Chihuahua: la incertidumbre laboral atrapa a mujeres de la clase obrera

**… Pero la sombra del desempleo y del hambre subsiguiente planea sobre las viviendas de estas colonias que cuelgan de las faldas del Cerro Grande, en la capital de Chihuahua.


Chihuahua: la incertidumbre laboral atrapa a mujeres de la clase obrera

La Crónica de Chihuahua
Abril de 2020, 19:08 pm

Chihuahua, Chih.- Todas las entrevistadas son madres solteras. Viven al día con lo que trabajan. A algunas las han “descansado”, como se le nombra en la jerga laboral al hecho de suspender a un trabajador, a otras no, todavía. Pero la sombra del desempleo y del hambre subsiguiente planea sobre las viviendas de estas colonias que cuelgan de las faldas del Cerro Grande, en la capital de Chihuahua.

Así se vive en este entorno, en las comunidades urbanas que, desde hace más de veinte años, casi treinta en algunos casos, se han organizado para luchar y remontar la miseria. Hay colonias en donde no hay agua ni drenaje; otras en donde el tendido de la red de distribución está ahí, debajo de la tierra, inútil por el momento y esperando a que a las autoridades les plazca introducir el líquido desde las líneas generales para correr por las tuberías y llegar a su esperado destino: a los domicilios hoy en día surtidos irregularmente por pipas irregulares. Ah, pero llegará algún día el flujo de agua a su destino, y podrán bañarse bajo una regadera los niños, los hombres y las mujeres; podrán hacer estas gentes, entonces, descargas en la red del drenaje sanitario. Y existen otras colonias en donde las conexiones a las casas funcionan de manera intermitente y, cosa segura, se termina ese recorrido feliz nada más entrando el verano, cuando llega la escasez como llega el calor agobiante y aumenta el gasto del líquido feliz en la ciudad.

Son cinco las entrevistadas. Dos son de la etnia rarámuri, las cinco son el sostén de su casa, su ingreso es el que mantiene a sus familias. ¿Cómo está su situación laboral, de suyo precaria en lo cotidiano en tiempos normales, ahora, con el inminente cierre de negocios y suspensión de labores en las empresas?

Cristina. Trabaja en casa. Tiene una semana que la descansaron y dice que a ella le pagan 2 mil pesos por semana. Esta semana, que fue de descanso obligado, le depositaron mil pesos. “Tengo la esperanza de que el próximo viernes me hagan mi depósito normal o mínimamente el 50 por ciento. No sé si trabajaré la próxima semana. Si no me hablan, pienso irme a la Sierra, porque allá mínimamente hay qué comer. Tengo un hijo que va a terminar la preparatoria y otra hija de 16 años que no estudia. En mi casa vive una hermana mía, y tiene miedo a la hora de regresar de su trabajo, por aquello de la infección y el peligro de contraer el virus. Cuando llega, le pido que se lave las manos, yo sí sigo las instrucciones que nos indican, ya limpié y desinfecté toda la casa con cloro, y le doy las recomendaciones a mis hijos”.

Marcelina. Costurera. Ya hace una semana que me descansaron, relata, “esa semana me la tomaron como vacaciones y me la pagaron”. Ella elabora trajes tradicionales para una microempresa. La semana que corre se la “dieron” como si fuera de permiso, pero sin pagársela. Y la semana que viene no va a ir a la empresa, porque que se trajo material para hacer las costuras en casa. “Es que cosemos a mano. Pero si pasa que hay menos pedidos… quién sabe cómo nos vaya. En casa cuido a los nietos, hijos de mi hijo que trabaja en la obra y de mi hija, que trabaja en una planta maquiladora, donde todavía no los han mandado a descansar”.

Imelda. Trabaja en Alphabet de México, donde se fabrican arneses eléctricos para maquinaria agrícola y para unidades de transporte de carga. “No me han descansado, sigo trabajando de manera normal y solamente nos van a dar de descanso el jueves y viernes de la Semana Santa, que son de asueto obligatorio. A los únicos que están enviando a sus casas son a las embarazadas, a los que tienen hipertensión o diabetes, o madres en período de lactancia. Esta maquila sí está tomando las medidas sanitarias”.

Idolina Trabaja en Visteon, planta de manufactura de partes para aparatos de audio e imagen. “Tengo una semana que me descansaron, y esta que termina, nos van a pagar el 70 por ciento”. Hace unos días le dijeron que la semana que está corriendo se las van a pagar al 100 por ciento, pero las siguientes no saben si las pagarán al 50 o al 70 por ciento, dependiendo de las pláticas de la empresa con la Secretaría de Salud. “Me conformo con el 50, para por lo menos poder comer”.

Refugio. Trabaja en casa. Ella no tiene bronca. La mandaron a su casa, va solo los lunes a hacer limpieza general, se regresa y le pagan normal. Pero no sabe si sus patrones van a aguantar el tiempo de la cuarentena.