Chihuahuita, el barrio oculto de El Paso, Texas

**Ubicado justo en la orilla del Río Grande, el barrio Chihuahuita ha sido testigo de cómo han llegado inmigrantes de todos colores y nacionalidades, con el transcurso de los siglos.


Chihuahuita, el barrio oculto de El Paso, Texas

La Crónica de Chihuahua
Julio de 2014, 23:00 pm

Por Kent Patterson

“Fuimos una especie de Isla Ellis del suroeste”, comentó el historiador paseño Fred Morales, al iniciar un recorrido histórico del vecindario conocido como Chihuahuita.

Ubicado justo en la orilla del Río Grande, el barrio Chihuahuita ha sido testigo de cómo han llegado inmigrantes de todos colores y nacionalidades, con el transcurso de los siglos, explicó Morales al grupo de 150 participantes del recorrido histórico mensual que se realiza por este vecindario.

Según lo sugiere su nombre, Chihuahuita adquirió ese apelativo de los ancestros de habitantes originarios del enorme estado de Chihuahua, ubicado al otro lado del río.

“Somos una ciudad dentro de otra”, señaló Morales. “Nos escondieron como si fuéramos un calcetín. Mucha gente ignora nuestra existencia”.

Morales, criado en Chihuahuita, comentó lo anterior justo cuando esa pequeña comunidad de 300 habitantes se prepara para su 200 aniversario de fundación.

Según dijo Morales, los moradores del barrio Chihuahuita siguen percibiendo ínfimos ingresos, donde el ingreso promedio anual de un hogar es de tan sólo 11 mil dólares anuales.

Desapercibida por los visitantes, a Chihuahuita lo rodean estructuras tales como el puente internacional Santa Fe, colindante con la vecina Ciudad Juárez, el Canal Franklin, las vías férreas y una planta tratadora de aguas residuales.

Esas calles tan angostas, cuyo tránsito se dificulta ante el ir y venir de los camiones de carga, acogen casas edificadas en ladrillo y adobe, así como departamentos pintados de amarillo y color bronce, a tono con el desértico panorama.

Muchos de sus habitantes se resguardan tras verjas y rejas, y algunos de estos muros exudan pinturas atractivas a la vista, como la pintoresca imagen de la Virgen de Guadalupe.

Los vagones de los trenes hacen temblar el suelo

Basta tan sólo una caminata por el vecindario Chihuahuita para recordar algunas similitudes con las añejas secciones de Mesilla, Nuevo México.

Aun cuando a Chihuahuita se le vea con desdén justo desde la vorágine y el trajín del contemporáneo El Paso, esta comunidad ha desempeñado un papel fundamental en la historia de esta ciudad fronteriza.

Según el historiador Morales, la llegada del Ferrocarril Santa Fe, en 1881, trajo consigo fuentes de empleo para los residentes de Chihuahuita.

A principios del Siglo 20, la vecina población del lado mexicano fue la frente durante la Revolución Mexicana de 1910; las vecindades, erigidas en 1916, albergaron a refugiados quienes huyeron del sangriento conflicto.

Nuevamente, Chihuahuita se debatió con la violencia durante la llamada Era de la Prohibición, donde eran tan frecuentes los tiroteos entre los guardias fronterizos estadounidenses y los contrabandistas de licor, que a la región se le conoció como “El Barrio de la Mancha Roja”, explicó Morales.

A tal grado llegaron tales enfrentamientos, que incluso las fuerzas estadounidenses de seguridad colocaron una especie de depósito para ametralladoras, frente a las vecindades, agregó Morales.

En los años setenta, explicó el historiador, un evento que presagió el tema de la seguridad fronteriza consistió en un recorrido preparado por Adair Margo, propietaria de una galería, quien guió al entonces Secretario de Estado, Henry Kissinger, por la entonces llamada “Muro de la Tortilla”, consistente en una malla ciclónica fácilmente penetrable, dijo Morales.

Autor de innumerables libros sobre la historia de Juárez y El Paso, Morales prepara una exhibición sobre Chihuahuita, para conmemorar sus bicentenario de existencia.

Y el fantasma de Ignacia “La Nacha” Jasso, traficante de heroína, aún merodea en los alrededores de Chihuahuita, justo cuando los constantes decomisos del narcótico a manos de los agentes del Buró de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) del puente internacional dan fe de la resistencia de un negocio que se cuela entre la gente y las mercancías que transitan entre dos tierras separadas políticamente hablando, pero inseparables en términos históricos. (Traducción: Marisela Ortega Lozano)

*Kent Paterson es director de la agencia de noticias Frontera Norte-Sur, del Centro de Estudios Latinoamericanos y Fronterizos de la Universidad Estatal de Nuevo México (NMSU) en Las Cruces.