Bracero antes, jornalero ahora, "la explotación es la misma"

** Ex braceros de Chihuahua se pronuncian a favor del ultimátum que para el 4 de junio dieron los jornaleros de San Quintín de garantizar sus derechos constitucionales, o impedir la elección el 7 de junio.


Bracero antes, jornalero ahora,

La Crónica de Chihuahua
Mayo de 2015, 14:03 pm

Chihuahua, Chih.- Los jornaleros agrícolas de San Quintín, son los nuevos ex braceros, afirmaron precisamente ex trabajadores de Chihuahua, hoy ancianos, que más de 6 décadas atrás fueron la fuerza de obra de Estados Unidos cuando la II Guerra Mundial y defraudados por el gobierno mexicano que “desapareció” el fondo millonario de indemnización que autoridades estadounidenses les dieron en compensación a su servicio.

Y esa explotación, ese abuso por las autoridades mexicanas, no es muy distinto del que por décadas han recibido por estas los trabajadores agrícolas, “en el sector rural, de donde provenimos, las cosas no son muy diferentes y las jornadas y condiciones esclavistas han sido algo clásico desde hace mucho tiempo. Los jornaleros agrícolas como hoy les llaman, los pizcadores, son hoy los modernos braceros”, indicó Fidel Chávez, vocero de la organización de braceros de Chihuahua En Vida Queremos Nuestro Pago, en una manifestación de apoyo realizada este viernes en la plaza Hidalgo de la ciudad de Chihuahua, frente al Palacio de Gobierno.

“Son explotados en los ranchos agrícolas de prominentes políticos o ex funcionarios en los distintos estados, particularmente, del norte del país. Los braceros de San Quintín se cansaron de las condiciones esclavistas, estas fueron descubiertas como el hilo negro por el gobierno de Chihuahua en 20 tarahumaras que trabajaban por allá y fueron protegidos, obviamente sin garantizarles una pensión por desempleo o algo así”.

“Es indignante escuchar y leer tantas voces contra ese esclavismo pero que nadie culpe verdaderamente a quienes lo permiten violando la Constitución”, los gobiernos federal y estatal; en ese sentido, indicaron que apoyaban el ultimátum que los jornaleros les dieron a las autoridades federales y estatales para que si el 4 de junio no les garantizan sus derechos como trabajadores y ciudadanos mexicanos, el 7 de junio, el día de la elección, impedirían la instalación de casillas y llamarían a no votar.

Deben garantizarse sus derechos pero no en el término de una Ley Secundaria como la Ley Federal del Trabajo, que viola la Constitución con el outsourcing por ejemplo, permitiendo que se paguen turnos de 8 horas por 12 horas trabajados o dobles turnos.