Diputados, indigestos por la auditoría que van a practicar

**Legisladores empezaron a patalear contra el auditor superior del estado, porque al Poder Legislativo le tocará rendir cuentas de su gasto, nunca antes revisado.


Diputados, indigestos por la auditoría que van a practicar

La Crónica de Chihuahua
Marzo de 2014, 20:44 pm

Por: Alejandro Salmón Aguilera

Ya empezó el pataleo. Los integrantes de la 64ª Legislatura comenzaron a ponerle “priedritas” en el camino al auditor superior del estado, Jesús Esparza Flores, desde que éste anunció que también al Poder Legislativo le tocará rendir cuentas y aceptar la revisión de su gasto, hasta ahora inexplorado.

Cuentan que existen en proyecto varias auditorías que debieron haber iniciado desde principios del año; que la ASE ya tiene todo listo: equipo de auditores, tamaños del muestreo, y todo lo demás, excepto un pequeño detalle: la autorización de parte de la Comisión de Fiscalización del mismo Congreso del Estado.

Resulta que son los mismos integrantes del Legislativo y en particular de los miembros de la Comisión de fiscalización los que se dieron por agraviados porque los van a auditar. Faltaba más. El ente auditor ahora será auditado.

Lo de menos es que fuera la Auditoría Superior del Estado (ASE) la que pusiera en práctica la revisión contable al gasto del Legislativo. Después de todo, es un órgano descentralizado del propio Poder Legislativo; es, digámosle así, un miembro de “casa” el que nos va a revisar la forma como nos gastamos los 255 millo 676 mil 150 pesos que nos gastamos en el año 2013.

El problema es que no se trata de un auditor que trabaja de manera directa para quienes deberían ser sus jefes inmediatos, en este caso, los diputados. Se trata de un auditor como Jesús Esparza quien, desde el día que tomó posesión del cargo, dejó en claro que el primero en enterarse de los resultados de las auditorías sería el gobernador constitucional del estado de Chihuahua, César Duarte Jáquez.

Dicho en otras palabras: el primer que sabrá cómo se gastaron el dinero; a quienes contrataron y con cuantas percepciones; los autos, los viajes, los viáticos, los trabajos de comisión, etcétera, será el gobernador y luego todos los demás. Ni siquiera “el señor Coordinador”, como le dicen al líder de la bancada del PRI, Rodrigo de la Rosa, tendrá esa primicia.

No es gratuito, entonces, que los mismos jefes del auditor anden enojados con él y lo vean con recelo, sobre todo en las últimas semanas. La auditoría que le practica ahora mismo al Poder Judicial del Estado ya fue vista como una bandeja de agua caliente donde había qué poner a remojar las barbas propias.

Eso nos pasa por no tener un órgano auditor que sea realmente autónomo; que no dependa de ninguno de los tres poderes, especialmente del Ejecutivo y, por lo tanto, audite con absoluta libertad y en apego a las atribuciones que le confiere la ley.

Eso nos pasa por tener un órgano fiscalizador que sólo revisa cuentas y da informes, pero no aplica sanciones. De poco servirá que el ASE encuentre gastos mal aplicados, si los diputados, encargados como son de aplicar las sanciones, simplemente las guardan en lo más profundo del más oxidado de los archiveros del Congreso del Estado.

Con razón no hay rendición de cuentas y, si las hay, es para los “alebrestados” que se salen del huacal.