesional fueron de los momentos más especiales. Cada vez que regreso a México es muy mágico. No te puedo decir que uno es mejor a otro, siempre es distinto cada vez. La primera vez que regresé y pude bailar acá con mi primera gala fue un momento muy especial. Otros momentos han sido bailar algunos de los ballets que yo soñaba e interpretar algunos roles principales: Julieta (de Romeo y Julieta), Blancanieves, Tatiana (Oneguin), son algunos de los muchos que amo.

b: ¿Te nombran primera bailarina en el Stuttgart?
EC: No, ahí fui solista. Me nombraron en el Berlín.

b: ¿Siempre deseaste estar en el Ballet Estatal de Berlín? ¿Por qué no en el Bolshoi, en el Kirov, otros?
EC: No. Cada Ballet tiene su camino, yo ahorita estoy en esta etapa de mi carrera, en mi compañía, ahí estoy contratada, voy a seguir ahí y estoy muy contenta. Ya estando en una compañía tienen que pasar sus años. Fui nombrada primera bailarina ahí, me siento bien y tengo mi vida hecha allá. A lo mejor en alguno de esos teatros hubiera sido en otra época, pero a mí me gusta Alemania. Ése fue el camino que tomé. Uno tampoco puede estar en todos los teatros del mundo. Yo creo que lo importante es estar donde te sientes bien.

b: ¿Qué oportunidades te ha dado el ballet?
EC: Realmente el ballet me ha abierto las puertas para viajar por todo el mundo, para conocer a mucha gente y otras costumbres, aprender idiomas, realizarme como mujer, en mi carrera profesional y en mi vida privada: conocí al amor de mi vida (también estando ya lejos). Realmente, el ballet me ha abierto las puertas a muchísimas cosas, y bueno, estar aquí, poder regresar y poder ofrecer algo a mi país y apoyar un poco la cultura de esta manera.

b: Eres altruista y embajadora de la danza clásica y contemporánea mexicana, ¿qué te mueve a hacerlo?
EC: Lo hago porque amo la danza y porque creo que es importante que todo mundo la conozca; los niños y jóvenes que deseen llegar al mismo lugar que yo estoy dispuesta a apoyarlos para que lo logren. No me voy a cansar de hacerlo. Ahorita veo que hay más apoyo a la danza, creo que hay más niños que comienzan a aprender ballet, que la gente empieza a valorarlao y a respetarlo más. Antes no era así, antes mucha gente lo veía como un hobby, no lo tomaba como una profesión. Creo que es una carrera bellísima y si hay niños con ganas de hacerlo no veo por qué no ayudarlos; al contrario, compartir con ellos todo lo que he aprendido para que sean muchos bailarines mexicanos y que México también sea reconocido por su danza clásica.

b: Pocos artistas mexicanos en el extranjero, vuelven. Tú volviste. ¿Cómo nació la Gala Elisa y Amigos?
EC: La gala nació porque hace cuatro años, la (entonces) directora del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Consuelo Sáizar, me llamó después de que fuera nombrada primera bailarina. Me felicitó y me dijo que por qué no hacíamos un evento aquí, que ella me quería traer. Y fue como nació la primera gala, y a partir de eso han nacido otras invitaciones por parte de mi estado, otra vez de Conaculta, del Movimiento Antorchista; año con año se ha corrido la voz. He visto que a la gente le gusta y es lo que ha ayudado a que se esté repitiendo.

b: Cada vez son más “amigos de Elisa”, ¿cómo lograste que grandes figuras como tú vengan a México?
EC: Hay muchas compañías en el mundo y cada una tiene muchos bailarines, de ellos tres o cinco son primeros bailarines. Entonces, yo tengo la oportunidad de conocer a muchísimos de ellos por otras galas. Viajo mucho, nos conocemos en eventos en los cuales yo también estoy invitada, tenemos lazos cruzados, y es como uno empieza a invitarlos. Hay muchísimos bailarines que también quiero traer todavía, algunos a veces no pueden por el tiempo, pero ojalá que año tras año puedan venir.

b: Elisa, pareces una mujer imparable, ¿cuándo descansas?
EC: Ja, ja, ja, ahorita, en el autobús. Realmente descanso muy poco porque tengo poco tiempo libre. Por ejemplo, ahora son las vacaciones en Berlín y estoy trabajando aquí. Trato de buscarme unos días de vez en cuando, de ver la manera de descansar a pesar de todo esto. Tengo una agenda muy activa; por ejemplo, ahorita vamos camino a Tecomatlán y me di un espacio para hacer las entrevistas, pero trato de descansar en el espacio durante las funciones. Después de éstas me voy a tomar unos días, sobre todo para descansar físicamente.

b: El país no se encuentra en su mejor momento, ¿volverías a México?
EC: Bueno, yo amo a mi país. Nunca he cerrado esa puerta. Está la opción de regresar en algún momento, nada más que ahora no puede ser, es muy pronto, estoy en el apogeo de mi carrera en Europa, no lo veo como algo cercano; tal vez en un futuro.
La verdad, la situación de México me da mucha tristeza, pero siempre trato de mantenerme positiva, de mostrar esa belleza y esa alegría que me da regresar a mi país; y es lo que siempre me motiva regresar; tratar de hacer algo por mi país por lo menos en la parte cultural. Todos los problemas que hay no me alegran, ojalá que poco a poco las cosas vayan tomando mejor camino.

b: Hace un año fuiste a Tecomatlán, Puebla, la Atenas de la Mixteca, ¿por qué escogiste este municipio?
EC: Porque el Movimiento Antorchista me buscó. Hace un año estuve ahí dando una plática a jóvenes y a niños para contarles mi historia, en esa ocasión me invitaron y yo con mucho gusto acepté. Yo soy una artista y creo que el arte debe llevarse a cualquier rincón que lo desee. Por eso yo no cierro mis puertas y estoy dispuesta a ir a donde me inviten, donde tengan deseos de ver el arte, donde quieran conocer más sobre nuestra danza. En Tecomatlán vi que la gente estaba muy entusiasmada, que tenía ganas de ver una función y eso a mí me motivó para volver y entregarle a un público que tanto nos desea ver eso que ellos nos piden y que a mí me llena de alegría: bailar. Tecomatlán es un lugar bello, las personas que estuvieron ahí me recibieron de una manera muy calurosa, y lo disfruté. No he estado más que tres horas, pero bueno, yo creo que es un lugar donde uno se puede sentir muy bien.

b: En México se te ha infravalorado. Para los méritos que tienes y hasta dónde has llegado, los mexicanos deberían conocer tu trayectoria, ¿te sientes mal por ello?
EC: No, yo creo que ahorita se están dando muchas cosas, yo estoy agradecida por todo el acercamiento que han tenido a mi carrera; en los últimos años se ha hecho mucho y, bueno, saber que estoy regresando, que el gobernador de mi estado está apoyando para que regrese es una gran ayuda. No soy alguien que necesite algo nada más por mi nombre, a mí lo que me interesa es dejar algo que vaya más allá de él, algo mío; que los bailarines y la danza crezcan en el país, y si es necesario utilizar mi nombre, yo feliz de hacerlo. Estoy agradecida con lo que ha habido, lo demás no importa. Espero que los gobiernos y la iniciativa privada puedan apoyar la danza y la cultura.

b: En algún momento el cuerpo no te va a permitir hacer todo lo que estás haciendo ahora, ¿qué más quieres hacer?
EC: Es muy claro que por eso tengo mi Fundación. Para cuando tenga que dejar físicamente los escenarios, es una forma de seguir cercana a la danza. Siempre voy a estar metida en el mundo de la danza. Tengo muchas ideas y proyectos que vamos a ir viendo con el tiempo. Simplemente, seguir cerca y estar lista para el momento en que yo decida.
Ahorita siguen mis próximas presentaciones en Berlín (empiezan a finales de agosto), luego voy a una gira a Madrid, España, a Bangkok, Tailandia, tengo algunas invitaciones para bailar en Moscú, Rusia, y en diciembre mi cierre de temporada en Berlín.

b: ¿Cuáles son tus límites?
EC: No tengo límites. Ahorita no me pongo límites, siempre voy hacia adelante, como me va llevando el camino de la vida. Yo quiero llevar la danza a todos los lugares que se pueda. Lo único que te puede limitar es la muerte o alguna enfermedad grave, pero si no, hay que mirar hacia delante.
Me siento muy contenta, muy emocionada, ha sido un año pesado para mí. Ahorita están las funciones, y pues a veces el cuerpo sí está cansado, pero me motiva estar en el país, es algo que me llena de alegría y estoy muy emocionada por la función de mañana (en Tecomatlán) y la del jueves en Chimalhuacán.