De la familia Serrano Hernández al público en general

Por Maricela Serrano Hernández


De la familia Serrano Hernández al público en general

La Crónica de Chihuahua
Diciembre de 2013, 09:44 am

La familia Serrano Hernández, a través de mi conducto, agradece sincera y públicamente a todas las personas que nos han hecho llegar mensajes de apoyo, oraciones y muestras de cariño en todas las manifestaciones posibles, desde que mi señor padre, Manuel Serrano Vallejo, fue separado contra su voluntad del seno familiar.

Esta tragedia, perpetrada por seres que carecen de los sentimientos que hacen de los hombres seres humanos; por individuos cuyo espíritu ha sido reducido a una insensibilidad y vileza casi animales, ha sido para nosotros elemento de unidad y fortaleza. Y esa fortaleza se incrementa día con día, con el apoyo solidario de un importante número de mexicanos que desde distintos puntos de la República han sentido la desaparición de mi padre como un dolor en carne propia y han sumado su voz a la denuncia nacional que exige que nos devuelvan a nuestro ser querido.

El dolor que nos embarga por la falta del pilar de la casa no puede ser descrito con palabras. Sin embargo, cada día sin el esposo, padre y abuelo, se convierte en fuerza y determinación, en convencimiento auténtico de que el camino que hemos elegido varios de sus hijos, y que él apoyaba en su humildad de hombre de trabajo, es el único que puede representar una alternativa segura y posible para los hombres y mujeres que no encuentran en una sociedad como la nuestra una forma decorosa y digna de vivir. Y las muestras de limpia solidaridad de miles de mexicanos nos han ayudado a convencernos aún más de que no debemos flaquear.

Conscientes estamos nosotros del mutis intencional y vergonzoso que varios medios de comunicación de impacto nacional, que en casos similares retoman por semanas enteras noticias similares, a veces trocándolas en espectáculo, han hecho respecto a esta tragedia ignorándola de manera absoluta. Y no es que pidamos un trato preferencial. Simplemente el que todo ciudadano víctima de un delito y una injusticia debe recibir para que su voz sea escuchada y las autoridades actúen con prontitud y eficacia. Los argumentos para demostrar que mi padre, por su edad y condición social, no eran secuestrable, no han sido refutados por nadie, pero no han recibido la resonancia que se merecen de parte de quienes tienen el patrimonio de los grandes medios de comunicación. Y ante el silencio de esos medios, se ha impuesto el grito solidario de la gente humilde, de los mexicanos que siempre se muestran fraternos y compasivos ante la desgracia ajena como si fuera propia.

Hoy, a 53 días de su secuestro, la familia Serrano Hernández agradece a todos los que han apoyado nuestra denuncia. Su cariño ha jugado un papel fundamental para permitirnos mantener la esperanza de recuperarlo, pues sabemos también el impacto que causa la solidaridad colectiva y masiva. Hoy, a 53 días de la privación de su libertad, la familia Serrano Hernández reitera en voz del pueblo su grito de justicia.

Justicia para un padre anciano, enfermo e indefenso; justicia para un hombre humilde dedicado a su trabajo y a su familia; justicia para un ciudadano inocente que no ha causado daño a nadie; para un mexicano como cualquiera de los 113 millones que somos en este país. EXIGIMOS JUSTICIA.

MARICELA SERRANO HERNÁNDEZ