El Plan Estatal de Desarrollo y la buena intención del gobernador de Chihuahua

Por Antonio Escamilla Meza


El Plan Estatal de Desarrollo y la buena intención del gobernador de Chihuahua

La Crónica de Chihuahua
Julio de 2011, 13:27 pm

A través de la prensa me informé que el licenciado César Horacio Duarte Jáquez, gobernador del Estado Chihuahua, presentó el Plan Estatal de Desarrollo 2010-2016, en el Centro de Convenciones y Exposiciones en esta ciudad capital. En el portal del gobierno del Estado pude consultar dicho plan y pude apreciar la innegable buena intención del gobernador de recuperar el orden, la paz y el bienestar para Chihuahua a través de obras, programas y acciones que, de llevarse a cabo, serían trascendentales para el futuro del Estado.

Destacan por ejemplo: el abasto al 100% de agua potable en la ciudad capital; la construcción de 25 mil viviendas en la sierra y la implementación de programas para el mejoramiento sustancial de la vivienda popular en todo el Estado; la construcción de casi 3 mil kilómetros de carreteras; la construcción del acueducto Pico del Águila para garantizar el abasto de agua en beneficio de los municipios de Valle de Allende, Coronado, Villa López y Jiménez; aumentar la cobertura hasta el 70% en educación media mediante la creación de más escuelas y el fortalecimiento de la infraestructura ya existente; el apoyo para la modernización tecnológica del campo; etc.

La buena intención del gobernador también se trasluce en la insistencia, en los discursos de campaña, de toma de protesta y de la propia presentación del plan, de que la sociedad debe participar en la elaboración y supervisión de la política pública del gobierno y que dicha participación debe darse de manera organizada: “Chihuahua Vive luchará contra el dolor de los que menos tienen…Erradicará la discriminación que padecen los más vulnerables…Y alentará la participación organizada de la sociedad”, así lo planteó el ejecutivo estatal en el compromiso que asumió con los chihuahuenses en su toma de protesta.

Pareciera, pues, que ahora sí, el pueblo chihuahuense, sobre todo aquellos sectores marginados y empobrecidos por culpa de la excesiva concentración de la riqueza, será llevado por el camino del bienestar social, de la paz, de la seguridad, de la equidad y de la justicia social. No pongo en duda que la buena intención del licenciado Duarte se esté tratando de materializar con hechos en algunas partes del Estado. Sin embargo, mi experiencia personal me indica que existen algunos funcionarios de su gobierno que en los hechos no están dispuestos a convertir en realidad dicho plan. Como representante estatal de los antorchistas, es decir, como representante de una parte importante de la sociedad civil organizada, me consta cómo existen funcionarios que ni siquiera se dignan a recibir a nuestro comité estatal y ni siquiera analizan nuestro pliego petitorio, con el argumento de que la agenda está “muy apretada” o de que “están con el gobernador en una gira”; puedo demostrar cómo hay funcionarios estatales que tras el argumento de que “no hay recursos” o, “es que ustedes piden mucho”, no resuelven problemas tan delicados como la falta de agua potable, de electrificación, de escuelas, o la falta de una vivienda digna o de una cancha deportiva. Sé con información de primera mano cómo hay funcionarios que sintiéndose obligados a programar a algunas obras por la presión de los solicitantes, el día de mañana, argumentando “trabas burocráticas y administrativas” simplemente no cumplen con lo prometido. Puedo comprobar, finalmente, que hay funcionarios públicos del gobierno estatal que se indignan ante la presentación organizada de las peticiones como lo hace el Movimiento Antorchista. Dichos funcionarios se equivocan al creer que resolverle un problema al gobierno significa hacer que los solicitantes den vueltas y vueltas sin darle solución a sus necesidades, se equivocan quienes al creer que resolverle un problema al gobierno significa decirle al ciudadano “no hay recursos”.

Así no sólo no se resuelve la necesidad de los ciudadanos sino que, además, hace crecer el malestar y, por tanto, el descontento, la inconformidad en los afectados que muchas veces son miles de personas, puesto que se sienten agraviados y mal tratados. La gente concluye que se le engaña y termina repudiando al mentiroso. En ocasiones, el descontento se traduce en manifestaciones públicas o en castigos electorales, pero la historia registra que se puede traducir, también, en revoluciones, como en 1910 en que ante tanta pobreza, los gobernantes y los poderosos, con su arrogancia y prepotencia, tenían asfixiada a la sociedad

Es por ello que en Antorcha vemos con simpatía y sincera admiración la buena intención del gobernador de Chihuahua y por ello la saludamos con gusto; pero nos preocupa que los encargados de llevar a la práctica lo que se expone en teoría en el Plan Estatal de Desarrollo, no estén a la altura de las circunstancias. En el Movimiento Antorchista esperamos que los objetivos del Plan se cumplan y que en verdad se respete y se aliente la organización de los ciudadanos.

(El autor es presidente del Comité Estatal del Movimiento Antorchista de Chihuahua)