Crónica de las reliquias de Juan Pablo II

Un evento de consuelo para los católicos chihuahuenses


Crónica de las reliquias de Juan Pablo II

La Crónica de Chihuahua
Noviembre de 2011, 20:13 pm

Chihuahua, Chih.- El olor a flores frescas es intenso y ni el incienso lo mitiga, el gentío fuera de la catedral espera, dentro de la enorme construcción un grito sordo, los canticos suenan, con voz de ángeles algunas feligreses bendecidas con una voz privilegiada acompañan al órgano, los demás mortales lo acompañan con una simple voz.

En primera fila esperan los presbíteros de la ciudad, todos en sus túnicas blancas, en la última fila afuera de la catedral muchos esperan presencial el acto aunque sea por una de las multi pantallas que se colocaron al frente de la catedral que transmitirán hasta el último detalle de lo sucedido adentro de la casa del señor.

Se trata de la llegada de las reliquias del ahora beato Juan Pablo II, pero al que todos recuerdan como el Papa, un ser especial que supo reconciliar la imagen del papado con la gente hasta con el más humilde católico e incluso con algunos feroces ateos.

Viva Cristo rey, Viva, Viva el Papa, Viva, Viva Juan Pablo II, Viva, Viva la
Virgen de Guadalupe, Viva Chihuahua, Viva, son los sonidos que acompañan las campanadas enérgicas y que se cuelan desde afuera hasta el hondo del altar de la Catedral, donde a un lado espera la prensa implacable con sus flashes, sus cámaras de video y sus computadoras tecleando lo sucedido.

La imagen de tamaño natural de Jesucristo con los brazos abiertos, con una corona laureada, con un semblante sereno, limpio recuperado de su crucifixión, le da la bienvenida a las Reliquias de Juan Pablo II.
Viva el Papa, Viva, así sigue los gritos, las aclamaciones.

Las reliquias de Juan pablo II, consisten en un frasquito de frágil vidrio donde se contienen unas gotas de la sangre que una vez fluyó por las venas de ese hombre que con su sonrisa cautivo al mundo entero, sin embargo para los cientos de creyentes, no son solo unas gotas de sangre es el recuerdo de un ser amado, de un ser admirado.

Del libro del profeta Isaías, salió la primera antífona que recibió en la Catedral de Chihuahua a Juan Pablo II.

En un ataúd de cristal por fin llegó, es un muñeco hecho a la imagen de Juan Pablo II, que contiene su sangre, pero que ha conmovido hasta las lágrimas a muchos incluso a algunos gobernantes el día de hoy presentes.

Hace 25 años, que Juan pablo II, piso suelo Chihuahuense, un evento antes nunca visto, que el mismísimo Papa llegase a una tierra desértica a una ciudad pequeña y tranquila, su visita conmovió a muchos e inspiro a otros, tal fue la impresión que dejó que un Boulevard de la ciudad de Chihuahua lleva su nombre el cual fue adornado con una estatua gigante del mismo.

Hoy vuelve Juan Pablo II, ya no como Papa, si no como beato a un paso de volverse santo, llega a Chihuahua pero ya Chihuahua no es esa ciudad chiquita tranquila que el vino a visitar, no, ahora Chihuahua es un monstro creciente de concreto que esta lacerado por una violencia que arremete incluso contra no natos y ancianos.

Es por esto que la iglesia Catabólica en Chihuahua le pide al beato que interceda para lograra la paz ante Dios. “Le pedimos al beato Juan Pablo II que interceda ante el Señor para que nos dé el don de la paz y el ánimo y la luz para que todos colaboremos en nuestro granito de arena lograrlo” dijo el Arzobispo Constancio Miranda Wekman.

Después, se anunció de sopetón la creación de una nueva parroquia en la ciudad que llevara el nombre de Juan Pablo II, “Levantaremos una nueva parroquia que llevara su nombre hay le pido al gobernador y al presidente municipal que nos echen la mano” dijo el Arzobispo, ante unas risitas, -vaya forma de pedir un favor-.

Afuera, el viento es frío pero eso no diezma el ánimo de los creyentes que desde una hora antes esperaban las reliquias, aunque algunos octogenarios bastón en mano, se han quejado del descuido de las autoridades “¿Donde se había visto? Que descaro, que no pongan sillas en un evento tan importante” mascullo un abuelito a su esposa que se encontraba a su lado.

La misa dentro sigue, bajo el cielo abovedado de la Catedral, se levanta el cadis, que Juan Pablo II, regaló hace 25 años a la iglesia de Chihuahua y que es usada desde entonces en misa.

Así, termina la misa, ahora es hora de que las reliquias que le han dado la vuelta al mundo descansen, pernocten, en la Catedral de Chihuahua, donde mañana estarán disponibles para la vista de todo mortal que quiera admirarlas.