El Poder Judicial, camino a convertirse en otro órgano electorero

**No es gratuito que tanto abogados postulantes como magistrados salientes, estén molestos por la forma grosera como el Congreso del Estado “manoseó” la elección de los 13 magistrados.


El Poder Judicial, camino a convertirse en otro órgano electorero

La Crónica de Chihuahua
Noviembre de 2014, 13:29 pm

Por: Alejandro Salmón Aguilera/ ahoramismo.mx

El Supremo Tribunal de Justicia del Estado va camino a convertirse en uno más de esos organismos secuestrados por partidos políticos donde las posiciones se reparten de acuerdo a la musculatura electoral de cada uno de ellos y no en base a las capacidades, trayectorias y elegibilidades que deben reunir los elegidos para el cargo.

No es gratuito que tanto abogados postulantes como mismos magistrados salientes y empleados de Poder Judicial estén ahora mismo molestos por la forma grosera como el Congreso del Estado “manosea” la elección de los 13 magistrados que recién se retiraron del cargo por haber llegado a su edad laboral de jubilación.

Los aspirantes, o al menos una gran parte de ellos, no tienen carrera judicial e incluso algunos de ellos ni siquiera han ocupado un cargo administrativo en el sector público, dicen los quejosos.

Así, sin respetar la antigüedad de secretarios, escribientes y empleados del Poder Judicial que tienen una carrera en esa institución, los grupos parlamentarios ya preparan un reparto de esos mafistraturas basados más en la presencia electora de cada uno de los partidos representados en el Congreso.

Es decir, que al igual que sucede en el Instituto Estatal Electoral o en el de la Transparencia y Acceso a la Información Pública, las posiciones serán repartidas a razón de cuotas partidistas. Ahí está el caso del Ichitaip, donde no importó la capacidad mostrada por los postulantes, sino el reparto de posiciones basado en el acuerdo partidista dentro del Congreso del Estado.

Uno de los ejemplos que más mencionan los inconformes es el del abogado panista Luis Villegas Montes, quien tiene una amplia carrera como representante de partido en órganos electorales y un bien acreditado bagaje académico, pero nunca ha sido parte del Poder Judicial. Sin embargo, es la carta que impulsa César Jáuregui para que ocupe una magistratura.

Otro ejemplo es el del actual fiscal especial para delitos contra la mujer, Ernesto Jáuregui, quien tiene quejas pendientes por resolver ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, y cuya carrera laboral se ha centrado en la persecución del delito y no en la jurídica. Sin embargo, todo indica que será electo magistrado.

Lo peligroso del caso es que un órgano que requiere de tanta especialización como es el Poder Judicial quede en manos de abogados—buenos o malos, nadie discute eso—que no tienen experiencia en ese tipo de labores jurídicas que son tan especializadas dentro de la carrera abogadil.

Los inconformes han ejercido el “sacrosanto derecho de pataleo”, pero poco podrán hacer para revertir una reforma a la Ley Orgánica del Poder Judicial hecha a mano en el Grupo Parlamentario del PAN, pero a modo para repartir cargos con los otros partidos que lo acompañan en la legislatura. Ahora la pregunta es: ¿pondrá Rubén Aguilar a una de sus hijas como magistrada? A como van las cosas, nada podría sorprendernos.