Devaluación, más pobreza

Editorial/ La Crónica de Chihuahua


Devaluación, más pobreza

La Crónica de Chihuahua
Septiembre de 2015, 19:42 pm

Recientemente hablamos acerca del avance de la pobreza en el país durante los últimos 15 años y sobre las perspectivas económicas en el corto plazo con pronósticos desalentadores para las condiciones de vida del pueblo mexicano; pero no podemos quitar el dedo del renglón ante los claros indicios de un inminente empeoramiento de la situación de los trabajadores, que ya de por sí se encuentran en el límite de la subsistencia y muchos atados por debajo de ese nivel, como consecuencia de un salario mínimo oficial prácticamente congelado.

La irrefrenable devaluación de la moneda nacional y la consecuente elevación de precios que ya se anuncia para los próximos meses, reducirán al mínimo el poder adquisitivo de la mayoría y aumentará la pobreza, es decir, crecerá la parte de los mexicanos que viven en pobreza extrema, en la miseria más espantosa.

Frente a la pérdida del poder de compra y la forzosa disminución del consumo, muy pronto parecerá que la producción de bienes es excesiva, que hay sobreproducción; se habrá iniciado una nueva crisis económica, cuando aún no cesan los estragos causados por la crisis anterior; pero esa sobreproducción sólo es aparente, es relativa: el exceso de productos es en relación con los que necesitan quienes tienen poder de compra, no con todos los miembros de la sociedad; si todos pudieran adquirir lo necesario, no sobrarían productos, sino al contrario, faltarían; por esto las crisis son de sobreproducción relativa.

La crisis significa el paro forzoso, el cierre temporal o definitivo de muchas fábricas en varias ramas de la industria, el despido de trabajadores, la falta de ingresos, la pobreza y el hambre. Todo parece indicar que la segunda parte del presente sexenio comenzará con una crisis en la que los más fuertes indicadores son el derrumbe del precio del crudo, los cálculos a la baja del crecimiento de la economía, del producto interno bruto y la devaluación de la moneda nacional. Como resultado, el comercio exterior se realizará en condiciones desfavorables y disminuirán los ingresos del Estado, seguirán más recortes al gasto público y habrá menor presupuesto para asistencia social.

El círculo vicioso ha comenzado nuevamente: estamos ante una fuerte devaluación del peso mexicano frente al dólar; analistas expertos auguran un incremento de precios a los artículos de primera necesidad, principalmente a los alimentos; millones de pobres reducirán su consumo y otros tantos no podrán consumir; mientras el abarrotamiento del mercado otra vez sugerirá una producción excesiva frente a una disminución del consumo, cerrarán las fábricas y aumentará el desempleo; una nueva crisis se añadirá a las de fines del siglo pasado y principios del que corre y quedaremos a la espera de una recuperación de la economía gracias al milagro de las privatizaciones, obra de las reformas “estructurales”; más tarde vendrá una nueva devaluación, más elevación de precios y más pobreza.