El antorchismo nacional luchará junto con sus compañeros de Chihuahua por sus demandas: Aquiles Córdova

** Desde ahora debe quedar claro que, cuanto pueda ocurrirle a los antorchistas de Chihuahua, será represión pura y simple, no importa con cuánto arte se disimule la maniobra para presentarla como ‘aplicación de la ley’.


El antorchismo nacional luchará junto con sus compañeros de Chihuahua por sus demandas: Aquiles Córdova

La Crónica de Chihuahua
Julio de 2014, 11:01 am

México, D.F.- La cancelación en cinco ocasiones desde el 19 de mayo, de una reunión del gobernador César Duarte Jáquez con dirigentes del Movimiento Antorchista, no puede entenderse más que como un mensaje de que “los antorchistas son muy poca cosa para merecer el gasto de tiempo y recursos que requieren sus ‘excesivas’ peticiones”.

Pero “llegó ya la hora de que a los pobres se les escuche, se les respete y se les haga justicia en Chihuahua”. Así lo expresó el secretario general del Movimiento Antorchista, Aquiles Córdova Morán, en su más reciente artículo de opinión, que empezó a publicarse este miércoles en más de 50 diarios escritos y electrónicos de toda la nación.

Córdova Morán, quien dirige una organización que cuenta en el país con más de 1 millón 200 mil afiliados, hizo un recuento de las vicisitudes de los antorchistas de Chihuahua desde que entregaron su más reciente pliego petitorio, el 23 de diciembre pasado en la oficina del Ejecutivo estatal.

En su “resumen sumarísmo”, el líder nacional de los antorchistas cuenta cómo sus compañeros de Chihuahua fueron rechazados, ellos y las demandas de las comunidades rurales y urbanas, representadas en su movimiento, con el mismo argumento, esgrimido por todos los funcionarios, de la falta absoluta de recursos, “debido a los planes de austeridad implementados por el señor Gobernador”.

El Comité Estatal antorchista dio muestras sobradas de paciencia y de respeto, y aceptaron una tras otra, la cancelación del 19 de mayo de una audiencia del gobernador Duarte con ellos y con los dirigentes de la Coordinadora Regional de los Estados del Norte de Antorcha; la cancelación del 3 y del 9 de junio; la posposición de esa fecha hasta el 25 de junio, y el cambio de la última por una nueva fecha que fue el 8 de julio, también cancelada y sin que se les proporcione, hasta el momento, una nueva fecha viable.

Apuntó el articulista: “También debo decir que las razones alegadas en las dos primeras ocasiones para suspender el encuentro, fueron debidamente constatadas por los interesados, lo que parecía indicar que, en efecto, los aplazamientos obedecían a razones de fuerza mayor. Sin embargo, si tomamos el proceso en su conjunto y hasta el final, no puede ya caber duda de que todo fue un “mensaje” que debe leerse así: los antorchistas son muy poca cosa para merecer el gasto de tiempo y recursos que requieren sus ‘excesivas’ peticiones.”

La pregunta se impone por sí sola: ¿Qué sigue después de esto? ¿Qué ocurrirá si la gente pobre y necesitada de soluciones no acata este ukase, este decreto real de autoridad, y decide hacer uso de su derecho a la protesta pública para hacerse oír? La respuesta la conoce todo México desde hace decenas de años; y la conoce también, por tanto, el Antorchismo Nacional: lo que se avizora es el uso de la fuerza, la represión y la cárcel para someter a los insumisos.

“Y alguien tiene que correr su suerte haciendo a un lado sus explicables miedos y sus mezquinos intereses, que también son una forma del miedo y de la cobardía. Desde ahora debe quedar claro que, cuanto pueda ocurrirle a los antorchistas de Chihuahua, será represión pura y simple, no importa con cuánto arte se disimule la maniobra para presentarla como ‘aplicación de la ley’”.

Y por último, el dirigente nacional de la más grande y extendida organización de masas de México, se comprometió públicamente con sus compañeros: “El Antorchismo nacional debe prepararse a defender a nuestros compañeros chihuahuenses; para lanzarnos junto con ellos a pelear algo de lo mucho que se les debe, a ellos y a todos los trabajadores pobres del país. El camino de la lucha siempre ha sido, de suyo, largo y peligroso”.