Exige Sicilia cumplir los acuerdos de San Andrés

**Recorrió la caravana por la paz territorio zapatista en la comunidad autónoma de Oventic, Chiapas.

La Crónica de Chihuahua
Septiembre de 2011, 09:31 am

El escritor y periodista Javier sicilia y 35 integrantes del al Caravana por la Paz con Justicia y Dignidad celebraron una reunión privada con la Junta de Buen Gobierno de las comunidades zapatista en la comunidad autónoma de Oventic, Chiapas, al término de la cual, ante los representantes de los medios, exigió a las autoridades el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés, firmados en 1996, que han sido, dijo, traicionados tanto por gobiernos priístas como panistas.

"Escucharon el mensaje que traíamos y el testimonio de las víctimas y ellos dijeron que esta ya no era la casa de los zapatistas sino de todas las víctimas. Ellos sólo escucharon", señaló Sicilia, aclarando que ese encuentro no significa que haya una alianza entre el movimiento que él encabeza y los zapatistas; “todos estamos trabajando por la paz”, dijo.

Y añadió: “Si pudiéramos hacer florecer la propuesta indígena de las comunidades, el país tendría una esperanza verdadera. A este país le haría falta una junta de buen gobierno como las que tienen los zapatistas”.

"La gran lección es que estamos en un territorio seguro. Lo que vemos en esta parte del Sur es que si el crimen organizado no ha penetrado como lo ha hecho en el norte del país es por las organizaciones indígenas, cuya fuerza se vuelve un sistema fundamental de autodefensa que no encontramos en el norte” profundamente individualizado gracias al neoliberalismo, consideró Sicilia.

Luego, el escritor refirió respecto a los indígenas: “Al igual que en las épocas de los barbados, por desgracia, después de la vergüenza, del entusiasmo por devolverles su historia y aprender de ella, volvimos a olvidarlos”.

Y agregó: “El gobierno traicionó los Acuerdos de San Andrés y nosotros, sin saber bien lo que habíamos mirado y nos habían revelado, volvimos a someternos al juego del Estado, a la corrupción de los gobiernos, a la simulación de una transición democrática que abriría el camino a los intereses globales y a la voracidad del mercado”.

“La consecuencia de ese olvido –reflexionó-, de ese no haber entendido, desgarró aún más el tejido social de la nación, miserabilizó a todos, le cerró el presente a los jóvenes, fomentó el crimen y exaltó la corrupción”.

Ahora, completó activista social, “el norte del país está balcanizado por el crimen y la corrupción de los gobiernos; el norte y parte del sur del país está destrozado por la muerte, los ‘levantones’, los secuestros, las desapariciones forzadas, los feminicidios, los cobros de piso del crimen organizado y por un ejército que, contra su vocación fundamental, ha sido sacado de sus cuarteles y ahora habita en nuestras calles”.

“La herida abierta en la frontera norte del país, en Ciudad Juárez, se ha ido extendiendo por toda la nación como una gangrena que se está llevando a nuestros hijos e hijas y amenaza con devorarlo todo”.

En seguida lanzó fuertes criticas hacia el jefe del Ejecutivo federal, Felipe Calderón, a quien acusó de haber decidido “en nombre de los intereses globales de los norteamericanos y de su consumo de drogas, desatar una guerra contra el narcotráfico que ha costado más de 60 mil muertos, 10 mil desaparecidos y 120 mil desplazados criminalizados por un Estado que no ha querido asumir su responsabilidad”.

Pero asimismo, consideró que “es tiempo de hacer la paz, y la paz no puede hacerse sin todos y sin escuchar el latido del corazón de la patria, de ese corazón que late al norte, al sur, al este, al oeste, a la izquierda, a la derecha, abajo y arriba, en todas partes en donde un hombre y una mujer de buena voluntad han decidido refundar a la nación y, en el amor que sobrepasa al odio, crear un mundo en el que quepan muchos mundos”.

“No dejamos de seguir opinando y ahora exigiendo, que deben respetarse los Acuerdos de San Andrés”, dijo al final.