Cordillera de Meoqui a Julimes, un chorizo social y cultural

**Es la población más larga de la región, todo un fenómeno de identidad cultural y económica.

La Crónica de Chihuahua
Marzo de 2011, 09:55 am

Meoqui, Chih.- Desde el aire, la Cordillera es todo un accidente geográfico, puesto que se ve saliendo de la mancha urbana de Meoqui y proyectándose hacia el Oriente como una hilera de casas y de cuadritos blancos en medio del verde de la vegetación.

Se ve, desde los 40 mil pies de altura, como un largo entramado urbano en forma de lanza hasta el horizonte.

Pero ¿qué es esta Cordillera?

Para quien no es de la región Centro-Sur de Chihuahua, hay que decir que la mentada Cordillera no es un poblado en sí, sino un conjunto de pueblos y colonias que se pegan en sucesión desde Meoqui y hasta Julimes. La hilera de casas de mayor longitud del estado no está en Juárez ni en Chihuahua, sino acá y es una especie de chorizo de pueblitos que comparten una sola calle -la carretera a Julimes- y los mismos rasgos culturales.

Es, dicen, un chorizo de casas, pero es también todo un fenómeno cultural.

Es notable cómo, por ejemplo, cada poblado tiene su propia iglesita de concreto, pero son casi iguales, sencillas y funcionales, igual que los salones de actos. Tienen ahí sus tienditas, todas pequeñas, pero la gente casi no compra en ellas, porque sin excepción, se dirigen el sábado a Meoqui, donde “hacen el mandado” para toda la semana. Son Meoqui y Delicias, y ni siquiera Julimes, los verdaderos centros de comercio, negocios y entretenimientos.

Pero ¿de qué tamaño es La Cordillera?

Se trata de un rosario de 11 pequeños poblados que tienen apenas una hilera de casas de cada lado de la carretera (o dos hileras máximo), una sola casa de fondo antes de las tierras de cultivo y los establos.

De estos 11 pueblitos, seis pertenecen a Meoqui: El Molino Rinconeño, Los Cisneros, Las Puentes, Loreto, Guadalupe Victoria, que es seccional municipal, y Los García. El resto, cinco, son de Julimes: El Entronque, La Regina, Colonia Esperanza, La Labor Nueva y La Boquilla.

Transitar por su única calle les da a los cordillereños un sentido de pertenencia y una identidad cultural única, ultramunicipal, como no se conoce en otras partes. Y a veces, los habitantes de este chorizo suburbano se olvidan de decir que son de Meoqui o de Julimes, pues en primer lugar ellos son de La Cordillera.