90 de cada 100 piensa que el periodismo es trabajo riesgoso

Según Parametría, 88% de la población en general cree que la labor informativa es un trabajo de alto riesgo.


90 de cada 100 piensa que el periodismo es  trabajo riesgoso

La Crónica de Chihuahua
Mayo de 2013, 19:49 pm

Desde hace más de una década, la labor de los periodistas en el país se ha convertido en una tarea de alto riesgo. Esta percepción no se limita al gremio periodístico, también así lo consideran la mayoría de los mexicanos. En la más reciente encuesta nacional en vivienda realizada por Parametría, casi la totalidad de los entrevistados (88 por ciento), consideran que ser periodista es un trabajo peligroso.

Para 2012 dicha impresión era -14 puntos porcentuales- menor, siete de cada diez mexicanos coincidió con la idea de que la tarea periodística era una profesión arriesgada, esto posiblemente a raíz de los homicidios de dos reporteros gráficos y una corresponsal del semanario Proceso en el estado de Veracruz, que fueron denunciados por diversas organizaciones periodísticas como el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) quienes afirmaron que los asesinatos de los comunicadores evidenciaban la crisis que vivía el país en materia de: protección a la información, libertad de prensa y seguridad de los periodistas

La población no ha sido ajena a las muertes de periodistas, el 90 % de los encuestados está al tanto de los asesinatos en distintos estados del país; hace un año, el 71 % de los entrevistados tenía conocimiento de algunos de los homicidios de periodistas. Sin embargo, el conocimiento de estos atentados ha ido en ascenso junto con el número de agresiones contra los difusores de la información, tanto así que, de acuerdo con la denuncia hecha en 2012 por el Comité para la Protección para los Periodistas, 14 periodistas nacionales murieron en represalia por parte de la delincuencia organizada y funcionarios corruptos que trataron de coartar la libertad de expresión y el derecho a la información durante la pasada administración.

De igual manera, el CPJ contabilizó, en la administración del ex presidente, 9 reporteros considerados como desaparecidos, convirtiendo al país como el número uno en esta categoría. Tal incremento de la violencia hacia los periodistas posicionó a México como el 4° país más peligroso del mundo para ejercer el periodismo, detrás de Siria, Somalia y Paquistán.

Al interior del país, desde 2011 se cuenta con cifras alarmantes; la revista Contralínea contabilizaba para junio del mismo año: 52 periodistas asesinados y 11 desaparecidos. Si bien, el creciente número de víctimas del gremio periodístico ha llamado la atención de organizaciones internacionales como la UNESCO, cuya titular Irina Bokova instó a las autoridades mexicanas a investigar las agresiones armadas a los comunicadores y a que estas tomen medidas estrictas que permitan ejercer la libertad de expresión y de prensa “esenciales para la democracia y el estado de derecho”, el Estado mexicano no ha hecho mucho para ofrecerle a los periodistas las garantías mínimas para ejercer su profesión.

En la encuesta de Parametría, la mitad de la población entrevistada (52 %) se muestra incredulidad ante las acciones de gobierno para salvaguardar a los periodistas en su tarea de informar a la sociedad; cabe mencionar que el nivel de desconfianza en las autoridades es menor comparada con la medición pasada; en mayo de 2012, el 63 % de los entrevistados opinó que el Estado mexicano no estaba haciendo lo necesario para garantizar la seguridad de los derechos humanos de los periodistas en su labor informativa.

La desconfianza en las autoridades mexicanas no sólo es del gremio periodístico, ni de la población, sino también de organizaciones mundiales. De acuerdo con la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa elaborada por Reporteros Sin Fronteras, México ocupa el lugar 153 en el respeto y procuración de derechos como la libertad de prensa. En el ranking se evaluaron 179 países, este año los países punteros o los que más respetan la actividad periodística fueron Finlandia, Países Bajos y Noruega. La institución de Reporteros sin Fronteras resalta que “las democracias protegen mejor la libertad de producción y difusión de la información” que aquellos países como Turkmenistán, Corea del Norte y Eritrea donde se controla la información y se violan otros derechos humanos.

Al igual que Reporteros sin Fronteras, el Comité para la Protección de los Periodistas catalogó, en 2012, al estado mexicano en el 8° lugar del índice de impunidad por sus resultados en el combate a la violencia letal contra la prensa. De acuerdo con el informe de la organización internacional, los homicidios de periodistas siguen sucediendo con frecuencia y las autoridades aún no resuelven los crímenes, mermando la libertad de prensa, de expresión y el derecho a la información, pese a que en México en 2012 se promulgó la Ley para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Federalización de los Delitos Cometidos contra Periodistas

Es importante destacar que los mexicanos valoran el derecho a la información, el 89 % de la población entrevistada considera relevante enterarse de los acontecimientos relacionados con la delincuencia, tal relevancia aumentó dos puntos porcentuales de un año a otro.

Si bien los encuestados consideran que informarse sobre las cuestiones de seguridad en el país es de suma importancia, también creen que la falta de ésta es la que obstruye la labor de los periodistas; el 79% mexicanos afirma que la inseguridad que vive el país obstaculiza la labor de los medios para difundir información que tiene que ver con la delincuencia.

Las cifras de periodistas asesinados y desaparecidos no sólo son alarmantes, sino que demuestran el nulo complimiento a respetar el marco jurídico que protege y garantiza la seguridad de los periodistas, el derecho de estos a ejercer libremente su profesión y el derecho de la ciudadanía a informarse. Las agresiones siguen presentándose, ejemplo de ello son los ataques a las instalaciones del periódico de El Siglo de Torreón y las amenazas hechas al Director de la ONG Artículo 19, que delatan la vulnerabilidad en la que los periodistas siguen ejerciendo su labor.