De Jalisco a Chihuahua; un huichol norteño

**Manuel López Torres, nacido en Guadalajara.


De Jalisco a Chihuahua; un huichol norteño

La Crónica de Chihuahua
Febrero de 2011, 21:16 pm

La tribu de sus ancestros se dio a la diáspora, a la dispersión, desde hace ya varias décadas, y a él le tocó venir a probar suerte en el norte del país. Manuel López Torres, quien es huichol de madre y español por parte de su padre, tiene 38 años en Chihuahua, donde sobrevive de cualquier manera.

Nació en Guadalajara, Jalisco, hace 52 años, a su madre Enriqueta Torres López, india huichola, y a su padre Zenón López Navarro, hijo de padre español. Su mamá era originaria del Cerro del Palmito, donde hay una veta de raza huichol. “Ahí hay tribu todavía, yo pasé el otro día por ahí, aunque ya queda poca de la gente original”.

Manuel sabe que la “raza” anda dispersa por Tepic y Durango, lo que es, en términos del pueblo huichol, una desgracia social, porque las comunidades van perdiendo su cohesión, y con ello se pierde también la organización social, toda vez que la gente tiene que salir a buscar la vida.

El hombre vive de vender “fierritos”, es decir, fierro viejo, botes de aluminio que recolecta en las calles, cartón, papel y metales industriales. De tan entrenado que tiene el ojo, Manuel escudriña las banquetas y los lotes baldíos conforme camina, aunque de momento no se encuentre en plan de recolección.

Pero lo más sobresaliente de este personaje es su indumentaria que, al estilo de los huicholes, pero modificada, se compone del sombrero de ala redonda, medio charro, y de la ropa que más le acomode en el momento y circunstancias. Lleva colgados de la cintura varios objetos: juguetes, un tambor, una sonaja, y del cuello un silbato. En las manos trae su infaltable guitarra, de la que vive también, pues canta canciones rancheras que ofrece en la calle y en las cantinas.

Recuerda que, a los siete años, su padre le compró una guitarrita de juguete, y que fue desde entonces que se aficionó a la música.

Y acá anda, pues, este huichol norteño, errante, como muchos de los de su raza, tratando de ganarse la vida en tierras lejanas.