Disertó Froilán Meza sobre “Los Seremos”, la única tradición del Día de Muertos en Chihuahua

** Participó como invitado por ciudadanos organizados para salvar el Parque Lerdo.

La Crónica de Chihuahua
Noviembre de 2015, 21:04 pm

Chihuahua, Chih.- Vecinos unidos para rescatar al Parque Lerdo, el histórico parque de la ciudad de Chihuahua, invitaron al director del periódico digital La Crónica de Chihuahua Froilán Meza Rivera, para compartir las historias de terror recopiladas durante su quehacer periodístico en el estado; el autor del libro La Leyenda de la Pantera Negra ofreció además una disertación sobre las ancestrales festividades del Día de Muertos en Chihuahua, más específico, de la única festividad que existe en esta parte del país, “Los Seremos”, una tradición originaria del Valle de Allende y que tiene registros de 400 años de antigüedad.

El periodista que describe su trabajo como una reproducción de “lo que la gente le cuenta”, ofreció al público una explicación de los orígenes de las festividades a los muertos en la parte norte de país, la cual dijo, tiene sus raíces en el viejo mundo, España.

Meza Rivera habló a un nutrido público acerca de una de las festividades más antiguas que se celebren a nivel nacional, y la que a pesar del paso del tiempo conserva mucho del misticismo que le dio vida a esta parte del país tras la invasión europea, “los conquistadores de Chihuahua provinieron de España, eran vascos, en aquellas tierras se realizaba un acto parecido a Los Seremos, que consistía en dar a los no tan niños el título de jóvenes, un primer paso a su vida adulta”, relató el escritor, y es esta tradición del viejo mundo - milagrosamente salvada por un par de pueblos del sur del estado, colindando con Durango - que sirvió de inspiración a los colonizadores en el Valle de Allende.

Con su toque propio, las festividades en Allende celebran la caída de ángeles, en este caso los niños –celebración el 1 de noviembre, al sur y centro del país, el Día de los Muertos Chiquitos o Los Muertos Niños-, los cuales piden por medio de una “cancioncita”, que se les den dulces, “anteriormente eran dulce de calabaza, el camote, para ello los niños utilizaban una ollita, también se les daba cacahuates, naranjas, en fin, todas aquellas cosas que se comían antes”, relató el periodista.

“Era justamente al caer la tarde que grupos de niños se reunían para salir a las casas, uno de ellos se tiraba en el suelo con la cabeza apuntando hacia la puerta de la casa, cubierto de una sábana blanca y sosteniendo una velita – como si estuviera muerto -, y entonces entonaban la canción ‘Angelitos somos, del cielo bajamos, a pedir limosna, y si no nos dan, puertas y ventanas nos la pagarán… Seremos, seremos, calabacitas queremos’, y el dueño de la casa salía para ofrecer las golosinas de antes”, dijo Froilán Meza.