Cuánta pobreza: cuatro meses para acabar igual

**¡Diez horas de sesión para terminar por elegir a las mismas personas que habían sido removidas!


Cuánta pobreza: cuatro meses para acabar igual

La Crónica de Chihuahua
Abril de 2014, 10:10 am

Por: Alejandro Salmón Aguilera

El espectáculo que presenciamos ayer jueves 10 de abril en el Congreso del Estado demostró que Chihuahua tiene una pobreza política de grado superlativo y que explica por qué siempre aparece en la mitad de la tabla en casi todos los indicadores de desarrollo.

Fueron necesarias casi 10 horas de lectura -que no de discusión- en el pleno del Congreso del Estado, para que los integrantes de éste pudieran dar cumplimiento a un amparo emitido por un juez federal en contra de la elección de siete consejeros del Instituto Chihuahuense de Acceso a la Información Pública. ¡Diez horas de sesión para terminar por elegir a las mismas personas que habían sido removidas en cumplimiento al amparo concedido por el juez Octavo de Distrito contra la designación que había hecho en diciembre pasado el mismo Congreso!.

Las 10 horas son lo de menos: lo demás son los casi cuatro meses que tardaron los políticos de Chihuahua -no sólo los diputados- en resolver algo que era tan simple como acatar la orden de un juez.

Todo ese tiempo: tres meses mas 10 horas de sesión, sólo para justificar por qué no había de quedar como consejero del Ichitaip el abogado Rodolfo Leyva, promotor del amparo contra la designación de los siete consejeros electos en diciembre pasado.

Lo peor del caso es que, después de todo ese gasto político, no nos alcanzó para mejorar la composición del órgano encargado de velar por la transparencia y el acceso a la información pública. Todo ese tiempo se nos fue en ratificar a personas que demostraron o falta de conocimientos, o informalidad, o desapego a la norma que se establecieron en la convocatoria para renovar al Ichitaip.

De las dos consejeras titulares, María Nancy Martìnez Cuevas, no había entregado la documentación en tiempo y en forma, y así la ratificamos; la otra, Alma Rosa Armendáriz Sigala, obtuvo una calificación reprobatoria, de 4.5 puntos, en el examen de conocimientos. De entre tanto ciudadano, de entre tanta profesionista, de entre tantos catedráticos y catedráticas ¡no pudimos encontrar a alguien que sí cubriera a cabalidad con los requisitos de un órgano que, se supone estará para defendernos.

Del resto de los consejeros, los cinco suplentes, al que no le faltó una hoja le faltó la otra. El hecho es que ninguno estaba en plenitud de cumplimiento, incluido el quejoso Rodolfo Leyva.

Este día se habrá de criticar al Congreso del Estado por ratificar a los mismos consejeros/as, pero tal vez haga falta hacer un ejercicio de conciencia y ver que, como sociedad, no hemos sido capaces de renovar y mejorar ni a nuestra clase política, ni a nuestros órganos de representación.