Conago o no la hago. Sólo un teatro del absurdo

Por Severo Ley Morales


Conago o no la hago. Sólo un teatro del absurdo

La Crónica de Chihuahua
Julio de 2011, 23:33 pm

En estos días, quedó demostrado que, cuando se quiere se puede en México. Y es que la muestra es muy ejemplar. Su creador, el gobernador César Duarte, un chihuahuense de buena cepa que se lanzó con todo para reunir en una buena causa a los treinta y tantos mandatarios del país en sus terrenos.

El jefe de Chihuahua tiró la casa por la ventana y también una escultura del Palacio para acomodar bien a sus invitados que dialogaron y consensuaron cuánto les va a costar erradicar uno de los peores males de nuestro país.

En esta “mega” reunión que gestó Mejíaborja invirtieron una suma millonaria para dar la mejor “face” de Chihuahua. La raza se puso las pilas y le dieron su “overhaul” al Palacio de Gobierno; fue tanto el esfuerzo que hasta pulieron y enceraron las banquetas y lavaron la cantera con Vel Rosita para que no oliera a veladoras; se tapó un hoyo de la demolición del Russek, y mágicamente desapareció el símbolo más importante del Palacio, cual si hubieran quitado una llanta ponchada.

Este suceso de la escultura dejó a la comunidad perpleja pero “nadien” dijo nada. ¡Qué bueno que la reunión no fue en la Plaza de Armas porque “Don César” hubiera mandado a quitar la Catedral de Chihuahua justificando que ya estaba muy vieja y era de pura tierra (adobe) y no de block macizo!

¡Qué suerte tiene la humanidad de que no fue frente a los antiguos acueductos, porque los hubiera mandado a quitar diciendo que ya ni agua tienen!

Y es que hace poco hicieron un “panchito” por una losa que quitaron para poner la placa de Marisela, incluso los inconformes estaban “pensando” enviar una carta a la UNESCO por el crimen al recinto histórico de todos los chihuahuenses; pero ahora que se hizo la monstruosidad de quitar una escultura italiana-francesa de bronce ni “pio” se escuchó.

Las ocurrencias que pasan en Chihuahua sólo delatan la ignorancia de los que le siguen el rollo al mando de la Calle Carranza. De la propia boca del gober salió, al ser cuestionado por los tímidos reporteros: “Es para ustedes, para darle a la prensa mejor visibilidad y que se vea mejor… en cuanto termine será reinstalada… el Palacio de Gobierno es la casa de todos los chihuahuenses”. Profunda la reflexión del ballezano.

Pero el que no se quedó atrás con sus ácidos comentarios fue el ex gobernador Martínez, para decir que: “sería mejor ponerle llantitas a la escultura”, creo que quiso decir algo así como chiffonier (en frances cómoda alta), o un biombo, o un refri, o un centro de mesa o llantitas como las que tienen las mesas de billar. El señor Martínez no pierde el tiempo en ganar un rayito de los reflectores haciendo comentarios propios de su anquilosado cerebro en desuso.

Se demostró, entonces, que se puede montar un escenario (aunque la llovizna de anoche lo arruinó un poquito) digno de las mejores películas de Hollywood. Todo en su lugar, hasta Carlos Carrera estaba en su oficina, Marcelo pegado a Duarte, Patricio en primera plana, (¿por qué él y no Reyes?), Chela con su peinado retro. Todo tenía que estar perfecto, incluso, lo más increíble, Dios cambió el clima de Chihuahua para este evento, ¡no hizo calor!

Quiere decir que cuando se quiere se puede poner a una patrulla a cada cuadra de la ciudad; cuando se quiere se puede ver una vigilancia extrema; cuando se quiere se puede ver un centro limpio y tranquilo; cuando se quiere se puede sentir seguridad en las calles; cuando se quiere se puede...y se puede!

Y es que todos los que andamos en camión vimos un centro histórico ejemplar, sin gente fea, sin mendigos, sin rarámuris con sus niños pidiendo “Korima”. El cerco de seguridad estaba a varias cuadras a la redonda para que Peña Nieto, Ebrard y los demás no tan ilustres no vieran los viejos y sucios camiones urbanos de Chihuahua ni los tantos pafos de lujo.

La gente fea que quería circular por el “downtown” de Chiwas tenía que acreditarse para entrar a la zona VIP. Sólo tenían acceso a ese montaje de vigilancia y poder quienes portaban guayaberas blancas, ropa de marca y trajes caros, auto con placas vigentes, gente bien bañada y perfumada y con una actitud de “sí se puede”.

Adentro del Palacio la perfección era deslumbrante. Ahí, una bella réplica de las casas de la humilde colonia Rosario decoraba como algo exótico el centro de la reunión. Después, uno de los pocos hombres cultos que había ahí explicó que era réplica de los vestigios de Paquimé.

Adentro era todo orden, hasta la circulación de los asistentes estaba organizada en un solo sentido, la respiración del público era al unísono, no había espacio para el desorden. César demostró un despliegue de organización y estar a la altura de cualquier gober del país.

En este escenario hollywoodense se sirvió a los invitados para el desayuno huevos con dos yemas y para la comida carne sin Clembuterol y el agua con “casi” nada de arsénico. Algunos mortales nos cuestionamos por qué no se realizó en las salvajes tierras de Ascensión o en la Sierra de Guadalupe y Calvo con su olor a pino y cannabis, o ya de perdis en la colonia Industrial o tal vez en el Cerro de la Cruz, pero sin seguridad y sin ningún montaje que pueda ocultar el miedo de la gente, el olor a muerte y sangre, el ruido de las sirenas y los soldados enmascarados.

Por qué Duarte no hizo la reunión en Ciudad Juárez, que es la llaga del dolor del país. Ahí se siente el miedo en cada esquina y “no anda en burro”; ahí la miseria hace que niños y niñas salgan a las calles a pedir. En esta frontera los gobernadores hubieran visto con sus propios ojos la desconfianza y desenfado de hombres y mujeres que ya no tienen fe en ningún partido político. Ahí hubieran conocido la impotencia de las madres y mujeres que claman respeto y justicia.

Como recorrido turísticos, Chela Ortiz, Marcelo, Salas y Trevizo los hubieran llevado en una rutera, de esas que son los desperdicios de los gringos, a Villas del Salvarcar o La Anapra, ahí Peña Nieto no hubiera necesitado vaselina para su copete por la tierra y el sudor que hacen que el cabello se vuelva una roca.
En Ciudad Juárez no hubiera gastado tantos millones de pesos para hacer un montaje y convertir a la capital de Chihuahua en una tranquila provincia europea. Ciudad Juárez hubiera sido ideal para que los demás jefes de Estado vivieran en carne propia la terrible situación en la que está hundido nuestro país. Ahí, el sol no se tapa con un dedo y mucho menos con saliva.

Estos días, sin ser pesimista, se demostró que sí se puede, como la Sub-17 o como la Zambotti. También se demostró que César pudo reunir sólo a 19 de los “más gallos del país”. Ahí hubo consenso, acuerdos, propuestas, planteamientos en común, se abrieron páginas especiales para un solo vocabulario, se analizaron las estrategias, se resaltaron los elogios, pero sobre todo se demostró que “se quiere” hacer algo. Esperamos que este montaje escenográfico y mediático no sea lo mismo que la Cumbre de la Legalidad, es decir, puro rollo.

(Severo Ley Morales, Escritor y maestro de primaria, con grado de Ph. D en la Universität zu Berlin, Alemania. Narrador ocioso. Intolerante e ironista feroz por vocación)

Mail: severoley@hotmail.com