Benedicto XVI llama a desenmascarar al narcotráfico

"El problema del narcotráfico y de la violencia (en México) es una gran responsabilidad para la Iglesia de este país con 80% de católicos"


Benedicto XVI llama a desenmascarar al narcotráfico

La Crónica de Chihuahua
Marzo de 2012, 13:51 pm

Benedicto XVI denunció el viernes "las falsas promesas y mentiras del narcotráfico en México", a bordo del avión que lo trae a este país desangrado por las guerras de la droga, en su primera visita a un país latinoamaricano de lengua española.

También instó al regimen comunista de Cuba, a dejar de lado al marxismo que "no responde ya a la realidad" y a buscar "nuevos modelos", durante la conferencia de prensa en el avión.

"El problema del narcotráfico y de la violencia (en México) es una gran responsabilidad para la Iglesia de este país con 80% de católicos", subrayó el papa y llamó a "desenmascarar las falsas promesas y las mentiras" de los traficantes de drogas, algunos de los cuales se dicen católicos, mientras que la represion de los cárteles y las guerras entre ellos han dejado más de 50,000 muertos en cinco años.

Organizaciones de víctimas de la violencia, que se oponen a la estrategia antidrogas del presidente Felipe Calderón, que movilizó al ejército contra los traficantes, pidieron al Papa un "gesto evangélico" para detener la matanza en México.

El pontífice pidió además a la Iglesia hacer "todo lo que pueda" contra la "idolatría del dinero que convierte a los hombres en esclavos", a la que calificó como un "mal destructor de nuestra juventud".

Refiriéndose a Cuba, Benedicto XVI aseguró que la ideología marxista "no responde ya a la realidad" y que "conviene hallar nuevos modelos", tras subrayar la vigencia de la famosa frase sobre la necesidad de que "Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba", que Juan Pablo Segundo pronunció durante el único viaje de un papa a la isla, en 1998.

Benedicto XVI destacó la voluntad de los católicos "de ayudar a un diálogo constructivo para evitar los traumatismos", en momentos en que el presidente Raúl Castro poner en práctica una serie de reformas económicas, apoyadas en forma crítica por la iglesia Católica cubana, convertida en su interlocutor privilegiado.

El papa alemán, que cumple 85 años en abril y que no irá a la capital mexicana debido a su altura (2,300 metros sobre el nivel del mar), partió en la mañana del viernes de Roma, para una gira de seis días, su segunda visita a América Latina después de la que realizó en Brasil en 2007, región que cuenta con casi un tercio de los católicos del mundo.

Miles de personas comenzaron a congregarse para recibir al Papa en el aeropuerto de Guanajuato, donde será recibido por el presidente Felipe Calderón y 3,500 invitados, y otras muchas tomaban lugar para verlo pasar en su papamóvil, a lo largo del recorrido de 30 kilómetros que seguirá hasta León, la capital del estado de Guanajuato, donde se alojará.

Ahí, gigantescos anuncios dando la bienvenida al Papa colman las principales avenidas.

Su visita a estos dos países donde el catolicismo vive realidades contrastantes, debe también ayudar a Benedicto XVI a recomponer sus relaciones con América Latina, donde vive el 28% de los católicos y que se ha sentido desplazada durante sus siete años de pontificado.

México, el segundo país con mayor número de católicos después de Brasil, con un 84% de sus 112 millones de habitanes considerándose católicos, es gobernada por el Partido Acción Nacional, de origen católico, que enfrenta una difícil elección presidencial el próximo primero de julio. En Cuba, menos del 10% de la población es católica.

Con un programa alivianado dada su avanzada edad, el papa recorrerá en México las ciudades de Silao, Guanajuato y León, donde se reunirá por separado con el presidente Calderón y con todos los presidentes de las conferencias episcopales del continente.

El lunes viajará a Santiago de Cuba y el martes a La Habana, donde se reunirá con el presidente Raúl Castro y no se descarta un encuentro con el anciano líder Fidel Castro, fuera de programa.

Esta es la sexta visita de un pontífice a México, donde Juan Pablo II viajó cinco veces y provocó movilizaciones masivas. Esta vez, se esperan unos 700,000 visitantes en los distintos puntos del estado de Guanajuato por donde pasará el Papa, según dijo a los periodistas el gobernador Juan Manuel Oliva.

Una serie de regalos especialmente preparados por empresarios y artesanos esperan al Papa que van desde varios pares de zapatos rojos hasta imágenes religiosas.

Pero al Papa también lo esperan grupos de víctimas de sacerdotes pedófilos, en particular de la organización católica Legionarios de Cristo y de su fundador, el sacerdote Marcial Maciel, a quienes no concedió audiencia y que han previsto manifestaciones durante la visita.